Que fue un traidor, que por el contrario pacificó al país, que casi fue un gesto sanmartiniano el suyo en el Senado. Que los K querrían poder “renunciarlo” pero no pueden constitucionalmente, que el vicepresidente no se irá exponiéndose a ser otro “Chacho” Alvárez que pague costos en la opinión pública por haber aportado inestabilidad e ingobernabilidad .
Que tiene acuerdos amplios con la vieja corporación política radical-peronista, que sí va a retirarse del gobierno a mediano plazo para postularse en Mendoza como senador por la UCR en octubre de 2009, que por el contrario se queda para obrar como reaseguro de esa corporación bipartidista si los el gobierno K caen a fin de edificar un gobierno de unidad nacional.
¿Qué no se ha dicho de Julio César Cleto Cobos? A esta altura, parece claro que buscará ser candidato presidencial de una relanzada UCR que procurará articular con el Partido Socialista del gobernador Hermes Binner.
Pero el salto de Cobos del gobierno al que hoy pertenece no será indoloro, ya sea porque en algún momento se decida a abrirse de él renunciando o porque se mantenga en él pero lejos de exhibir diferencias puntuales con el Ejecutivo marque claras diferencias buscando a la vez convertirse en una referencia de alternancia.
Aunque el estilo de conducción K sin dudas mucho tiene que ver en esta búsqueda de nuevos horizontes del mendocino, al no haber formado una verdadero coalición “a la chilena” con agrupaciones sumadas si bien ya no con densidad política parecida al menos vertebradas en forma horizontal, con discusión interna, con reparto compensador de cargos en la administración, etc.
De todas maneras, resulta ampliamente inconsistente que un vicepresidente tenga pretensiones de liderar la oposición al gobierno que integra.
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