"Hay dos discusiones cruzadas para ver post comicios 28-06: una es cuán mal le va a ir al oficialismo, cuánto pierde, y quién gana, si habrá varios ganadores, si hay uno sólo. Hay una interna que se desata en el PJ y en el panradicalismo y entonces todo se dispersa, todo sigue el proceso de fragmentación en el cual el gobierno es más débil, pero no es que hay un verdugo que lo está reemplazando. Esa es una discusión. La otra es qué hace el gobierno después del 28 de junio. Si tiene margen para actuar y si va a usar ese margen. En lo personal, creo que el kirchnerismo tiene margen para actuar aunque salga debilitado. Ahora, es dudoso que lo vaya a usar bien. Porque el margen que tiene requiere que el gobierno haga cosas diferentes de las que viene haciendo. Requiere que negocie bien con actores del peronismo a los que todavía tiene cosas para ofrecerles, pero debe poder bajar el nivel de amenaza. Tiene que poder mostrarse como un partner confiable para esos sectores del peronismo. Es algo que le va a costar mucho hacer porque no está en su ADN. Es probable que si sale airoso y retiene algo de poder institucional quiera usarlo pero no para llevar adelante esa negociación sino para recuperar su mayoría y ahí se encaminaría hacia una situación mucho más conflictiva y las cosas pueden terminar muy mal. Me da la impresión que si eso sucede va a ser por la decisión que ellos tomen, no porque la crisis es inevitable o porque el declive lleva a una guerra de todos contra todos donde se repite la situación final del gobierno de Raúl R. Alfonsin”.
“El problema es que va a pasar en las bancadas de Diputados y del Senado; una cosa es que el bloque pierda disciplina pero todavía el gobierno pueda negociar acuerdos para sostener las leyes que necesita sostener -emergencia económica, superpoderes, impuesto al cheque- y otra es que la bancada se fragmente de tal modo que algunas de esas leyes caigan. Una tercera situación aún peor es que se fragmente y se forme una mayoría alternativa y hagan caer todas estas leyes. Hay sectores que se pueden volver abiertamente antikirchneristas si el kirchnerismo se vuelve una amenaza para sus planes políticos".
"Si el oficialismo hace algo parecido a lo que hizo en su momento Carlos Menem pero mejor, postergar lo más posible la definición de la candidatura presidencial del PJ -y no hace lo que hizo Menem que fue insistir con su candidatura- Kirchner se puede volver un pato rengo…pero con margen para negociar. Si él en cambio, para no ser un pato cojo, insiste con tener una proyección electoral en el 2011, se alía abiertamente con uno de los caciques en disputa- Daniel Scioli por decir uno- todos los demás se le van a tirar a los tobillos y va a ser muy difícil que sostenga alguna de esas leyes o va a tener que pagar costos tan altos para sostenerlas que va a ser mejor que no lo haga".
"Las provincias necesitan muchos recursos para terminar el año y para comenzar el próximo y tienen muchos menos motivos para disciplinarse a lo que el gobierno necesita, entonces las negociaciones van a ser muy costosas y si no las llevan a delante con un criterio racional, les puede salir mal. La alternativa más saludable sería articular con el peronismo que no es antikirchnerista, aquel que para su éxito no necesita de la destrucción del kirchnerismo, ya que es no K pero no anti K. Pero recordemos lo que sucedió en el momento más agudo de la crisis con el campo con muchos de esos gobernadores: van a acompañar al gobierno pero no van a querer pagar los costos de acompañar al gobierno. Y lo van a acompañar en la medida que el gobierno les garantice su futuro político y eso es recursos. El problema con el que se va a enfrentar el kirchnerismo es que va a tener que renunciar a tener algún futuro electoral para que su gestión tenga algún futuro. Tiene que generar certidumbre en los demás actores que va a ser un juego leal y que en ese juego leal puede imponer reglas para que los demás tampoco entren en una competencia destructiva. Los que siguen a Carlos Reuteman también se van a tener que enfrentar con los que van a optar por otros candidatos. (Mauricio) Macri no va a renunciar a su plan presidencial por más que no gane en la provincia de Buenos Aires y va a tratar de arrastrar también a algunos gobernadores y todo eso significa presiones en la Cámara de Diputados y en el Senado para obtener más recursos y concesiones en la aprobación de esas leyes o en no votar para voltear esas leyes".
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