Por Fernando Mauri
Jaime preso, Lázaro Báez quizás siguiendo ese camino antes del fin de semana próximo. Un deseo mayoritario en la sociedad de que esa vía se extienda y continúe en muchos ex funcionarios o testaferros de éstos (desde la ex presidenta kalabaza que el 13.04 deberá pisar Tribunales, hasta Aníbal Fernández, pasando por tantos otros como Boudou, Zannini y su segundo Liuzzi, Echegaray, De Vido y su sobordinado Lopecito, Bossio, Vanoli, Scioli, Capitanich, Alberto Fernández, D Elia, Marianito Recalde (hijo del "transparente" laboralista Héctor), Cristobalito, Eskenazi, Szpolski, Garfunkel, Gerardo Ferreyra).
O al revés:
La gestión macrista con mayor inflación que la heredada y su natural consecuente crecimiento de la pobreza heredada, ajuste, despidos, tarifazos sin gradualismo y todos juntos no exentos de necesidades electorales de encararlos lejos de las elecciones de 2017.
Jaime preso, Lázaro Báez quizás siguiendo ese camino antes del fin de semana próximo. Un deseo mayoritario en la sociedad de que esa vía se extienda y continúe en muchos ex funcionarios o testaferros de éstos (desde la ex presidenta kalabaza que el 13.04 deberá pisar Tribunales, hasta Aníbal Fernández, pasando por tantos otros como Boudou, Zannini y su segundo Liuzzi, Echegaray, De Vido y su sobordinado Lopecito, Bossio, Vanoli, Scioli, Capitanich, Alberto Fernández, D Elia, Marianito Recalde (hijo del "transparente" laboralista Héctor), Cristobalito, Eskenazi, Szpolski, Garfunkel, Gerardo Ferreyra).
Léase como guste, priorícese otro tanto, Son dos caras de la misma moneda que flota en el aire de la actualidad. Ambas caras que como periodistas no debemos ocultar ni priorizar una sobre otra y menos que nada permitir que una obture a la otra. Tampoco copiar la protección mediática del gran grupo argentino de presiones y extorsiones Clarín que ejecuta a favor de su nuevo aliado, el presidente Macri, ni el rol que en el mismo sentido opuesto le cabe a lo que queda de los medios propagandísticos surgidos al calor de la pauta oficial de la Década robada respecto a la korrupción K que genialmente consiguió superar a la del menemato (lo que no es poco decir, más bien lo contrario).
El periodista está llamado a fiscalizar, a molestar, a preguntar, a indagar. Eso incluye explorar las vinculaciones por posible falta de cristalinidad (diría un extinto presidente pinguino y jefe de la banda de korruptos) entre el actual presidente y su amigo del alma, el empresario Nicky Caputo.
O el rol de claro operador judicial presidencial encarado por el titular de un club de fútbol venido a menos internacionalmente a costa de su primo millonario.
En fin, que para eso estamos quienes desarrollamos con honestidad y rigor este apasionante profesión.
Cara y contracara formando un todo.
Nada más, ni nada menos.
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