Destaco tres párrafos de la loable crítica de José P. Feinmann, destacado intelectual que desde el progresismo -no por derecha- censura desde el diario cuasi oficial Página 12 las prácticas políticas del presidente Néstor Kirchner a partir de la consagración de su alianza con el ex "recontraalcahuete" (sic del gramialista) de Carlos Menem, Luis Barrionuevo.
El factor Barrionuevo
Por José Pablo Feinmann - Página 12
Ocurre que uno, siempre, espera que algo nuevo surja. Ocurre que muchos esperaron que K no hiciera estas cosas. Ocurre que K llegó al Gobierno con la promesa de no hacerlas. Llegó para desmenemizar al país. Y meterlo a Barrionuevo en las propias filas es menemizarse hasta los huesos. ¿Cómo habría entonces de desmenemizar quien internamente se menemiza?
Supongamos un diálogo (atención: escribí supongamos, o sea, se trata de un diálogo ficcional) entre K y Barrionuevo. O mejor: entre un puntero jerarquizado de K (quizá porque tal vez no se haya ocupado el mismo K de tan desagradable cuestión) y el señor de las fortunas vertiginosas. Funcionario K: “Oiga, Barrionuevo, nosotros conocemos sus principios. Usted tuvo la franqueza de decirlos públicamente. ‘La guita no se hace trabajando’, por ejemplo. O también: ‘Este país se arregla si dejamos de afanar dos años’. Vea, con esos principios no podemos arreglar nada con usted. Porque nosotros estamos en contra de la corrupción. Venimos a crear un país distinto al de Menem y usted está demasiado contaminado de ese virus”. “No se preocupen”, dice Barrionuevo. “Si no les gustan esos principios, tengo otros.” Y la alianza se torna posible.
Siempre un político llega al poder con un determinado bloque de principios, o, para resumirlos todos en uno, con un juramento. K tiene un matiz propio en esto. Llegó al poder a inventarse, dado que nadie conocía sus principios. Se lo votó contra Menem más que a favor de él. Pero K fue un político que supo inventarse, en poco tiempo de dio un rostro propio: derechos humanos, transparencia política, lucha contra la corrupción, enjuiciamiento de las cúpulas castrenses, negociación dura con los acreedores externos, desmenemización total de la política. Esto despertó muchas adhesiones y no era para menos. Los principios o el juramento fundacional de K se dio sobre la marcha. No se puede cambiar eso al precio de cambiar de aliados. Por decirlo claro: yo no puedo cambiar mi política y tener los mismos aliados, los que me siguieron por otras razones. Si ellos me siguieran igual yo debiera desconfiar, dado que son mercenarios que me siguen a cualquier precio. K enturbió sus principios originarios cuando le quitó la tropa a Duhalde. Y ahora (haya o no haya una foto mediante, algo que K es suficientemente hábil como para evitar) el “factor Barrionuevo” es la consagración del alacranismo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario