martes, febrero 03, 2015

Hay que declarar una guerra

Por Bernardo Poblet - ensayista/columnista de Construcción Plural



El gobierno necesita desesperadamente generar un hecho shockeante, ¡ya! que lleve a las multitudes a plaza de mayo a vivar a la generala.  Para eso es mandatorio despertar el latente y adolescente nacionalismo de muchos argentinos

La creativa usina de distracciones, que siempre lo fue, está averiada; las ideas últimas fracasan y agregan más leña al fuego. Chile, Malvinas están gastadas. EEUU, los fondos buitres, aburren un poco, están muy lejos. Mientras golpeamos a la prensa crítica y malvada (que las hay, las hay) tenemos que encontrar la idea salvadora.

Creo tener la solución: hay que declararle la guerra al Uruguay. ¿Por qué? Sobran razones. Para empezar,  profundizar lo que alguna vez dijo la Presidenta: “Artigas siempre quiso ser argentino” Lo traicionaron, es hora de reivindicarlo. Seguramente podremos demostrarlo con documentación original o no, se verá. Además, la prensa oriental suele publicar notas ofensivas contra Cristina que es decir una inaceptable ofensa para  cuarenta millones y una yapa de argentinos. Por otra parte,  tienen una inflación mínima lo que resulta un desafío insoportable. Redenunciaremos a las pasteras (¡Las pasteras son argentinas!!)   y que nos robaron el tango (lo de Gardel en Tacurenbó es un poco  viejo) Es cuestión de agregar aportes,  para eso están los contratados. Sobre estas ideas, Forster puede desarrollar un pensamiento filósófico,  Zaffaroni una doctrina y la Sra. Rodriguez (ministra de Seguridad, por si algún desorientado no lo sabe) debería ponerse al frente de nuestras tropas (con lo que queda alcanza)

Este es el momento. Con Mugica sería difícil porque con el humor del Pepe no nos tomaría en serio. Pero su sucesor es un tipo que sonríe poco. Ideal para la contienda. Sería un paseo. Le cortamos todos los puentes –tenemos experiencia-, taponamos el rio de la Plata y le bloqueamos el suministro de yerba. Los amenazamos con enviarles miles de chinos -que importaremos en el marco de los acuerdos- para marcarles el ritmo de trabajo. A los turistas argentinos en Punta le recomendaremos que no vayan, pero no se lo vamos a impedir, eso sí, a quienes viajen  les aumentaremos los impuestos en un ciento cincuenta por ciento  y serán invitados a la Afip a tomar un café para hablar de posibles expropiaciones cuando anexemos la república.

Sin disparar un tiro –no queremos lastimar a nadie- pero  con el imponente espectáculo de tropas desplazándose en las carreteras ¿cuánto hace que no vemos un desfile?, artículos triunfalistas en los medios nacionales,  y ataques furibundos en los internacionales – que serán un factor de unión del pueblo al sentirnos agredidos-  discursos épicos de nuestros conductores, las pantallas de tv saturadas de anécdotas y chimentos, el clima mutará notablemente.

En dos o tres meses tendremos una rendición incondicional o un armisticio -se igual, diría Minguito- y ya estaremos en las elecciones de fin de año. ¡No es tan difícil!

Si alguien cree que esto es una broma, mejor prepárense para algo, tal vez, peor. Alguna clase de  drama antes de fin de año parece posible.   

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