miércoles, julio 08, 2020

A pocas horas de un 9 de Julio sin Patria


Por Gustavo Ferrari Wolfenson


Un buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su Patria un
poder que pretenda hacerse superior a las leyes. (Marco Tulio
Ciceron, 106 AC)


Pandemia, cuarentena indefinida, peleas entre la ciudad y el
cono urbano, un custodio que de la noche a la mañana
aparece asesinado por el derecho a roce y una fortuna que
cualquier trabajador no podría juntar ni el 1 por ciento en toda
su vida.
Un presidente fastidiado e irascible que contesta twitts con
la misma naturalidad que el pibe cocorito del barrio; un jefe de
Gabinete que de la noche a la mañana se siente el langa del
gobierno y una oposición que por un lado aún no despierta de
su pesadilla de agosto del año pasado y sigue mostrando las
mismas divisiones que la llevaron a dicha derrota.
Por el otro lado, la justicia y sus representantes que
interpretan, fabrican o se escudan en leyes retrógradas que
sólo les favorezcan y un país paralizado, sin rumbo, con la
caída económica más alta del continente. Por otro lado, una
deuda que porque “somos argentinos” no debemos pagar,
sumado a eso las sanciones de los tribunales americanos
(esos si son serios) que nos castigan como a cualquier hijo de
vecino que no se hace cargo de sus obligaciones crediticias.
Una prensa mediática, preocupada por los invitados de la
Mesaza de los fin de semana, el nuevo look de Pampita, si
Tinelli se separó en buenos términos o si el siempre polémico
Diego Armando está o no peleado con sus “únicos amores”.


Dalma y Giannina y por último, entre otros cuantos que dejaré
para otro tiempo, una Asociación del Futbol liderada por un
señor que cambió el uso del colectivo 22 ó 12 de Barracas a
Viamonte 1366, por vuelos privados para sus placeres hoy
no tan privados.
En fin, la culpa es de los ricos (cuáles ricos, nosotros o ellos),
la tienen los acreedores que no interpretan la doctrina
peronista, la culpa es de la herencia recibida, la culpa es de
los garcas del campo y por eso hay que cortar las mangas de
cereales para revindicar la lucha contra el capital
Qué capital? El de la clase trabajadora que hace más de 100
días no puede salir a trabajar, el capital del comerciante que
está cerrando las persianas ahogado por las deudas y la falta
de una mensaje o estrategia reactivadora, el capital moral de
una sociedad que aún quiere creer en el país, o el capital de
los Báez, de Flor K, de la abogada exitosa, del custodio con
derecho a roce o de aquellos jueces que hacen ostentación
de su bienestar en las revistas sociales.

Mientras todo eso nos pasa, así llegamos al 9 de julio, a una
independencia que nos tiene hoy en el yugo de la opresión.
Hoy más que nunca sí podremos gritar con todas nuestras
fueras “al gran Pueblo Argentino Salud”, porque eso es lo que
nos falta, salud sanitaria, salud moral y salud para poder ver
algún día el final de esta amoralidad pública e impunidad que,
entendámoslo bien de una vez por todas, no nos está
llevando a Venezuela y a Cuba como ahí dicen, sino a un
destino más cruel sin geografía. ¡Nos está llevando a la
mierda!

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