viernes, junio 05, 2015

El secuestro de Colón

 Por el  Edgardo Carranza
Columnista de Cnstrucción Plural

En  la oscuridad de la noche el camión llega al parque trasero de la Casa Rosada, le cargan parte del desmantelado monumento al Inmigrante (Monumento a Colón donado por la Comunidad Italiana en 1910) y tapados con lonas grises lo transportan sigilosamente al espigón Puerto Argentino, donde el Gobierno nacional logró acordar al Gobierno de la Ciudad trasladarlo. Todo por el capricho presidencial de satisfacer al verborrágico  Hugo Chávez que le sugiriera a la Presidente que sacara de allí al “genocida”.
Así, como forma de evitar que Colón pueda volver a su lugar con un nuevo gobierno, desde arriba llegó al orden: Sacar de allí a Colón para que la saliente presidente se dé el gusto de entronizar a la Juana Azurduy donada por el gobierno Boliviano. Es que la capitana Juana Azurduy (flor del Alto Perú), es más boliviana que argentina, como Sucre, el chileno O Higgins y tantos otros).
Y que no vengan con el cuento de la “memoria y la Mujer” porque pudiendo poner al centro del Bicentenario el nombre de Eva Perón, le pusieron Néstor Kirchner.
Lo cierto que el Gobierno eligió lo oscuro de la noche para llevar adelante el “traslado” sin que esté siquiera iniciados los cimientos del nuevo emplazamiento. Lo que si montó fue un alto cerco que oculta en el espigón Puerto Argentino frente al Aeroparque los restos de Colón, que son amontonados cubiertos con lonas de la vista de la gente.
Al decir de Horacio Verbitsky , esta tropelía sucede “mientras la Ciudad duerme”.   

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