"Alto, atlético y sofisticado (tiene una araña tatuada en el cuello), Francisco de Narváez es dueño de una particular carrera política que decidió iniciar en 2002 luego de vender Casa Tía y Paseo Alcorta. Primero creó la Fundación Creer y Crecer que puso al servicio de la frustrada candidatura presidencial de Mauricio Macri. Luego se aproximó a Carlos Reutemann y finalmente llegó a las elecciones de 2003 como potencial ministro de Acción Social de un tercer mandato de Carlos Menem. Más tarde dio a luz la Fundación Unidos de Sud e impresionó a Eduardo Duhalde por la calidad de técnicos que albergaba. Su vínculo con Duhalde, precisamente, le permitió ganarse un lugar en la boleta que acompañó a Chiche en octubre pasado y consagrarse así diputado nacional. Es dueño del 50 por ciento de América TV".
De esat forma describem muchas crónicas periodísticas que se pueden hallar a primera vista apenas uno busca bucear en la vida del empresario devenido en político con amplias aspiraciones.
Ahora, De Narváez acaba de adquirir el diario El Cronista Comercial, que pertenecía al grupo español Recoletos desde 2001.
Con dicha compra, a la que suma en la misma operación a las revistas Apertura e Information Technology, aumenta su influencia en el mapa de medios local. El diputado tiene el 50% de la sociedad AISA -la otra mitad está en manos de Daniel Vila y José Luis Manzano-, poseedora del 51% de las acciones del canal América y de la señal de cable América 24. Asimismo, controla los canales del interior 10 de Junín y 6 de San Rafael, Mendoza. También la sociedad tiene el 11% del paquete de Ambito Financiero y el 100% de la radio La Red.
Sus amplias aspiraciones, articuladas con su poder económico, lo llevan a ser una referencia política importante para aquel postulante a las grandes ligas que aprecie esa consistencia. En este caso, Roberto Lavagna, quien se plantea como "alternativa superadora" a la gestión kirchnerista.
Francisco de Narváez, el Colorado, ex dueño de LAPA, Casa Tía y Paseo Alcorta, el que pasó de Macri a Reutemann, de Menem a Duhalde, y ahora busca explotar su poder ambicionando una dificultosa candidatura a gobernador bonaerense por el lavagnismo.
Lavagna, entre otras tantas decisiones de cara a una seriedad que se precie, debería sin dudas ser un poco más selectivo a la hora de pretender cimentar su carrera política en pos de generar su tan mentada propuesta superadora.
En ese plan, uno tiende a creer que aquellos actores basados en su consistencia económica y marcados por un pasado de oferente dispuesto a subirse a caballo del poder de turno o en su defecto al principal opositor al poder instaurado, no deberían poder superar la valla de selectividad de un candidato como el ex ministro de Economía, cuya postulación supone no caer en el defecto de lo que se critica: la posesión de aliados impresentables
No hay comentarios.:
Publicar un comentario