Por Bernardo Poblet
Muchos de mis amigos están
realmente indignados por la virulencia de las internas en todos los estamentos
donde está en juego el poder, y no solamente en el ámbito de la política donde
en tiempos electorales la exposición es mayor.
Algunos sostienen que no
recuerdan algo tan agresivo y mediocre como lo que está ocurriendo hoy: pasos y
pases. Oficialistas plenos y filo oficialistas, independientes móviles lábiles a
los vientos que los acerquen a un puerto con puestos y prerrogativas,
opositores férreos hasta que los patotean y arrugan. ¡El oficialismo esta
terminado! ¡No! Eso era ayer, hoy ¡el oficialismo gana! ¡No! La gente està
harta, volvemos a la polaridad…
¿Esto es terrible? Y, más o
menos, todo depende del marco de comparación, estas cosas pasan en muchos
lugares. Pareciera que el hombre tiene en su ADN el irrefrenable impulso para
buscar el biunívoco combo de poder y corrupción; miremos el mundo -la FIFA es
un grupo de boys scouts.- ¿Cómo puede ser? ¿Es un error de diseño de Dios? ¿En
que se equivocó? El hombre demuestra rasgos que no son compatibles con su imagen
y semejanza o, al menos, no lo deja muy bien parado.
Estas suposiciones son
erróneas.
Tal vez. la explicación esté en
esa leyenda que dice que en los tiempos de la creación Dios se entusiasmó con
darle al hombre la capacidad de imaginar, de crear cosas nuevas a través del
lenguaje, para diferenciarlo de las otras especies. Como no estaba claro donde
ponerla, los ángeles se reunieron para hacerle una recomendación al jefe. La
discusión fue intensa y las opiniones pronto se dividieron. Algunos, liderados
por el Arcángel Gabriel, sostenían que debería ser una facultad de la mente;
otros sostenían que era muy peligroso, se le estaba dando demasiados poderes y
aún no conocían como iba a reaccionar ese espécimen que había inventado Dios
(esto lo decían en voz baja, sabiendo su predilección por el chiche nuevo)
estaban convencidos que debería ser algo externo que cada uno debería encontrar
y merecer. Lideraba esa corriente Satanás, que ya se mostraba como el príncipe
de los contestatarios y rebeldes. Después de escucharlos, se inclinó por la
tesis de Gabriel y sus seguidores.
El futuro Diablo nunca fue un
buen perdedor. Se quedó pensando como hacer para demostrar que tenía razón, ya
anidaban en su cabeza pensamientos para acumular poder ¡Una brillante idea! se
dijo, mientras evaluaba que lo que se le había ocurrido tendría consecuencias
observables que convencerían a otros ángeles en la feroz interna que ya se
insinuaba en el Cielo.
El sábado no había un alma en
el Paraíso -todos aprovechan que el jefe descansaba y se tomaron el día- el
rencoroso ángel se acerco suavemente a la flamante pareja y con sus poderes
celestiales le hizo sutiles correcciones a esa incipiente capacidad que aún no
habían estrenado.
La historia demostró que la
treta de Satanás fue sumamente efectiva: logró que el cuerpo y sus sensaciones
dominaran sobre la imaginación; entonces los hombres comenzaron a ver la
realidad desde los sentidos, lo objetivo se desdibujó, todos veían las mismas
cosas de manera diferente, a veces opuestas, a emitir juicios sin fundamento o
a ver lo que no existía pero convencidos de que era real. Esa imaginación
tergiversada comenzó a invadirlos y se potenció en cada descendiente. El
primero que cayó en la trampa fue Adán, se imaginó que podía ser un Dios, y los
dioses no admiten límites, y menos por una insignificante
manzana.
La humanidad tomó un camino
que hoy está reflejado en los extraordinarios logros de la tecnología, que
avanza implacable y amenaza dominarla porque se transformó en imprescindible,
y deglutió a los valores que le daban sentido ético a la vida. Reemplazó a
Dios.
Cuando harto de indisciplinas
el Jefe decidió enviar al ostracismo a su Ángel rebelde y a sus seguidores,
sentó el primer precedente de una fractura ideológica. Satanás armo su propia
organización y comenzó la competencia depredadora. El mundo se convirtió en un
campo de lucha para obtener participación. Viendo el planeta, parecería que el
demonio se ha posicionado como el líder absoluto en volumen en no pocas
geografías. Está ganando por goleada.
¿Cuál ha sido su estrategia más
exitosa de Marketing? Por un lado, potenciar a los políticos ambiciosos de
poder y dinero. Notable su capacidad de selección para encontrar candidatos con
el perfil adecuado para el rol: pocos escrúpulos, ambición sin límites y
predispuestos a canjear su alma con él -Mefistófeles- para obtener sus
objetivos, siguiendo los pasos del Doctor Fausto. Pobre Goethe, hoy sería un
tipo muy poco original, está plagado de Faustos.
Por otro lado, estimulando
exitosamente las sensaciones del momento en los humanos, la vocación por
suicidios colectivos. La gente aprecia lo que siente que le pasa aquí y ahora.
“ Si salvo mi poder adquisitivo, como sea, no me hablen de datos, indicadores,
cosas abstractas o lo que hacen los otros. No me importa. Hoy estoy vivo,
mañana no sé. Voto por mi realidad.”
Hay personas con principios,
convicciones y compromisos para construir una sociedad mejor ¡Claro que sí! Y
es justo reconocerlos. Pero no logran tener un peso específico, ser escuchados,
a veces, ni ser oídos. Suelen ser prudentes y mesurados, es decir, políticamente
anormales. Sin embargo, sostienen algunos, aparecen movimientos como los
indignados que pretenden cambios profundos –Grecia o España, por ejemplo- y
votan para desplazar a los tradicionales, si, pero suelen ser temporales, son
como los indicadores de la bolsa, hoy caen estrepitosamente, mañana vuelven a
crecer. Hay que mirar las tendencias.
Todo esto hace sospechar que el
diablo es el verdadero inspirador de la democracia, un sistema para mantener
entretenidos a los que nos resistimos a sus influencias, a los que seguimos
creyendo que son posibles los liderazgos racionales dentro de las reglas de una
república, ¡Es inviable! sostienen sus detractores, es parte de lo ilusorio. Por
ahora, pareciera que no hay exorcismo que aguante.
Lo corto depende de lo largo
decía un viejo sabio, de manera que comparando desde donde vienen, hay que
admitir que las internas que nos agobian son sencillos juegos de la salita
azul.
Pero no todo está perdido,
Ánimo. Todavía tenemos una carta para vérnosla con semejante enemigo. Las
teorías gnósticas dicen que en realidad el Dios que reina sobre la Tierra es de
segundo nivel, hay otro mucho más poderoso y tiene, como debe ser, un rival (Los
dioses necesitan un contrincante para doblegarlo y demostrar su predominio a los
demás) Este demonio, poderosísimo, vencerá a nuestro conocido Diablo y lo
someterá.
Pero… ¿De qué habla? ¡Si es
así, será peor que el otro! ¿Qué nos espera? ¡Rajemos! ¡Mejor votemos para que
nada cambie!
¿Vieron? ¡Se los dije! Así
piensan los que definen una elección. El
individuo masa y las circunstancias de la inmediatez terminan
asegurando el apoyo popular a los líderes de perfil demonio.
¡Ave María
purísima!
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