lunes, diciembre 02, 2013

¿Cambió Cristina? ¿O cambió el gobierno?

Por Miguel Schiariti


Nos levantamos estos días y al leer los diarios parece que estamos en otro país ¿estaremos en otro país? Pasan cosas raras: de repente la tapa del Clarín -el diario de la Corpo, el enemigo- nos sorprende ayer con la frase de tapa “ronda habitual en la Rosada” ara referirse a los contactos con la prensa Jorge Capitanich, nombrado jefe de gabinete hace una semana.
 
¿Cuánto tiempo tarda algo en hacerse habitual? En los últimos años se hicieron habituales un montón de cosas, cosas que no nos hicieron bien a los argentinos: divisiones fomentadas en la lógica amigo/enemigo, discursos de una enorme violencia verbal y simbólica, diatribas, enojos, berrinches de todo tipo, escraches, mentiras y finalmente un discurso y una mística triunfalista, de epopeya. Esa mística y esa epopeya que generaron rechazos, sí, pero también despertaron pasiones, algunas desde la militancia paga y otras desde las personas comunes y corrientes que se sintieron imantadas por ese carisma.

Este modo de ejercer el poder en el que ya se ha dicho todo y queda poco para agregar. Pero ese era el modo en que se ejercía el poder en la Argentina. El modo de Cristina y de Moreno. En aquel modo, cuando los ministros asumían no podían poner condiciones ni nombrar a los funcionarios de menor jerarquía de sus ministerios. Esto sería un cambio radical en la forma de hacer política de este gobierno. Digo sería si uno pudiera creer que esto es va a durar.

 Ahora resulta que Kicillof quiere ser un ministro sin Moreno y lo logra.

Nuestro ministro de Economía anterior -¿cómo era que se llamaba este muchacho?- se quería ir, todo parece indicar que Kicillof se quiere quedar y quiere trabajar con un equipo económico de verdad. Repito esto sería un cambio radical en la forma de hacer política de este gobierno. Digo sería si uno pudiera creer que esto es va a durar.

 
El giro económico que está dando el gobierno parece notorio: la indemnización a YPF, los intentos para finalmente arreglar con el Club de París, el supuesto intento de acuerdo con FMI (INDEC y Revisión de cuentas) nos haría suponer  que se han dado cuenta de la gravedad de la situación económica, de esa crisis que nos dijeron que no existe.

Analicemos y recordemos: La actual indemnización a YPF luego de haber expropiado daría la sensación que es la utilización del mismo mecanismo ya usado antes de borrar los rastros del vaciamiento. Este mismo mecanismo lo usaron con Aerolíneas Argentinas, con la ONCCA, luego del paso de Etchegaray y con la Secretaría de Transporte luego del evitable accidente de once.

Y nos dicen vamos a arreglar con el Fondo Monetario también, con una profunda reforma del Indec pronto seguramente. Y todo lo que se hizo para destrozar algo que funcionaba se deshará. Y mayoritariamente creemos que harán esto para poder acceder a los dólares de los créditos externos. Pero para estos créditos lleguen si hicieran todo rápido tal cual lo prometen, por lo menos necesitarán dos años y ellos ya no van a estar. Esto me lleva a pensar ¿será cierto que van a hacer algo de todo lo que dicen que van a hacer?

Otras cosas tardarán mucho más tiempo, las 12 millones de cabezas de ganado que nos comimos, el trigo que no sembramos, los precios que nos acosan.

Tanto han cambiado las cosas que ahora el Jefe de Gabinete invita al diálogo a Macri y a Bonfati “para definir una agenda bilateral” en sus propias palabras. No ha habido antes un reconocimiento de jerarquía tal a un opositor. Los opositores eran seres despreciables, odiados, que no entendían nada ni merecían ningún respeto. Se podrá decir que por ahora es discursivo, pero para un gobierno que le daba importancia al discurso sobre cualquier otra cosa, es un dato de mayor importancia. Pero ante la pregunta de si citará a Massa, la respuesta es será en su bloque. Recordemos que el poder a Massa y a los intendentes en general se lo dieron los K cuando pensaban que era la manera de des-apoderar a los gobernadores. Es decir Massa es un invento K que se les hizo contra y por eso no lo recibimos.

Como es un dato de mayor importancia que Cristina, justamente, ya no pueda hablar en público como antes y tenga que cuidar su salud también en privado. Las largas cadenas nacionales, los discursos del atril, ya no estarán. Eso también cambió, como seguramente no encontraremos otro funcionario dispuesto a decir que va a calzarse guantes de box ni a llevar medias a niños descalzos al África con el cotillón anti-Clarín.

Está claro que con estos cambios el gobierno mantiene la iniciativa mediática, pues las noticias sobre Capitanich y Kicillof acaparan los medios de comunicación… se nota que Cristina no está ¿y La Cámpora? ¿Vieron que tampoco aparece como antes cada dos palabras?

Pero los 3 millones de votos perdidos el pasado octubre acaso les hayan hecho ver que los medios de comunicación no lo son todo. Lo que parece haber entendido el gobierno es que debía mostrar gestión. Los medios no son los problemas, los problemas son el problema. Los funcionarios del gobierno parecen ahora empeñados en mostrarnos que están corrigiendo el rumbo, queda por ver, porque es muy pronto, si dejarán la soberbia de lado y se pondrán a trabajar o si insistirán en que somos nosotros los culpables de la inflación, la inseguridad y los trenes que no frenan, por no viajar en día domingo. Ojalá estos cambios que se empiezan a ver sean de fondo.
 
¿Estamos viendo al continuador de la epopeya kirchnerista o la construcción a nivel nacional de una cosa completamente distinta?

La identidad e identificación entre personalidad y gestión política con Cristina fue tal que a la luz de las últimas noticias cabe preguntarse ¿Habrá cambiado Cristina o habrá cambiado el gobierno? En ese caso, ¿podrá el tándem Capitanich - Kicillof despertar las pasiones y las adhesiones que despertaba Cristina? 

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