Este lunes 30 de octubre de 2006 se cumplieron 23 años del retorno de la democracia a nuestro país a través de la elección que derivó en la consagración de Raúl Alfonsín como presidente de todos los argentinos, tras la larga noche que mediante la instauración de la dictadura militar asoló a la Argentina, merced a la amplia complicidad de vastos sectores de la sociedad civil que buscaron así poner freno al desgobierno de Isabel Martinez de Perón sin saber lo que la historia nos iba a deparar.
Con sus virtudes y defectos, aún con la degradante desigualdad que campea las vidas de muchos de nuestros compatriotas, con una baja intensidad en términos de calidad institucional, con políticos con escaso apego al trabajo y a la honorabilidad, y con infinidad de cosas a corregir, valoremos el sistema de libertad que nos ha de permitir reencauzar con esfuerzo dichas falencias, sabiendo al mismo tiempo que con la posibilidad de votar solamente, no se operan necesariamente las modificaciones anheladas.
La democracia debe tender a ser mucho más que el saludable ejecicio del sufragio, debe impulsarnos a participar, a promover un sistema político-social inclusivo y a obrar como exhaustivos controladores de los vicios del poder de turno, sea este de derecha o de izquierda.
Salud por estos 23 años, aún con todas sus falencias...
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