La Argentina -a secas, hablar de República es todavía, temerario u optimista- está demostrando que, contra muchas teorías, se puede construir el futuro repitiendo el pasado.
Al sufrido ciudadano - presa apetecida porque dispone de una herramienta letal: el voto- le espera un largo año electoral. La estrella de la presidencia de la nación vacante para el 2012 brilla, tentando a candidatos.
Veamos a vuelo de satélite el panorama en este punto del planeta tierra:
Los que no quieren ser ciudadanos sino militantes, es decir, habitantes del país que sostienen que es mejor ser parte de un fragmento que convivir en la pluralidad y trabajar para construir objetivos comunes dentro de intereses distintos -Nación que le dicen- :Quienes creen y practican que lo importante es combatir a los que no coinciden con sus modelos mentales, parecería que constituyen, hoy día, una masa estimulada desde el poder, peligrosamente importante.
Los que militan en el gobierno de turno han hecho de los anuncios sin concreciones, de la mentira en los datos y la interpretación de los hechos, de las chicanas, la descalificación, la propaganda oficial de notable intensidad y el manejo arbitrario de los recursos, un medio para legitimar una realidad imaginada, construyendo la continuidad a través de armar un mito, que era lo previsible.
Los opositores, segmentados en sus reductos, con una notable miopía, parecen mirar sus propios territorios –internas que le dicen- sin demasiada vocación por ver el bosque..
El radicalismo, tradicional fuerza en el bipartidismo vernáculo, está jugando con un abogado inexperto que trasmite una imagen de buen tipo, que está potenciando el recuperado prestigio de su padre para postularse para conducir el país. Si Alfonsín (h), fuera el candidato, será un espectacular blanco durante la campaña para un despiadado recuerdo de los últimos años de su padre en el gobierno. Auguramos que lo que logrará será destruir la memoria de Ricardo Alfonsín.
Varios candidatos en estado creciente, tales como, Pino Solanas, Macri, desean postularse para lograr conocimiento nacional y estar en las gateras para el próximo Derby.
Otros, en estado menguante, tales como Carrió o Duhalde o Solá, también apuestan a permanecer, mirando el horizonte.
Los que están en el estado de estrellas fugaces: Cobos o De Narváez, tratando de encontrar un espacio para influir en los tiempos por venir.
Los señores feudales añoran sus privilegios y quieren estar presentes: Los Saa, Romero o Rozas.
Otros que parecen en estado de teflón –nunca quedan pegados- tales como Reutemann, Scioli o Binner, esperan a que el espacio lo dejen otros para raudamente poder ocuparlos.
La lista no se agota aquí, desde luego.
Salvo a los actuales ocupantes del estado, los demás parecieran pensar sólo en el 2015.
Muchos ciudadanos de a pie, preocupados por la realidad cotidiana (y lo que debemos construir en los próximos años, en el medio de las crisis y los avances del mundo) estamos esperando.
¿Quiénes están preocupados por identificar una docena de problemas claves y críticos para el ciudadano y la república (no pedimos doscientos, que seguramente lo hay) y proponer qué hacer, cómo hacerlo, con qué recursos y medios, con quiénes, es decir, planes concretos y no palabras ómnibus como “ combatir la delincuencia, inclusión social, derechos humanos...” y cosas así, absolutamente no operativas.
¿Cuándo el ciudadano tomará conciencia que conducir una nación y administrar un estado, requiere no sólo aptitudes y actitudes sino conocimientos y experiencia?
¿Cuándo se dará cuenta que el verso de “me voy a rodear de tipos con experiencia” no es viable porque para conducir a un grupo experto es necesario, además de claridad conceptual, saber lo suficiente como para no quedar especialista-dependiente, como suele suceder?
¿Cuándo tomaremos conciencia que estamos perdiendo el derecho de quejarnos porque somos nosotros los que compramos productos de marketing: palabras y no hechos y conductas, enganchados en la agenda que nos imponen desde el gobierno y los medios, saturados de twitters, facebooks y wikileas, anestesiados para separar desinformación de realidades y pasivos en exigir que se hable de los temas que son realmente críticos?
¡Muchachos! Queremos vivir en una Democracia con República y eso hay que construirlo ¿Algún voluntario serio se ofrece?
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