Para un lider que no suele apostar al cambio de equipos,
echar llanamente al ministro de Economia no deja al fin de cuentas de ser un dato polìtico gestual importante. Tanto como lo es seguir vacacionando en la hermosa Patagonia en medio de semejante recambio donde nada parece que vaya a modificarse demasiado, excepto la
cohesiòn interna que surge fortalecida.
Ahora, a partir de alli, solo interrogantes:
¿Què quedò de aquel autoelogioso en exceso 8 con que el presidente Macri adulò su gestiòn, en un entorno donde destacò "la caìda de la inflaciòn"?
¿No es un riesgo muy alto acaso el que corre Macri al pràcticamente quedar expuesto como virtual jefe de Economìa [Nestor K ya lo hizo antes pero sin el colchòn previo de una Jefatura de Gabinete -Peña - Quintana - Lopetegui - recontrafuerte] y sin fusible explicito en caso de fracaso?
¿No se incrementa el ya instalado riesgo de atomizaciòn del gabinete econòmico que horada la ejecutividad necesaria en un escenario de crisis en virtud de la bomba de tiempo legada por los K? Ahora seràn casi una decena los ministros con injerencia en materia econòmica.
Se han subrayado los problemas de ejecuciòn de polìticas. Este esquema parece reforzar tal negativo señalamiento.
Primero Isela Costantini en AA. Ahora el heterodoxo ex lilito Prat Gay. ¿Se viene indefectiblemente un ajuste del gasto pùblico? ¿Tiene espaldas este gobierno para marchar a unas elecciones que se avizoran harto complejas para
el oficialismo en un contexto de polìticas de ajuste?
Y mas allà, ¿puede soportar una administraciòn no peronista nacida debil como pocas o ninguna, una derrota en comicios de medio tèrmino y al mismo tiempo una ola de reclamos en las calles por un eventual ìmpetu ajustador?
Muchas dudas. Una vez mas, el tiempo develara las respuestas.
Para cerrar, embargados de espìtitu navideño, reparamos en èste, un paìs generoso por haber tenido en la poltrona de Economìa a alguien que hoy contra todas las interpretaciones, dice que a Prat Gay no lo desplazaron, sino que èl dio un portazo. Y aùn màs, señala que Dujovne no tiene perfil para funcionario del Estado. ¿De quièn hablamos? Del karadura de Axelito Kiciloff, otrora paradigma de horrores de kirchnerismo explicito.
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