Destacados de entrevista al economista Raúl Ochoa en Radui Cultura:
“El caso Skanska tiene más que ver con lo público / privado, la alianza pública / privada. De la propia documentación existente se ve claramente que el Enargas tiene un rol a cumplir. Cuando uno lee el decreto donde se establece el tema del fondo y el tema de que va a existir un programa, ese decreto da atribuciones al Ministerio de Planificación que luego por resolución las transfiere a la Secretaría de Energía, y ésta a su vez establece responsabilidades al Enargas, etc. etc. Es decir, había un montón de cuestiones que más allá de cómo están estructurados los organismos, sí debían cumplir la Secretaría de Energía y fundamentalmente Enargas.”
“Hay algunas cuestiones que se llaman en el lenguaje técnico nepotismo, y otras peculado".
“Lo que se llama “cargos tarifarios” conforman el fondo para obras de distribución de gas e inclusive podrían serlo para la distribución de energía, pero hasta ahora lo implementado es gas. Hay un programa que está en la Comisión Nacional de Valores, en principio por 3 mil millones de pesos, con distintos pasos, y se va haciendo de ese programa, imputaciones parciales. De ahí surge el tan mentado caso Skanska, que en definitiva es una contratación dentro de un fideicomiso de obra”
“Desde el punto de vista del propio Ejecutivo, si hubiere cierto grado de autonomía de los organismos que en realidad tienen a su cargo lo que en su forma primera tenía la Ley 24073 de creación del Enargas, tendríamos ya de entrada un mecanismo de control y de regulación”
“Enargas es un organismo autónomo y su gente debería ser nombrada a través de un concurso. El concurso en su momento se hizo y después quedó interrumpido. Se ha hecho un grave daño porque los órganos de regulación y control quedaron subsumidos dentro del Poder Ejecutivo a través de un propio ministerio. Los entes tienen roles muy importantes, el papel que cumplen es significativo en la obra pública y en la prestación del propio servicio”.
“El mecanismo de fondos fidiciarios de por sí no es bueno ni malo en la medida en que haya organismos independientes, pero todo depende de los controles, y si lo institucional queda de lado, es mucho más fácil que haya prácticas corruptas de por medio. Y si no hay organismos independientes con un grado de autonomía como para hacer regulación y control en serio, evidentemente se está cayendo en un tema serio. Pero no sólo en el tema de Skanska, en toda la obra pública. Cualquier fideicomiso que tiene una cantidad de subsidios enorme también tiene severos problemas de este tipo, por ejemplo el que abarca darle a los colectiveros a 0.42 centavos el litro gasoil, el valor que se le otorga por colectivo, e tema de capacitación para los chóferes; el tema del peaje; los subsidios para el sistema ferroviarrio; para el subte”.
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