Los sofistas de Cristina
Por Eduardo Zamorano
Abogado
Columnista de CONSTRUCCION PLURAL, el programa de Fernando Mauri en FM Radio Cultura
El término “sofista” experimentó una evolución desfavorable en su significado. En la Grecia antigua fue sinónimo de “sabio”; siglos después – y en la actualidad – se usa para motejar a falsos argumentadores o hipócritas refinados o agentes de acción psicológica.
Esta mañana opté por priorizar los análisis de las usinas intelectuales de quiénes salieron mal parados del entrevero de ayer. Me pareció mas sabroso -y acerté el pálpito- que aburrirme con los ditirambos triunfalistas y redundantes de los grandes medios opositores al gobierno. Con este objetivo, me zambullí en la web del periódico oficialista Página 12; específicamente para curiosear el discurso de sus principales plumas.
Esta preferencia, desde luego, no implica una toma de posición política; no pasa de un simple divertimento intelectual: detesto los comentarios previsibles justamente por esa condición de obviedad; por el contrario, me estimulan los esfuerzos argumentales de aquéllos que deben repechar una cuesta empinada a fuerza de creatividad o, quizás en esta oportunidad, acudiendo a la fantasía.
Tropecé con un Aliverti llamativamente moderado; tras cartón un Wainfeld anodino y casi desganado; y emergiendo de la espesura: un Horacio González que -como siempre- exigía un traductor ad hoc para descifrar su verba gongorina.
En consecuencia, descarté los segundones y fui al pié. Directo al “Primus inter Pares”. Me refiero, naturalmente, al gran periodista Horacio Verbitsky, alias “EL MENTOR”, a quién admiro por su inteligencia y capacidad de investigación, sin mengüa de mis profundas disidencias con sus posicionamientos ideológicos y políticos.
En efecto, no tengo pudor en admitir que, generalmente, Verbitsky no me decepciona; quiero decir que encuentro en sus notas un notable despliegue informativo, encadenado a través de una lógica formalmente impecable.
Sin embargo, como decía el filósofo precozmente “new age”: TU SAM: “a veces puede fallar”.
Y así fue en esta ocasión.
El celebrado autor de “Robo para la Corona”, a mi entender, le erró feo al viscachazo.
A continuación describo los escuálidos conejos que sacó de su mágica e inagotable galera para disimular el bochorno electoral oficialista.
1.- Los guarismos de una elección legislativa no son comparables con los correspondientes a una presidencial.
Esto es obvio. Pero también es una verdad de Perogrullo que toda compulsa electoral representa un termómetro para medir la opinión que una sociedad tiene de sus gobernantes. Admitiendo las diferencias entre ambos eventos, la notoria merma de votos a favor del oficialismo en el cotejo con la competencia de 2011 es un dato tan contundente que trasciende la tipología de las contiendas.
Tomando el total a nivel país, el confronte entre el exuberante 54% de 2011 y el anémico 27% de 2013, más allá de lo numérico, entraña un simbolismo inquietante en términos de la relación entre la sociedad y el gobierno.
2.- La “homogeneidad” del voto oficialista por oposición al “variopinto rejunte” de los sufragios de sus rivales de ocasión.
Esta aseveración es cierta pero se torna contradictoria en el relato de El Mentor. En efecto, en el octavo párrafo de su artículo, exhibe a Massa como el nuevo paladín del establishment. Para etiquetarlo de este modo, se basa en el discurso que el candidato brindó ante un grupo empresarial presidido por Eduardo Eurnekian.
Allí el Intendente de Tigre habría lanzado estas proposiciones: “seguridad juridica para las empresas privadas , desideologización y desregulación, formulación de alianzas internacionales, generación de confianza para atraer inversiones, superación de fricciones con el campo, mejora de la competitividad industrial tocando el tipo de cambio, mirar al futuro y no al pasado, volver a endeudarse en el mercado financiero; permitir que los bancos vuelvan a intervenir en el sistema jubilatorio, establecer una política de metas de inflación lo cual implica ajustes sobre salarios y gasto público, luchar contra la corrupción, replantear la política energética y garantizar la independencia de la Justicia”.
Asumiendo que Massa esbozó esta miniplataforma del agrado empresarial, pues esos conceptos sintonizan con una porción no desdeñable de quienes ayer cosecharon nutridas adhesiones. Así, la propuesta massista ante los empresarios podría ser suscripta, sin mayores vacilaciones, por estos “ganadores”: Macri, De La Sota; Cobos; Das Neves; Del Sel; etc.
Esta indiscutible coincidencia programática (no abro juicio sobre sus méritos) muestra que –si se obviaran los naturales apetitos y ambiciones personales– hay un segmento de dirigentes políticos con una propuesta bastante similar.
Y si nos atrevemos a escudriñar al interior del Frente para la Victoria, deteniéndonos en Deniel Scioli, su Campeón a la hora de juntar votos: ¿ Diríamos que sus ideas están en las antípodas de las que presumiblemente comparte el conglomerado opositor antes mentado?
Por ende el reproche del brillante expositor de “Hacer la Corte”, apuntando a la “mescolanza opositora” está derritiéndose como un helado en el desierto.
3.- El Mentor culmina la nota.
Este maestro del periodistas, tal vez ganado por la ira y mortificado en su soberbia intelectual, termina en un derrape que desmerece su talento.
Así, poseído por un arrebato de cronista bisoño, postula que esta elección fue menos “drámatica” que la de 2009. Fundamenta esta singular percepción: “ en la serenidad del discurso presidencia y los rostros sonrientes de sus adláteres”.
Tengo información confiable que El Mentor es abstemio, así que no es posible atribuir este disparate al “duende manso del vino”
¿Tendrá problemas de imagen y/o sonido en su televisión o su computadora, víctima quizás de alguna maniobra malévola de Magnetto?
Sin embargo, este furcio, visual y auditivo, queda empequeñecido con el final a toda orquesta que nos depara Don Horacio.
Dedica el último párrafo de su comentario a proporcionarle una mano de lija al “leal” Daniel Scioli (quién, luego de su actuación en esta PASO, ha ganado con creces un sitial de honor en el libro Guiness de los Records, rubro: “masoquismo político”).
El Mentor tranquiliza a aquellos que “se horrorizan ante la perspectiva de una disputa entre Scioli y Massa para el 2015”.
Proclama, enfático, que son temores prematuros e infundados.
¿Por qué?
Pues porque “ningún analisis tiene sentido si ignora que Cristina sigue siendo la Gran Electora para 2015” (SIC).
Sorprendente. El Presidente del honorable CELS no podría haber escogido un argumento más pletórico de republicanismo y democracia que reverenciar EL GRAN DEDO DE CRISTINA.-
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