Por Miguel Schiariti
Dirigente del PJ
Columnista de CONSTRUCCION PLURAL, el programa de Fernando Mauri en FM Radio Cultura
Luego de la derrota en las PASO la presidente se encargó de decir
que iba a discutir con los titulares y no con los suplentes. Lo cierto
es que simplemente convocó a algunos empresarios que no se caracterizan
por nada más que por haber sido -al menos hasta ahora - buenos
aplaudidores públicos a cambio de (sospechamos) beneficios privados.
Yo me pregunto ¿Titulares y suplentes de qué? ¿Ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda? Es un discurso peligroso el de la presidente y sus acólitos. Cuando eran el 54% no se rebajaban a discutir con nadie y descalificaban las opiniones de los demás con argumentos soeces. El 54% debía ser escuchado.
¿Y ahora que ya no son el 54%?
¿Ahora qué, los del 26% deben ser escuchados?
Es necesario ver que cuando la presidente convoca los titulares y no a los suplentes y termina convocando a algunos sectores empresarios nos muestra su desprecio por la democracia, no solo porque descarta a la dirigencia política sino y fundamentalmente porque descarta a la política.
Deja de lado a los partidos políticos para asumirse como la titular de la mayor corporación del país: el Estado Nacional que en vez de ser de todos, es solo de la presidente, y es ella la que como un DT decide quien juega en primera y quien va al banco de suplentes.
Al campo, por supuesto, lo dejó afuera. No importa que la producción agropecuaria sea no solo el pilar fundamental de la economía verdadera de este país y de este estado, porque son los dólares que entran de verdad, ni que represente el modo de vida y la idiosincrasia de lo argentinos por razones históricas, políticas y culturales mucho más lejanas en el tiempo que el nacimiento de la Cámpora. El campo no fue convocado porque fue el primer sector que le dijo que “no” a la señora presidente. Tampoco juegan en primera según el gobierno la CGT Oficial (no así a la oficialista) y la CTA de Micheli.
Todos los que no piensan como el gobierno, no importa si son el 36 o el 4% no merecen ser titulares, no merecen ser escuchados ni son interlocutores válidos, ni pueden decir nada y son unos salames, o empleados de los medios, o la reencarnación del demonio o destituyentes y golpistas o cualquier otra pavada.
Ser de primera o de segunda no se basa en campeonatos con reglas que garanticen que gana quien exhibe mayores virtudes, esfuerzo y mérito.
Ser de primera o de segunda se basa nada más en ser chupamedias. Esta es la revolución de acumulación con matriz diversificada con inclusión social que siguió a la también triunfante revolución productiva. Lo concreto es que los problemas cotidianos de la gente no forman parte de la agenda de nuestra señora presidente.
Otro cosa. Cuando la presidente vuelve a intentar convencernos que nuestros índices son mejores que por ejemplo los de Canadá, continúa haciéndonos saber que ella está convencida que el pueblo argentino es idiota e inculto. Señora, luego de 10 años de Gobierno, los argentinos nos dimos cuenta que cada vez que hay un tema que pone en evidencia la falta de transparencia del Gobierno, la estrategia es decir una tontera para que tanto medios como políticos en general hablen de eso y no de lo que no tiene explicación.
No, señora, a nosotros ya no nos engañan más con esas cosas, con esto de decir cualquier pavada o generar cualquier conflicto estúpido para cambiar el eje de la atención pública. Nosotros queremos saber qué es eso de los viajes inexplicables a los paraísos fiscales. Sabemos que ninguna escala técnica es tan larga ni necesita de la llegada dos días antes de gente de protocolo y de personal de seguridad.
Yo me pregunto ¿Titulares y suplentes de qué? ¿Ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda? Es un discurso peligroso el de la presidente y sus acólitos. Cuando eran el 54% no se rebajaban a discutir con nadie y descalificaban las opiniones de los demás con argumentos soeces. El 54% debía ser escuchado.
¿Y ahora que ya no son el 54%?
¿Ahora qué, los del 26% deben ser escuchados?
Es necesario ver que cuando la presidente convoca los titulares y no a los suplentes y termina convocando a algunos sectores empresarios nos muestra su desprecio por la democracia, no solo porque descarta a la dirigencia política sino y fundamentalmente porque descarta a la política.
Deja de lado a los partidos políticos para asumirse como la titular de la mayor corporación del país: el Estado Nacional que en vez de ser de todos, es solo de la presidente, y es ella la que como un DT decide quien juega en primera y quien va al banco de suplentes.
Al campo, por supuesto, lo dejó afuera. No importa que la producción agropecuaria sea no solo el pilar fundamental de la economía verdadera de este país y de este estado, porque son los dólares que entran de verdad, ni que represente el modo de vida y la idiosincrasia de lo argentinos por razones históricas, políticas y culturales mucho más lejanas en el tiempo que el nacimiento de la Cámpora. El campo no fue convocado porque fue el primer sector que le dijo que “no” a la señora presidente. Tampoco juegan en primera según el gobierno la CGT Oficial (no así a la oficialista) y la CTA de Micheli.
Todos los que no piensan como el gobierno, no importa si son el 36 o el 4% no merecen ser titulares, no merecen ser escuchados ni son interlocutores válidos, ni pueden decir nada y son unos salames, o empleados de los medios, o la reencarnación del demonio o destituyentes y golpistas o cualquier otra pavada.
Ser de primera o de segunda no se basa en campeonatos con reglas que garanticen que gana quien exhibe mayores virtudes, esfuerzo y mérito.
Ser de primera o de segunda se basa nada más en ser chupamedias. Esta es la revolución de acumulación con matriz diversificada con inclusión social que siguió a la también triunfante revolución productiva. Lo concreto es que los problemas cotidianos de la gente no forman parte de la agenda de nuestra señora presidente.
Otro cosa. Cuando la presidente vuelve a intentar convencernos que nuestros índices son mejores que por ejemplo los de Canadá, continúa haciéndonos saber que ella está convencida que el pueblo argentino es idiota e inculto. Señora, luego de 10 años de Gobierno, los argentinos nos dimos cuenta que cada vez que hay un tema que pone en evidencia la falta de transparencia del Gobierno, la estrategia es decir una tontera para que tanto medios como políticos en general hablen de eso y no de lo que no tiene explicación.
No, señora, a nosotros ya no nos engañan más con esas cosas, con esto de decir cualquier pavada o generar cualquier conflicto estúpido para cambiar el eje de la atención pública. Nosotros queremos saber qué es eso de los viajes inexplicables a los paraísos fiscales. Sabemos que ninguna escala técnica es tan larga ni necesita de la llegada dos días antes de gente de protocolo y de personal de seguridad.
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