jueves, octubre 03, 2013

Para que el Gobierno haga algo, no hay que votarlo



Por Miguel Schiariti 
Dirigente del PJ
Columnista de CONSTRUCCION PLURAL, el programa de Fernando Mauri en FM Radio Cultura
 


A partir de la derrota de las PASO el gobierno empezó a cambiar su discurso de manera absoluta y a tomar algunas medidas contrarias a lo que venía haciendo hasta ahora:

a) bajó el mínimo no imponible, luego de negarse a corregir esta injusticia por un montón de tiempo.

b) se fue hacia la mano dura en temas de seguridad (a mi modo de ver, equivocadamente porque en esto no se puede improvisar ya que termina siendo peor el remedio que la enfermedad, pero al menos, reconoció que el tema existe y "algo hizo", al menos, un anuncio en el que reconoce que no es una “sensación” sino un problema).


c) deja trascender que "el ciclo de moreno estaría terminado" (lo cual, es,obviamente, una mentira, pero eso no viene al caso) es el funcionario del “pongui pongui” que se quedó con la plata para los inundados que le sacó a las empresas.

d) manda a sus candidatos a hablar de temas antes no abordados, como el cepo y la inflación y los manda a TN, reconociendo su audiencia, reconociendo que todos los medios que compró no le sirven para llegar a la gente porque no son creíbles. Incluso Cristina misma se ha puesto a dar algunas entrevistas (si bien a la tele pública y muy cuidadas, y para decir cosas raras como que “el cepo al dólar no existe”. Realmente piensa que los argentinos son tan crédulos o tan brutos para no darse cuenta que está mintiendo. O es que sigue hablando para los excluidos del país, que ella entiende que son propios, que le pertenecen a ella y que le creen sin importar lo que diga.

e) se volvieron de anticlericales a amigos íntimos del Papa, con una prédica continuada de la paz y el amor. En general todo el gobierno muestra una cara más amable, más humilde y más tranquila y menos confrontativa (que no es creíble tampoco). Para ello, escondieron bastante a sus personajes más combativos y a la campora (que medida como si fuera persona en las encuestas, tiene una de las peores imágenes públicas. el dato es interesante porque los jóvenes universitarios de la campora con su look “decontracté” eran y siguen siendo sus favoritos). Incluso la presidenta ha decidido hacer campaña sola sin Scioli ni Insaurralde, la pregunta es ¿porqué? A mi juicio ella solo necesita tener a quién echarle la culpa de la derrota que ya sabe que es inexorable.

Y entonces la vemos ahora muy lejos de la maestra ciruela que amonestó a los estudiantes en Harvard diciendo "esto no es La matanza, chicos" muy lejos de los permanentes "redoblar la apuesta" ante las críticas y de la soberbia de los que jamás se equivocan, de la mística de los jóvenes iluminados, muy lejos de la "sensación de inseguridad" es decir, muy lejos, en el discurso, de todas las cosas que decía cuando tenían el 54% de votos y se creían portadores de la verdad absoluta.

f) Así que el gobierno está dando un mensaje muy claro: pareciera que el único modo para los
ciudadanos de lograr que hagan algo al menos de todo lo que prometen en esta campaña es NO VOTARLOS.


Raro, no? Cuando no los votamos, se comportan y toman las medidas que necesitamos. Quiere decir que si vuelven a sacar muchos votos, volverá la soberbia y la patota del 54%. Porque todo este cambio (de cuya sinceridad nos permitimos dudar) sin dudas evidencia un "cambio de estrategia electoral". Ya no está tan centrada en los logros de la década ganada sino en los déficits de la década perdida (corrupción, inseguridad, impunidad, economía frágil que requiere cepo al dólar, "paz y amor" es decir, las cosas concretas que nos agreden a los ciudadanos todos los días).

Párrafo aparte merece el tema de la violencia que escala y preocupa.

Paradójicamente, frente a este discurso de paz, amor y concordia cristianos, se ha desatado la violencia política. Existe un paralelismo entre el ataque a la caravana massista en La matanza, con las primeras declaraciones de apoyo de D Elía y el vandalismo de los jóvenes iluminaditos del Buenos Aires quemando el patrimonio arquitectónico y los amigos del joven baleado ayer en Villa urquiza en un caso que parecería ser de gatillo fácil y que intentaron quemar la comisaría, generando varios destrozos. Hay un paralelismo y es la violencia que se desata y los canales que faltan para encauzarla. Es un estado de cosas que nos va a dejar la década ganada.

Pero no se llegó a esto de un día para el otro. Se llegó a este estado de cosas por muchos años de privilegiar los mecanismos confrontativos por sobre los mecanismos de debate y búsqueda de consensos. Nuestros jóvenes y militantes, estos que estudiaron prácticamente toda su vida escolar con los K, no han aprendido nada de vida cívica.  No saben redactar un petitorio, ni negociar. No saben cuáles son los mecanismos políticos de negociación. Pueden votar pero no tienen herramientas políticas de las que sirven para algo constructivo. Recordemos que el ministro de educación de la nación estuvo de acuerdo con las tomas del año pasado. Y eso sin dudas, más un discurso de permanente enfrentamiento, envalentonó las de este año (a las que criticó demasiado tibiamente para los resultados que vemos).


Nuestros jóvenes saben "tomar medidas de fuerza". Repiten el -lo quiero y lo tomo- del Ejecutivo de la última década. Ya sea en el atrio de San Ignacio de Loyola como en la caravana de la matanza.

En la Década Ganada hemos perdido a la política y a sus mecanismos para mediar los conflictos entre los diversos intereses. Será necesaria una reconstrucción de esa educación cívica. Es claro que el saldo de la década es negativo en valores democráticos, en la década ganada, ganaron las medidas de fuerza, ganó la anti-política.

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