domingo, mayo 31, 2015

La culpa la tiene el Diablo

Por Bernardo Poblet

Muchos de mis amigos están realmente indignados por la virulencia de las internas en todos los estamentos donde está en juego el poder, y no solamente en el ámbito de la política donde en tiempos electorales la exposición es mayor.  

Algunos sostienen que no recuerdan algo tan agresivo y mediocre como lo que está ocurriendo hoy:  pasos y pases. Oficialistas plenos y filo oficialistas, independientes móviles lábiles a los vientos que los acerquen a un  puerto con puestos y prerrogativas, opositores férreos hasta que los patotean y arrugan. ¡El oficialismo esta terminado! ¡No! Eso era ayer, hoy ¡el oficialismo gana! ¡No! La gente està harta, volvemos a la polaridad…

¿Esto es terrible? Y, más o menos, todo depende del marco de comparación,  estas cosas pasan en muchos lugares. Pareciera que  el hombre  tiene en su ADN el irrefrenable impulso para  buscar  el biunívoco combo de poder y corrupción;  miremos el mundo  -la FIFA es un grupo de boys scouts.- ¿Cómo puede ser? ¿Es un error  de diseño de Dios? ¿En que se equivocó? El hombre demuestra rasgos que no son compatibles con su imagen y semejanza o, al menos, no lo deja muy bien parado.

Estas  suposiciones son erróneas.

Tal vez. la explicación esté en esa leyenda que dice que en los tiempos de la creación Dios se entusiasmó con darle al hombre la capacidad de imaginar, de crear cosas nuevas a través del lenguaje, para diferenciarlo de las otras especies. Como no estaba claro donde ponerla, los ángeles se reunieron para hacerle una recomendación al jefe. La discusión fue intensa  y las opiniones pronto se dividieron. Algunos, liderados por el Arcángel Gabriel,  sostenían que debería ser una facultad de la mente;  otros sostenían que era muy peligroso, se le estaba dando demasiados poderes y aún no conocían como iba a reaccionar ese espécimen que había inventado Dios (esto lo decían en voz baja, sabiendo su predilección por el chiche nuevo) estaban convencidos que debería ser algo externo que cada uno debería encontrar y merecer. Lideraba esa corriente Satanás, que ya se mostraba como el príncipe de los contestatarios y rebeldes. Después de escucharlos, se inclinó por la tesis de Gabriel y sus seguidores.

El futuro Diablo nunca fue un buen perdedor. Se quedó pensando como hacer para demostrar que tenía razón, ya anidaban en  su cabeza pensamientos para acumular poder ¡Una brillante idea! se dijo, mientras evaluaba que lo que se le había ocurrido tendría consecuencias observables que  convencerían a otros ángeles en la feroz interna que ya se insinuaba en el Cielo.

 El sábado no había un alma en el Paraíso -todos aprovechan que el jefe descansaba y se tomaron el día- el rencoroso ángel se acerco suavemente a la flamante pareja y con sus poderes celestiales le hizo sutiles correcciones a esa incipiente capacidad que aún no habían estrenado.

La historia demostró que la treta de Satanás fue sumamente efectiva: logró que el cuerpo y sus sensaciones dominaran sobre la imaginación;  entonces los hombres comenzaron a ver la realidad desde los sentidos, lo objetivo se desdibujó, todos veían las mismas cosas de manera diferente, a veces opuestas,  a emitir juicios sin fundamento o a ver lo que no existía pero convencidos de que era real. Esa imaginación tergiversada comenzó a invadirlos y se potenció en cada descendiente.  El primero que cayó en la trampa fue Adán, se imaginó que podía ser un Dios, y los dioses no admiten límites, y menos por una insignificante manzana.

 La humanidad tomó un camino que hoy está reflejado en los extraordinarios logros de la tecnología, que  avanza implacable y amenaza dominarla porque se  transformó en imprescindible,  y deglutió a los valores que le daban sentido ético a la vida. Reemplazó a Dios.

Cuando harto de indisciplinas el Jefe decidió enviar al ostracismo a su Ángel rebelde y a sus seguidores,  sentó el primer precedente de una fractura ideológica. Satanás armo su propia organización y comenzó la competencia depredadora.  El mundo se convirtió en un campo de lucha para obtener participación. Viendo el planeta,  parecería que el demonio se  ha posicionado como el líder absoluto en volumen en no pocas geografías. Está ganando por goleada.

¿Cuál ha sido su estrategia más exitosa de Marketing? Por un lado, potenciar  a los políticos ambiciosos de poder y dinero. Notable su capacidad de selección para encontrar candidatos con el perfil adecuado para el rol: pocos escrúpulos, ambición sin límites y predispuestos a canjear su alma con él  -Mefistófeles-  para obtener sus objetivos, siguiendo los pasos del Doctor Fausto.  Pobre Goethe, hoy sería un tipo muy poco original, está plagado de Faustos.

Por otro lado, estimulando exitosamente las sensaciones del momento en los humanos, la vocación por suicidios colectivos.  La gente aprecia lo que siente que le pasa  aquí y ahora.  “ Si salvo mi poder adquisitivo, como sea, no me hablen de datos, indicadores, cosas abstractas o lo que hacen los otros. No me importa.  Hoy estoy vivo, mañana no sé. Voto por mi realidad.”

Hay personas con principios, convicciones y compromisos para construir una sociedad mejor ¡Claro que  sí!  Y es justo reconocerlos. Pero no logran tener un peso específico, ser escuchados, a veces, ni ser oídos. Suelen ser prudentes y mesurados, es decir, políticamente anormales. Sin embargo, sostienen algunos,  aparecen movimientos como los indignados que pretenden cambios profundos –Grecia o España,  por ejemplo-  y votan para desplazar a los tradicionales, si, pero suelen ser temporales, son como los indicadores de la bolsa, hoy caen estrepitosamente, mañana vuelven a crecer. Hay que mirar las tendencias.

Todo esto hace sospechar que el diablo es el verdadero inspirador de la democracia, un sistema para mantener entretenidos a los que nos resistimos a sus influencias, a los que seguimos creyendo que son posibles los liderazgos racionales dentro de las reglas de una república, ¡Es inviable! sostienen sus detractores, es parte de lo ilusorio. Por ahora, pareciera que no hay exorcismo que aguante.

Lo corto depende de lo largo decía un viejo sabio, de manera que comparando desde donde vienen, hay que admitir que las internas que nos agobian son sencillos juegos de la salita azul.

Pero no todo está perdido, Ánimo. Todavía tenemos una carta para vérnosla con semejante enemigo. Las teorías gnósticas dicen que en realidad el Dios que reina sobre la Tierra es de segundo nivel, hay otro mucho más poderoso y tiene, como debe ser, un rival (Los dioses necesitan un contrincante para doblegarlo y demostrar su predominio a los demás) Este demonio, poderosísimo, vencerá a nuestro conocido Diablo y lo someterá.

Pero… ¿De qué habla? ¡Si es así, será peor que el otro! ¿Qué nos espera? ¡Rajemos! ¡Mejor votemos para que nada cambie!

¿Vieron? ¡Se los dije! Así piensan los que definen una elección. El individuo masa y las circunstancias de la inmediatez  terminan asegurando el apoyo popular a los líderes de perfil demonio.
 ¡Ave María purísima!

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