martes, septiembre 19, 2023

Cuestiones y turbaciones que nos deja la reunión ruso-norcoreana

 Por Alberto Hutschenreuter





Recientemente se reunieron en el extremo este del "Estado-continente" ruso los líderes de Rusia y de Corea del Norte, dos países cuyos regímenes son considerados “parias” por Occidente, pues ambos no sólo no comparten el mundo en clave occidental, sino que, además, despliegan todo tipo de medidas para socavar a Occidente y poner en riesgo la seguridad internacional.


 En otros términos, para Occidente son países casi como aquellos que en su excelente obra Rusia y Occidente bajo Lenin y Stalin George Kennan denominó "Estados bélicos", esto es, poderes cuyo fin era subvertir radicalmente el orden internacional entonces vigente.


 Tras la Primera Guerra Mundial y la Conferencia de Versalles, los dos derrotados y excluidos de toda participación en la configuración internacional de posguerra, Alemania y la Rusia revolucionaria, acabaron regresando juntos a la política mundial a través de tratados que perduraron hasta que la primera invadió la Unión Soviética en 1941. En buena medida, Alemania y Rusia proseguían, en otro contexto, los vínculos establecidos por Prusia y Rusia en la segunda mitad del siglo XVIII.


 De modo que podríamos decir que es casi una regularidad en la historia que los regímenes marginados o lateralizados por otros que concentran las decisiones tiendan a acercarse con el fin de apoyarse y desafiar dicho centro.


 Bastante de ello hay en el acercamiento ruso-norcoreano de estos días, que no es nuevo, pero que la guerra en Ucrania y la gran discordia entre Occidente y Rusia han revitalizado.


 Se ha dicho que la necesidad de los dos explica en buena medida la reunión Vladimir Putin-Kim Jong-un. Sin duda que Rusia necesita contar con recursos para un frente militar que se presenta extenso, mientras que Norcorea requiere tecnología para acelerar sus incesantes avances balísticos y espaciales (a pesar de las sanciones y sobre todo por las sanciones). Pero el encuentro acaso tuvo otro propósito, sobre todo para Rusia.


 Según los expertos Michael Kimmage y Hanna Note, Moscú ha logrado globalizar la guerra. Es decir, afectar la predominancia que tuvo la "narrativa" occidental de la misma: la de un poder geopolíticamente revisionista y malevolente, Rusia, que intenta subvertir los valores del mundo occidental y más allá, siendo Ucrania la primera víctima a la que seguirían otras.


 Tras seiscientos días de guerra, esa narrativa posiblemente ha perdido algo de fuerza, y ello ha obedecido a una política deliberadamente orientada a mostrar que no todo el mundo está contra Rusia; más todavía, es "solo Occidente" el que lo está, pues el denominado “sur global” no sólo desea que se ponga fin a una innecesaria (e incluso provocada) confrontación, sino que nunca estuvo dispuesto a aislar a Rusia a través de los diferentes anillos de sanciones, si bien se ha condenado el uso de la fuerza.


 Por su parte, para-Corea del Norte la reunión ha implicado relativas ganancias de poder por el hecho de mostrar que cuenta con dos de los preeminentes estratégicos globales y de ese gigante lote que es el “sur global”: China y Rusia. Además, claro, de recordar y "comunicar" al mundo que es un poder nuclear (casi autónomo) con capacidades de rango multivectorial global (la guerra en Ucrania casi dejó pasar por alto que en 2022 el régimen norcoreano realizó un centenar de pruebas misilísticas).


  Más allá de estas consideraciones, la reunión ruso norcoreana deja en claro que si algo se mantiene firme en esta tercera década del siglo XXI es el planteo que nos dejó la especialista francesa Thérèse Delpech, en relación con si el peligro nuclear se encuentra detrás o delante de nosotros.


 Se trata de una cuestión central, no solamente porque los grandes poderes han ido abandonando marcos regulatorios relativos con las armas de exterminio masivo, sino porque el “dispositivo” atómico se está volviendo cada vez más considerado en cuanto a posibles usos tácticos (se ha advertido que posiblemente Pyongyang realice una detonación nuclear táctica), según se desprende de cambios doctrinales que se han realizado en relación, precisamente, de su utilización.


 En breve, con el cuadro de guerra de fondo, la reunión ruso norcoreana mostró intereses de los dos países. Sin embargo, de la misma y de las realidades existentes se desprende que hay un inquietante descenso del estado de la seguridad internacional.

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