miércoles, febrero 13, 2013
Argentina e Irán
Por Eduardo Zamorano
Abogado / Master en Inteligencia estratégica por la Univ. Nac. de La Plata.
Columnista de Construcción Plural, el programa de Fernando Mauri en Radio Cultura.
El 07/2/2013, la Presidenta Fernández de Kirchner envió al Congreso un proyecto de ley para aprobar el “Memorandum de Entendimiento, etc” con la República Islámica de Irán. Asimismo, por Decreto 174/13 convocó a sesiones extraordinarias en el Congreso, explicitando su interés en el tratamiento del proyecto mencionado.
Dado que el mentado Proyecto de Ley aprobatorio remitido al Parlamento por el Ejecutivo viene acompañado por una extensa “Exposición de Motivos”; y también valorando las cambiantes reacciones en el plano interno, el pundonoroso silencio de los principales think tank oficialistas (¿alguien vió a Carta Abierta?), y ciertas inquietantes precisiones de los voceros iraníes que contradicen las explicaciones de Timerman, me permitiré comentar brevemente algunas de las hipótesis circulantes sobre una eventual “verdad oculta” como trasfondo del pacto.
1.-
OFICIAL
Sujetándonos a la Exposición de Motivos, la posición del Gobierno es, en apretada síntesis, la que sigue:
Las investigaciones para esclarecer el atentado a la AMIA y castigar a los responsables quedaron estancadas.
Los pedidos de las autoridades judiciales argentinas a Irán para que entregue a las personas con “señal roja” de INTERPOL, no fueron receptadas.
Así, las cosas se abrían dos alternativas, a saber:
(i) Dejar que la causa judicial languideciera para terminar en la nada
(ii) Acometar una negociación diplomática que posibilitara encontrar un camino “transitable” para el esclarecimiento del hecho y las debidas sanciones.
Hipotetizando que lo dicho precedentemente sea el único móvil perseguido por el Gobierno, la metodología escogida obliga a un crudo escepticismo sobre el propósito buscado.
La mera extensión e indefinición del tiempo que insumiría llegar a un resultado concreto (cualquiera que sea y con prescindencia de cuál de los países resulte “favorecido” por el Dictámen de la Comisión), pone de relieve que, a la luz de la versión oficial desarrollada en la Exposición de Motivos, se cometió un error mayúsculo.
2.-
ECONOMICISTA
Argentina tiene un creciente intercambio comercial con Irán. Se venden alimentos y la balanza comercial arroja un superavit favorable a nuestro país, cercano a los u$s 1.200 millones (2011).
Hay que subrayar que el flujo comercial estuvo interrumpido durante los años de mayor énfasis en la acción judicial y diplomática argentina en orden a la acusación a la jerarquía persa de responsabilidad en el crímen. Luego, con al paulatino aflojamiento de la presión, se reanudó exitosamente el intercambio.
El Memo no es, tal cual expone el Mentor Horacio Verbitsky en su editorial dominical, un “Tratado de Amistad”; sin embargo, se crea una “Comisión de la Verdad” que facilita ampliar considerablemente el espacio de distensión entre ambos países, lo cual favorecería un incremento sustancial de nuestras exportaciones.
Como complemento de lo anterior, se especula que Irán podría recompensar nuestra amplitud de miras proveyendo energía a precios subsidiados.
3.-
DIPLOMÁTICA
En los últimos años, Irán logró aceptación y cobijo en varios países latinoamericanos.
Fue Hugo Chavez quién abrió la puerta que hizo posible esa receptividad.
Para un país virtualmente aislado a nivel global, la plataforma sudamericana implica un valor estimable.
Empero, el paladín de ese notable acercamiento padece una dolencia terminal cuyo desenlace, presumiblemente, obste a la continuidad de su liderazgo regional.
Sus eventuales sucesores en el timón de Venezuela distan de poseer el carisma y representatividad del caudillo enfermo, lo cual hace imposible que lo sustituyan en su influencia en la región. Los restantes países que integran el bloque proiraní (Bolivia, Nicaragüa, y Ecuador) no tienen espesor para ocupar la vacancia venezolana.
En esta dirección, y abstrayéndonos de merituar su gestión al frente de la Argentina, Cristina es una oradora excepcional, dotada de una personalidad expansiva y avasallante (con absoluto respeto y salvando distancias de toda índole, podría aceptársela como una “versión femenina” de Chavez), y gobierna un país que -a pesar de sus crisis recurrentes- tiene una presencia internacional relativamente más visible que los otros que conforman la entente bolivariana.
Ergo, especulan algunos analistas, constituirse en la referente del bloque bolivariano e interlocutora preferente en las relaciones con Irán puede tentar a una política ambiciosa y enérgica como Cristina.
4.-
ELECTORALISTA
Los medios opositores aluden a que la maniobra diplomática bajo análisis, representará un alto “costo político” para la Presidenta, máxime a la luz de las apetencias “re-releccionistas”.
Siempre es arriesgado hacer futurología en cuestiones de este tenor, pero señalo algunos puntos que enervan, parcialmente, esa predicción negativa.
(i) En un año electoral como 2013, es crucial dominar la agenda política, monopolizar la iniciativa, ocupar el centro del ring en el devenir nacional protagonizando hechos espectaculares y de resonancia mediática.
(ii) Si bien el memorando no es funcional al objetivo formalmente declamado, permite ganar tiempo, exhibir ante la sociedad que el gobierno no está paralizado frente al caso AMIA, demostrar que explora con audacia posibles variables para reanimar la investigación.
(iii) No es descartable que, durante el lapso que transcurra hasta las elecciones, existan algunos avances simbólicos en el pacto con Irán (se nombren juristas prestigiosos para integrar la Comisión, haya declaraciones alentadoras por parte de los mismos y/o de otros personajes significativos del campo diplomático o jurídico internacional sobre la estrategia pergeñada por la Argentina. Ver los ribetes optimistas de las últimas manifestaciones de Luis Moreno Ocampo, quien asesora a las entidades judías en esta conyuntura).
5.-
PSICOLOGISTA
Desde luego, como suele pasar en estos casos, aparece el argumento absurdo e injurioso, atizado por la crispación política que vive el país,
En la emergencia, como frente a otros sucesos, la sorprendente y riesgosa jugada diplomática es atribuída a la supuesta “megalomanía” y omnipotencia política de la Presidenta.
No puede soslayarse que un sector de los medios (vrcia: la revista NOTICIAS) sugiere que Cristina padece un trastorno bipolar el cual, cuando ingresa en su etapa maníaca, la lleva a incurrir en actos o dichos desmesurados e insensatos.
Esta visión, que en el mejor de los casos no pasa de una tontería, cuenta sin embargo con entusiastas adherentes que la difunden desde la blogósfera.
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Naturalmente, hay comentaristas que no se encierran en una sola de estas teorías, sumándolas o mezclándolas, otorgando o no preponderancia a alguna de las mismas.
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En lo personal, como expresé hace ya tiempo -septiembre de 2004- ambos atentados terroristas (Embajada y Amia) fueron auténticos “actos de guerra” perpetrados en territorio Argentino.
Un acto de guerra no puede tratarse como el robo de un banco o el asalto a un camión blindado. Posee una complejidad y sofisticación -en su planificación, financiación, decisión, logística, y ejecución- que tornan en extremo difícil su esclarecimiento, captura de los culpables, y condigna condena aplicando el Código Procesal y los mecanismos judiciales ordinarios.
En este sentido, en mi humilde visión, la judicialización de los ataques terroristas a la Embajada de Israel y al edificio de la AMIA fue una manera de descomprimir los comprensibles reclamos de los familiares de las víctimas, pero cuya eficacia en términos sancionatorios era (y es) utópica.
El mecanismo proyectado en el memorando sigue la misma tesitura inocua y carente operatividad respecto de hechos de esta condición, con el agravante del tiempo transcurrido y las frustraciones acumuladas.
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