viernes, abril 07, 2017

6A - Un Parazo que no cambia mucho el escenario


Por Fernando Mauri


Que a los Kirchner apenas se les animaron.
Que a De la Rua antes de 4 meses ya le pararon.
Que la màs de una decena de paros salvajes al gran Alfonsìn en los albores del reverdecer democràtico.
La contundente primera protesta desmovilizadora de la CGT contra la administraciòn macrista no aporta mucho màs de lo previsible, no mueve mucho a los jugadores de sus posiciones de fuerza en tanto deja un
sinfn de repiqueteo de obviedades en el aire.

Lo natural ocurriò: sin transporte, con los gremios representantes de los medios de locomociòn adheridos a la huelga, la medida de fuerza es inevitablemente fuerte, màs allà de las campañas en redes sociales de "Yo no paro" o de aliento a improbables travesìas en largas caminatas,
viajes en bicicleta, autos privados compartidos  o hasta submarinos o jets privados.

De hecho, la protesta fue recortada, seguramente porque la central sindical se vio compeilda a ir contra la gestiòn Macri aùn no deseando poner el pie en el acelerador por vez primera ante la presiòn de la izquierda, las bases, los K, etc. (Remember. "Pone la fecha, la p... que lo pariò").

Decimos recortada porque el habitual maridaje entre el paro y movilizaciòn a Plaza de mayo o al Congreso
sòlo quedò acotado esta vez en la primera parte de la ecuaciòn.

El dato saliente màs allà de la fuerte envergadura del parate y de la actuaciòn normal de la Gendarmería desalojando piqueteros y liberando el tránsito en la autopista Panamericana y 197, fue por suerte la ausencia de incidentes mayores de violencia.

Vivimos mucha histeria entre la dirigencia y entre mis colegas periodistas, como si fuera la primera huelga general en dècadas en Argentina. Pero en definitiva solo asistimia a un paro que articulò motivos legìtimos derivados del duro
escenario econòmico social ante la herencia bomba recibida de la Dècada Robada y la mala praxis macritsa posterior,  y representantes impresentables -de Viviani a Baradel pasando con YasKKKy- y lìderes coherentes, compartamos o no su ideologìa -el estatal Michelli o el
ferroviario Pollo Sobrero-.

Huèrfanos de un liderazgo ùnico -cualquier semejanza a un Ubaldini o Mayano resulta extemporànea-, campeando entre lìderes sin poder real -un triunvirato dilùìdo y cuestionado a la cabeza de la CGT-, la pregunta
es còmo sigue la pelìcula. Habrìia que desdramatizar un poco por estas horas y pensar que la CGT moviò un par de piezas, logro su cometido y nada lleva a pensar por ahora que la tensiòn se agudice a corto plazo. Otro cantar y distinta mirada contemplativa cabria si el mes que viene se motorizara otra huelga nacional y con movilizaciòn y discursos beligerantes, pero no pinta asì la dinàmica.

La izquierda con sus forzados cortes y piquetes pudo otra vez acaparar la escena mediàtica pero no mas que eso. La razòn de ser a fin de lograr una paralizaciòn exitosa fue es y serpa la ausencia total de medios de transporte.

El Gobierno, sobreedimensionando el exitoso 1A al que no se atreviò a convocar oficialmente para no pagar costos si el resultado de la convocatoria era exigua-  y envalentonado tras mentar la bùsqueda improbable de terminar con las mafias sindicales, se propone cual kirchnerismo con la Mesa de Enlase campestre en medio del conflicto agrario, atomizar y convocar por sectores a los gremios, y no entablar
diàlogo orgànico y a la luz del dìa validando a la conducciòn de la central sindical ortodoxa.

Asì, la administraciòn macrista seguirà pavimentando negociaciones por actividad como ya ha cristalizado con petroleros por Vaca Muerta, metalúrgicos y mecánicos a fin de potenciar la industria automotriz y màs recientemente la construcción. Habrà que ver si ese camino emprendido le basta para el no relacionamiento con la dirigencia cegetista.

Discurrir a esta altura como plantea Triaca, el titular de la cartera laboral, acerca  de la "intencionalidad política" -obvia y admitida por la CGT; pero con razòn disociàndola de una intencionalidad polìtico partidaria- resulta tan extemporàneo como debatir sobre el inocuo relato oficial que subraya que el paìs pierde 15 mil M de pesos por un dìa sin actividad, o como discutir sobre si la gente pudo decidir libremente concurrir a trabajar. cuando sabemos que se vio imposibilitada por la carencia de transporte.

La huelga es un derecho, grandes conquistas se han obtenido merced a dicho instrumento legal. Esa es una cara, la otra es la dirigencia gremial harto cuestionable y la imposibilidad de elegir libremente ante la falta de transporte si uno quiere concurrir a su habitual puesto de tareas. Aunque ojo, aquì tambièn se abre otro carril, porque pueden ser varios los que simpatizando con un reclamo sindical, por no perder el plus de presentismo o por presiòn patronal, se ven compelidos a presentarse a trabajar. Si hablamos y exigimos con legitimidad a los representantes de los trabajadores transporte para realmente elegir que hacer, otro tanto deberìa obrar en esa linea con los empleadores.





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