"La encuesta de Poliarquía es de 1000 casos, la hacemos todos los meses desde hace más de 5 años con esta misma metodología, y la muestra se ha ido ampliando progresivamente. Ahora abarca 40 ciudades de todo el país y lo que nos arroja es un 20% de imagen positiva de la presidenta Cristina Fernández”.
“Cuando se hacen objeciones a las encuestas telefónicas uno debería decir que toda encuesta tiene un sesgo. Efectivamente tal vez la encuesta telefónica sobrepondere a los sectores medios bajos o medios. No se puede llegar con el teléfono a los sectores más bajos. Pero lo que hay que tener en cuenta es que una encuesta como la de Poliarquía se corrobora y se compara a través de los meses, entonces para los que critican la encuesta nuestra ha habido muchas declaraciones desde el ámbito oficial y hay que recordar que los 20 puntos de Cristina de Kirchner eran 56 en el mes de enero. Y los 33 puntos que hoy tiene Néstor Kirchner en los primeros meses de su gobierno con la misma metodología de nuestra encuesta llegó a marcar 80 puntos de imagen positiva. De manera que con las limitaciones que tiene toda muestra lo que hay que evaluar es que los dos, tanto Néstor como Cristina tuvieron índices muy altos de popularidad y evidentemente los han perdido”.
“Los funcionarios del gobierno se debieran preguntar por qué en la encuesta de Poliarquía tanto el ex presidente como la presidenta tuvieron índices de imagen positiva tan alto y ahora lo perdieron. Porqué hay críticas cuando los índices de popularidad son bajos y nos las hubo cuando los índices de popularidad fueron altos como durante todo el gobierno de Néstor Kirchner. El derrumbe de la imagen de los dos es ahora por motivo del conflicto del campo. Respecto de Cristina el derrumbe empieza con el tema de la inflación que se suma a un estilo de comunicación que a la gente le provoca resistencia. Y la utilización de herramientas como fuerzas de choque y haberle dado aire o cause a una persona como Luis D’ Elia. Todo esto ha producido un rechazo muy grande en la población y ahora se están viendo los efectos”.
“Es indiscutible la legitimidad y la legalidad de origen de este gobierno. Lo que es discutible es que conserve ahora aquel apoyo, lo cual plantea un problema político. No es lo mismo un gobierno fuerte desde el punto de vista del apoyo de la población que un gobierno débil. En realidad el kirchnerismo todos estos años fue un gobierno fuerte desde el punto de vista del apoyo de la opinión pública. Pero la fortaleza de un gobierno no depende sólo de este factor; pero sin dudas es un elemento importante que hoy está disminuido”.
“Con la participación del Congreso en el conflicto con el campo la impresión es que el gobierno va a hacer todo lo que pueda para que no se toquen las retenciones. Va a discutir todos los temas menos las retenciones. La voluntad de consenso va a ser importante. Mi impresión es que el problema no está resuelto. El conflicto está postergado y hay posiciones muy encontradas. Néstor Kirchner está abroquelado en esta posición, no tocar las retenciones y el otro extremo, hasta lo que se conoce hoy es Elisa Carrió que dice que hay que derogarlas”.
“Si somos coherentes, si sale como ley, apoyada por la mayoría que tiene en ambas cámaras el gobierno, lo que corresponde es acatar la decisión parlamentaria. Sucede que una cosa son las cuestiones legales y otra muy distinta los conflictos políticos. Debería acatarse desde la perspectiva que se ha pronunciado el Parlamento pero la protesta va a continuar porque se trata de un conflicto de intereses que no se va a resolver ni siquiera a través del Congreso. Dependerá de la voluntad política de las partes -aunque el gobierno no se siente contraparte- para llegar a alguna forma de consenso que vaya haciendo de este conflicto no un conflicto que se dirima en la vía de los hechos no a través de cortes de ruta. Ese es un tema central”.
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