Entrevista al polítólogo Atilio Borón, en Construcción Plural, por Radio Cultura:
"Estoy muy sorprendido por la forma esquemática, en cierto sentido hasta maniquea con la que se ha manejado esta cuestión de las retenciones. Pareciera que existe por un lado un grupo de
conspiradores, genocidas, partidarios de la dictadura y por el otro un gobierno que ha llevado adelante una política firmemente progresista, comprometida con los intereses de los sectores populares, y la verdad es que las dos caracterizaciones son absolutamente equivocadas. En primer lugar, lo que hace a este gobierno es público y notorio: un gobierno que en lo esencial se ha mantenido dentro de los carriles fijados en la década del noventa de (Carlos) Menem, es un gobierno que no ha revisado las privatizaciones aún cuando la evidencia de procesos de corrupción en la adjudicación de esas empresas sea abrumadora. De manera que es un gobierno que en lo esencial ha mantenido las privatizaciones del los ’90, no ha tomado ninguna medida seria para luchar contra los monopolios que están realmente saqueando la economía argentina, ha permanecido indiferente ante a la extranjerización de la economía argentina, una de las
más extranjerizadas de América Latina.
Eso surge de un informe inclusive de la Pastoral Social de la Iglesia, no estoy hablando de sectores de una postura socialista radicalizada".
"Es un gobierno que en líneas generales ha seguido una política económica dentro de los
lineamientos del Consenso de Washington, excepto en materia de derechos humanos
donde hay un quiebre muy grande en relación al gobierno de los años ’90, pero con eso sólo no
se hace política económica".
"El campo es una heterogénea colección de regiones, de grupos económicos, algunos muy
concentrados, otros muy dispersos en donde la torpeza con la cual el gobierno se ha manejado
hizo posible la unificación de sectores que nunca han estado actuando de conjunto en el pasado.
Esto porque el gobierno ha tomado una decisión de política económica muy poco aconsejable que
fue juntar a todos los sectores y castigarlos con un mismo impuesto que realmente es eminentemente injusto.
Es como el IVA, porque de las retenciones -con las que estoy de acuerdo ya que son un instrumento que lo utilizan los gobiernos de los países más serios y desarrollados del mundo- se está en contra de su manejo.
Porque no discriminar entre el tamaño de los afectados introduce una inequidad muy flagrante. Es un impuesto poco participable, es un impuesto tan regresivo como el IVA sólo que en lugar del consumo, carga la producción. Esto que a los grandes productores no les hace mella, a pequeños chacareros de la zona cercana a Rosario los saca directamente del mercado. No pueden resistir una retención del 45 % porque es un gobierno que permanece indiferente ante el aumento
fenomenal que han tenido los costos de las explotaciones agropecuarias. Ha habido aumentos en los fertilizantes, en pesticidas, en el transporte, las dificultades gravísimas para el abastecimiento del gasoil. El precio real que hay que pagar por el gasoil en el campo. Todo lo cual deja a los más chicos a la vera del camino. Pero el gobierno no reparó en esto y entonces está
pagando un precio altísimo porque se ha juntado con un mal humor social que es un viejo tema que yo vengo esgrimiendo desde las elecciones pasadas cuando triunfó (Mauricio) Macri en la Capital y cuando triunfó la oposición en contra de Cristina en las presidenciales en la Ciudad de Buenos Aires".
"Hay mucho mal humor entre la gente porque sienten que es un gobierno que no habla claro, que no enfrenta los problemas reales, que manipula torpemente una institución como el INDEC generando una sensación de absoluta desconfianza. La gente sencillamente no le cree al gobierno. El detonante fue la cuestión agraria pero ese detonante adquirió las dimensiones tan fuertes de esa explosión pero porque se combinó con otros elementos que estaban en el aire y que entraron en combustión y produjeron esto que es una crisis muy grave para gobierno de la Sra. Cristina Fernández”.
“Cuando terminó el gobierno de Néstor Kirchner dije que lamentablemente había perdido una oportunidad única para pasar al frente como uno de los grandes presidentes de Argentina porque tuvo todas las condiciones económicas favorables para realmente dar una vuelta de página en la historia económica, social y política de la Argentina, pero no lo hizo, se equivocó, no escuchó, fue muy soberbio el gobierno, muy cerrado, que al mismo tiempo junto con la soberbia
tenía un temor pánico a las críticas, cobarde como para poder enfrentar al periodismo en una rueda de prensa. En cuatro años fue un presidente que no ha podido mantener una sola conferencia de prensa. La gente se siente muy ninguneada por las políticas del gobierno y después el otro gravísimo error fue el discurso de Cristina del martes y el envío de los
empleados estos, (Luis) D’ Elia, (Emilio) Pérsico, (Edgardo) De Petris, decir que son piqueteros es un error.
Son funcionarios del gobierno que manejan una masa clientelar grande o chica según los casos pero no representan a nadie. La noche en la cual Cristina pronunció el discurso poco oportuno no hubo ninguna manifestación espontánea de apoyo en la calle para salir a defender el gobierno de Cristina. Y lo del acto de Cristina en Plaza de Mayo es un acto organizado,
con la gente acarreada desde toda la República pero sin ninguna importancia política real”.
“Los productores se sienten muy agredidos, les dijeron de todo, oligarcas, genocidas, cómplices de la dictadura, o sea es gente que ha sido agredida económicamente y agredida simbólicamente y políticamente. El que tiene que poner una nota de cordura y reconocer que se ha equivocado es el gobierno. Es normal que un gobierno se equivoque, es una mancha terrible, reconocer “sí, hicimos mal los cálculos, nos equivocamos, nos falló un mecanismo de consulta ¿Por qué no tener la sobriedad y la modestia de reconocer que ha habido errores y que tenemos que hacer las cosas de vuelta?
Sería una salida que relegitimaría de vuelta al gobierno de Cristina Fernández para no entrar en una zona de mucha turbulencia política.
Y si esto no se arregla de fondo, si vuelve el lockout agrario, el problema del abastecimiento se va a transformar en un problema muy serio y va a ser que inclusive las propias bases electorales del gobierno entren por la vía del saqueo a procurarse lo que no puedan encontrar de otra manera. Seria nefasto que el gobierno no escuchara el mensaje que llega de la sociedad y
actuara en consecuencia”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario