sábado, mayo 20, 2006

¿DE QUE CONCERTACION ESTAMOS HABLANDO?

Otra particular reinterpretación oficial
¿DE QUE CONCERTACION ESTAMOS HABLANDO?

El presidente Néstor Kirchner parece haber abandonado definitivamente
al menos como lo esbozó en el plano de lo conceptual discursivo y
comunicacional la creación de una construcción transversal con figuras y
fuerzas del progresismo (Víctor De Genaro y su CTA; Hermes Binner y su
Partido Socialista; etc.) para ahora impulsar una pretendida Concertación
bajo el paradigma chileno, articulada a partir de dirigentes que "sacan los
pies del plato" de la alicaída UCR.

Sin embargo, el armado kirchnerista de cara a la reelección presidencial del
2007 no tiene punto alguno de comparación con la Concertación chilena.

Veamos por qué:

* En Chile se llegó a la vertebración entre dos grandes partidos -el
Socialismo y la Democracia Cristiana-, en tanto aquí, se trataría de un
peronismo o panperonismo -por llamarlo así, liderado por Kirchner cuya sello
electoral acabado es el Frente para la Victoria- que coopte a determinados y
puntuales actores del radicalismo, casi sin excepción, dirigentes que tienen
responsabilidad al frente de Ejecutivos disciplinados por el superávit
fiscal del Estado Nacional.
En Chile, se partió de dos partidos en un plano de igualdad, que se unieron
desde el llano, y con el fin de acceder al poder, para dejar atrás la
infausta dictadura pinochetista.
Lo que hoy intenta el espacio kirchnerista es otras prédica
que lo emparenta con los 90; podríamos afirmar: Menem
(ya) lo hizo, aunque también antes lo había encarado Perón en 1946 con el
radical Jazmín Quijano como compañero de fórmula.
Menem fagocitó a la Ucede por derecha, sin ir más lejos; así como el
Justicialismo de los 80 y 90 licuó al Partido Intransigente de Oscar Alende por izquierda.

* Esta articulación política chilena derivó en un claro reparto de poder
para gobernar. ¿Acaso alguien cree que Kirchner cederá resortes
importantes de poder a los cooptados? Habría que preguntarle a los Duhalde,
Aníbal Ibarra, Jorge Colazo, etc. Kirchner es considerado en el
ambiente político como un "mal pagador político" al no atender demasiado a
favores recibidos. Veremos dentro de poco qué dirá Felipe Solá, que aún se
permite soñar con la candidatura a la vicepresidencia. ¿Acaso el kirchnerismo no dio
muestra cabal de su prédica de escasa amplitud tras el fortalecimieto
obtenido en los comicios de octubre del año pasado? Roberto Lavagna. eyectado del Ministerio de Economía -más allá de que éste también alentó tal partida- puede dar fe de
ello.

* En el país transandino, se armó este polo progresista con el fin de
combatir a la dictadura de Pinochet, esto es, al poder dominante de turno.
Aquí, muy por el contrario, K no busca más que eternizar su poder
hegemónico.

* Detalle no menor en este marco: en Chile los primeros mandatarios
gobiernan 6 años, sin reelección, esto es, el eje medular de la movida K
se contradice claramente con el modelo que se expresa instaurar aquí.

Los traumas del kirchnerismo, su necesidad de reinterpretar todo bajo su
particular mirada como referimos aquí en el caso del modelo chileno de
Concertación, exhiben su paroxismo en materia de Derechos Humanos:
el presidente Kirchner se adjudicó el título de campeón de los demócratas
en esta materia desde el regreso de la democracia, omitiendo adrede que
Raúl Alfonsín -figura que merece destacarse bastante por su pasado
y poco y nada por su presente- fue quien en un proceso sin antecedentes
en una región plagada históricamente de golpes de Estado motorizó
pese a las presiones e intimidaciones juzgar a los responsables del
genocidio cometido por la dictadura del 76-83. Las leyes de punto final y
obediencia debida, pese a que le restan mérito, no le quitan reconocimiento
al ex líder radical. Como dice el dicho: "es fácil cazar leones enjaulados,
lo difícil es en la selva". En este marco, hoy, el oficialismo gobernante
plantea 30 años después reescribir el prólogo del libro Nunca Más.

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