“Las cosas no terminaron tan mal como podrían haber terminado. por eso hay alivio en la sociedad que se asomó al abismo y vio lo que puede pasar cuando los gobernantes fallan y no hay recursos alternativos. Argentina es un país frágil. Esa sensación de alivio también expresa en gran medida una satisfacción porque no todas las instituciones fallaron. El Congreso actuó con bastante criterio en términos generales. Más allá de las protestas del Ejecutivo, gran parte de los diputados oficialistas están también aliviados y se sacaron de encima la carga de tener que aprobar un proyecto con el cual no estaban de acuerdo. Al alivio se suma la incertidumbre porque se desconoce cómo van a seguir las cosas”.
“La actitud de la presidenta no ha sido correcta. Abona la orientación muy intelectual que tiene este gobierno que está más preocupado en tener razón que por resolver los problemas y hacer bien su trabajo político. Esa idea de “ya me van a entender” me hizo recordar inmediatamente a Daniel Filmus cuando perdió la elección a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y lo primero que dijo es que los que no lo habían votado era poco menos que idiotas. Hay políticos que también son intelectuales pero en la política de lo que se trata es de resolver problemas no de tener razón, de argumentar y de salirse con las últimas palabras. Ese es un capricho que tienen los intelectuales que en general es gente poco responsable, que sólo habla y no les importa mucho lo que dice. Los políticos tienen que ser responsables. Un presidente que está encaprichado en tener razón es realmente muy preocupante. Este es uno de los saldos que ha quedado de este conflicto protagonizado en gran medida por intelectuales que han ocupado un lugar muy relevante en la opinión pública".
"Observo una confusión porque muchas veces se dice que en la política argentina tendrían que pesar más las ideas, que no hay convicciones o diferencias de ideologías. Creo que en gran medida es al revés. En la política argentina frecuentemente pesan demasiado las ideas y sobre todo ideas que son muy selladas, ideas que generan convicciones que son inmunes a las pruebas de la realidad. Al matrimonio presidencia le ha pasado un poco esto, se ha abrazado a ideas de intelectuales que transmiten esas ideas y las hacen circular y no se han abrazado a técnicos que los ayuden a resolver problemas. Este gobierno está formado por ideólogos. La pregunta es esa, dónde están los técnicos que saben tomar decisiones y llevarlas hacia delante. Han quedado muy desplazados y es un verdadero riesgo porque todavía quedan tres años y medio y este gobierno tiene que tener más gestión. Resolver cosas prácticas: la inflación, los subsidios, las tarifas públicas, una cantidad de problemas que se han ido acumulando y sin gestión los problemas no se pueden resolver”.
“El gesto de la renuncia ideado por Néstor Kirchner tras el voto del Senado fue la expresión más extrema de esa visión intelectual de la política. "Nos vamos para probar que teníamos razón, que querían que nos fuéramos". Perdiendo el poder demostraban que tenían razón. Es una prueba por el absurdo. Nadie te quiere echar pero si vos te vas demostrás que el otro te quiere echar. Es la actitud de un ideólogo. Los ministros y la propia Cristina lo han frenado a Néstor Kirchner".
"Todavía esto no resuelve qué es lo que van a hacer y ahí va a pesar mucho la posición del peronismo institucional. El peronismo se ha dado cuenta que tiene mucho por perder porque nunca se ha dado la situación de un gobierno peronista que empieza a entrar en dificultad y que no tiene la posibilidad del cambio de la salida inmediata. Cuando Carlos Menem entró en dificultades fue muy hacia el final de su mandato y digamos que el peronismo tuvo la suerte de que Eduardo Duhalde perdiera la elección siguiente. Aún más atrás, Isabel Perón tuvo tiempo de hacer muchas “macanas” y no que hubiera contrastación electoral de ello y en gran medida muchos peronistas resultaron aliviados con esto. Esta es una historia que nunca se dio. Un peronismo que puede envolverse en sus errores y pagar altísimos costos electorales. La situación se va a plantear en una lógica dilemática. El peronismo tiene que ayudar a los Kirchner a hacer un gobierno no tan malo pero en esa tarea puede quedar demasiado pegado al oficialismo. Puede optar por abrirse del gobierno y presentar listas opositoras en el 2009 y en el 2011 y en ese camino puede no ser creíble como oposición y empeorar la situación del oficialismo. Es una situación muy dilemática: cómo colaborar con el gobierno sin quedar pegado con éste y además asegurarse algunos resultados. Que efectivamente cedan y hagan una política un poco más abierta. Esto está aun más dificultado porque hay problemas de coordinación entre los jefes peronistas. Si no es Néstor Kirchner, quién puede coordinar algún tipo de acción colectiva razonable. Eduardo Duhalde es seguramente el más capacitado para esto pero está muy impedido de acercarse a los Kirchner. ¿En quién los Kirchner pueden confiar? Han quemado naves con demasiada gente, cuál de los gobernadores que no ha perdido la confianza de los Kirchner podría coordinar al resto de los gobernadores. Tienen que ser capaces de resolver esto porque el peronismo es la institución política más sólida de este país. Ha cometido muchos errores pero si desaparece y no hay nada que lo reemplace podemos estar en serios problemas”.
“El hecho de que Néstor Kirchner se haya comprometido en la conducción del PJ ante una mesa de jefes distritales, sindicales, es un dato importante. Néstor Kichner tiene que correrse del centro de la escena pero no creo que le haga demasiado bien a la presidenta que desaparezca de la escena. El como jefe del peronismo debería tal vez pagar parte de los costos y asumir la tarea de reconstrucción del gobierno que tiene que establecer algún tipo de mecanismo para tomar decisiones porque muchas de estas decisiones se van a acelerar antes de fin de año como los problemas fiscales, cómo se aprueba el presupuesto del año que viene, si va a haber poderes de emergencia, delegación legislativa o no. Resolver el tema del INDEC, de la negociación de la deuda. Tal vez ahora Néstor Kirchner podría actuar como un mecanismo compensador que reciba los palos en el PJ y que pague los costos de alguna manera”.
“El kirchnerismo está revelando una vocación por convertirse en minoría que es espasmosa porque sin Julio Cobos, cómo van a hacer para gobernar. Esta bien que puedan tener cierto conflicto con él pero no pueden aislarlo porque Cristina Kirchner no podría por ejemplo viajar nunca más al exterior. La valoración de la sociedad es muy favorable a Cobos e inesperada porque nadie tenía una opinión formada del vicepresidente que formó parte de la fórmula presidencial por esa debilidad de su base de apoyo. Es probable que Cobos -si esta situación se prolonga- se convierta en una especie de balance de poder porque hay que ver cómo se gestionan de aquí en más las mayorías en el Senado. El peronismo nunca tuvo minorías en el Senado desde que empezó la democracia. Si se profundiza esta fractura de su bloque y el gobierno tiene minoría en el Senado ¿cómo va a gobernar? De Cobos va a depender mucho de esto. Más allá de todas sus limitaciones puede convertirse en un contrapeso institucional que tal vez dé por resultado salidas virtuosas como fue la votación que él dirimió. Y las dificultades del gobierno en el futuro también pueden tener efectos institucionales positivos pero hay que resolver problemas de gobierno y si los proyectos que manda el Ejecutivo no se aprueban, pero tampoco se aprueban otros proyectos alternativos, nos vamos a encontrar en una situación de inmovilidad”.
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