Esta semana el líder de Compromiso para el Cambio y precandidato a
presidente de la Nación y al mismo tiempo prepostulante a jefe de
Gobierno por PRO, Mauricio Macri, sumó a su alianza electoral porteña
a "radicales para el Cambio", según la propia definición del macrismo.
Sin embargo, entre éstos, sorprendió el nombre de Claudio Niño, ex funcionario
de la Dirección General de Habilitaciones de la Ciudad de Buenos Aires, la misma depedencia que en 1997 habilitó El Reventón, el local bailable que el 30 de
diciembre de 2004 ya como Cromagnon se llevó la vida de casi 200 personas,
en su mayoría jóvenes.
La "pata radical" del macrismo, esto es, la convocatoria a dirigentes porteños de la UCR a PRO, está inicialmente integrada sólo por el mencionado Niño; el actual director general de Control de Economía, Hacienda y Finanzas de la Auditoría General de la Ciudad, el legislador porteño Oscar Zago; y José Luis Giusti, auditor general de la Ciudad. Pocos nombres en lo cuantitativo y cualitativo para tanto despliegue escénico.
En diálogo con LA NACION, Niño, ex director de Habilitaciones Automáticas de la Dirección General de Habilitaciones de la Ciudad de Buenos Aires, negó tener alguna vinculación con la tramitación de la habilitación del local de Cromagnon. Sin embargo, el ex interventor en Registros y Certificaciones del gobierno porteño, Enrique López, declaró el 6 de julio de 2005 en la comisión investigadora por la tragedia del boliche de Once que el expediente pasó por la oficina de Niño, según consta en las actas oficiales respectivas.
"No sabía que había dicho eso López. Jamás vi el expediente de habilitación porque no correspondía al área mía. Quizás haya hecho un pase, pero no sé siquiera si lo firmé yo", se defendió el flamante socio político de Macri según relata en el matutino la colega María Elena Polack.
Más sugerente aún resulta recordar que legisladores del propio PRO integraron la comisión investigadora por la tragedia del boliche Cromañón.
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