martes, mayo 21, 2013

VIDELA: ¿el "malo" entre los "malos"?



Por Eduardo Zamorano


Murió Videla.
Durante años fantasié con ese momento. Me veía tomando un champagne donde las burbujas se mezclaban con mis lágrimas por tanta bronca amasada, atesorada, y alimentada desde mi juventud.
Sin embargo, nada de eso sucedió. No brindé, no reí, no lloré. Me quedé solo en la oficina, despatarrado en un sillón, poblado de recuerdos melancólicos, sabiendo que su muerte se llevaba una etapa triste de mi vida.

El sábado miré a la ligera el título de un diario: "VIDELA, EL SIMBOLO DEL PROCESO".
¿Será correcto emblematizar en el autócrata difunto la circunstancia histórica más aberrante sufrida por la sociedad argentina?
Tengo mis dudas.

En todo caso preferiría a los fines del APRENDIZAJE DE TODOS NOSOTROS -entre otras cosas, para que la sociedad argentina "nunca más" festeje Mundiales tapando con sus vítores de alegría los desgarrantes alaridos de los torturados a metros de los fastos triunfales-,   que el ICONO, GURÓ, ESCUDO, PORTAESTANDARTE, ETC, ETC de la Dictadura del 76 fuera MASSERA.

¿POR QUÉ HAGO ESTE DISTINGO QUE ALGUIEN PODRÍA HASTA RIDICULIZAR, AFIRMANDO QUE COMPARO EL CÁNCER CON LA LEUCEMIA?

Antes de ser lapidado por los bellos durmientes que suelen despertarse mucho después que la PESADILLA terminó, lanzo estas reflexiones.


1.-
Videla era honesto, ascético, jamás cambió el departamento bastante corriente en que vivía, en un edificio nada lujoso, ubicado sobre Cabildo al 300. Jamás se le conocieron amantes, ferraris, o testaferros.

Al dejar el siniestro escenario que lo tuvo de protagonista,  vivió del sueldo del retiro, no le detectaron negociados o fondos ocultos en el interior o exterior o valijas con papeles verdes.

2.-
Por el contrario, Massera robaba y coimeaba a diestra y siniestra, mató para quedarse con botines suculentos pero también con el humilde mobiliario y enseres domésticos de varios de sus desaparecidos.
Eliminó a colaboradores del Proceso que pretendieron sacar los pies del plato como Hidalgo Solá y Elena Holmberg; 
También asesinó al molesto marido de una de sus innumerables amantes, la Sra. Marta Rodríguez Mc Cormack.  Llevó al suicidio a una escritora talentosa, víctima de su sadismo que desplegaba hasta en el juego de la seducción. Y, como frutilla del postre, exigía que le rindiera honores  una Gracielita Alfano veinteañera  (debe admitirse que el “almirante cero” no se privaba de nada)

3.-
Luego de la caída de López Rega se convirtió en el “protector” de Isabelita; tanto la cuidó que,  con ayuda de alguno de los apoderados atolondrada ex “jefa del estado”, se habría rapiñado una porción del patrimonio del General.
Adicionalmente, Y PARA TENER ESPECIALMENTE EN CUENTA EN LOS DÍAS QUE CORREN,  el “Negro” alardeaba de “PERONISTA”.....y tal vez lo era.

4.-
El mediocre Videla jamás pensó en un futuro político; a contrario sensu del mito urbano, no fue un militar destacado; era prolijo, obediente, católico ultramontano, pero distaba del astuto estratega o del intrépido tropero. Podría decirse que su paso por el Ejército fue casi anodino, a la manera del viejo principio de los colimbas “si querés zafar, pasá desaparecibido”.
Su contrafigura, Massera,  pensaba en heredar a Perón. No vaciló en reunirse con los Montos  para negociar una “tregua” durante el Mundial 78 ¿alguién sabe cuál pudo ser la contraprestación?.
Algunos de estos jóvenes (me refiero, en particular,  a Rodolfo Galimberti y su fracción) tenían con él, cuando menos, dos cosas en común: no le hacían asco a apretar el gatillo y amaban la buena vida.
Al respecto, fue memorable la boda del “Loco Galimba” en Punta del Este,  ágape que tuvo como invitados de honor a sus antigüos “cautivos”: los hermanos Born; el Fiscal “justiciero” Romero Victorica y el marino Jorge Radice  “oficial electricista” en la ESMA.


A MODO DE CONCLUSION

El paralelismo que hago con el jerarca de la Armada: ¿busca morigerar las monstruosidades de Videla?
 ¡¡¡¡¡¡¡¡¡SEGURO QUE NO!!!!!!!!!!!!!

Sólo pretendo expresar que en tren de elegir un PARADIGMA DE LA MALDAD de esa década tenebrosa de nuestro pasado,  hay quién tuvo mayores y mejores “méritos” para ocupar el oprobioso sitial.
Para ejemplo a repudiar,  es mejor el “MAL en estado puro”, no en su versión “BANAL”.

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