Entrevista a Jorge Giacobbe, analista de opinión pública:
"En el 2001 la sociedad argentina despidió del gran protagonismo político al radicalismo, al menemismo, al caballismo, al frepasismo y no despidió al duhaldismo que era uno de los socios del desastre de la Argentina y sin embargo se quedó con recursos para poder seguir con el juego. Por primera vez creo que terminó el militarismo en la Argentina. Con (Fernando) De la Rúa, se dio la primera vez que una sociedad despide a un presidente sin mirar al comandante en jefe del Ejército. Esa es la fecha fundacional de la democracia en la Argentina. ¿Pero qué hizo nuestra sociedad? Contrató a uno de los imperfectos para seguir el juego, le permitió el tiempo para armar el juego formal nuevamente y después le permitió al nuevo formal despedir a ese sin ningún tipo de contradicción ni de contratiempo. La Argentina tiene otro grado de sabiduría después de 25 años de experiencia democrática como para saber que no puede tirar todo por la ventana y de hecho no lo hace y que se va a quedar con algo o con alguien como para poder seguir representando el espacio neo peronista. Lo veo protegido desde ahí a Daniel Scioli. De todos modos no es este un escenario que se pueda comparar de forma definitiva con el menemismo. Cuando el menemismo ingresa en ocaso, todo el menemismo se va in totum. Cuando pasa lo de la Alianza, son muy eventuales los casos de las personas que logran sobrevivir. Se recordará que después de eso fue posible la reelección de (Aníbal) Ibarra y de (Martín) Sabatella en Morón por nombrar algunos casos. El resto se fue. Aquí lo único que se está autodestruyendo mes a mes es la imagen positiva de la presidenta y a partir del mes pasado la imagen del Néstor Kirchner. No pasa lo mismo con el resto del espacio kirchnerista u oficialista. No hay deterioro brutal de los gobernadores ni de los intendentes; eso no está ocurriendo. Creo que hay un problema muy severo con los modos -más que con los qué con los cómo- de la sra. presidenta y de su marido".
“Habrá que dilucidar si pasar este conflicto a tratamiento público en el Congreso es un trascendente porque el oficialismo entiende que ha caminado hasta ahora mal este camino, o si es una treta de momento y el ADN político de los Kirchner es inconmovible. De alguna manera nos an empiezado a contestar: las carpas blancas en el Congreso nos están diciendo que el combate continúa de la mano del Gobierno".
"Somos todos absolutamente conscientes de que hay que llegar al 2011, que estos tres años y medio son años muy buenos para la Argentina, que no hay ninguna razón que justifique que la política complique a la economía y a la vida social de los argentinos salvo la ceguera, salvo el fundamentalismo, salvo el endiosamiento propio. Quiero creer que cada día que pasa alguien habla al oído de los líderes y les susurra sentido común, porque sino vamos a estar en problemas. Si se insiste hay que pensar en una ceguera o en un deseo de auto inmolación, muy parecido al que provocó esta misma forma de ver en la Plaza de Mayo hace 30 años con (Juan Domingo) Perón. Eso también fue un suicidio absolutamente buscado”.
“Para recuperar el optimismo precisamos un país con normalidad, con líderes sensatos, que se animen a escuchar lo que la mayoría les demanda”.
“En esta discusión parlamentaria que se avecina está claro que para conseguir votos hay que acariciar a un universo de personas y para mantenerse en el poder hay que acariciar a otro universo de personas. Cada diputado tendrá que decidir ahora cuál es la caricia que más conviene a su propia dignidad y a los intereses futuros. No es un tema menor lo que se viene”.
“El envío de las retenciones al Parlamento por parte del gobierno fue una estrategia que por lo pronto alivia porque sacó el conflicto de la Casa de Gobierno. La inteligencia de la medida tiene ese objetivo y lo puso en otro edificio con lo cual la Casa Rosada puede utilizar su tiempo y su energía en otros temas. Había quedado capturada el Gobierno por este tema del combate de las retenciones con el campo y a alguien se le ocurre como táctica desplazar el conflicto hacia otro edificio y lo logra muy eficazmente con esto del Congreso, dependiendo de cuál sea su actitud será el final de la historia. Si hay una aprobación a libro cerrado no puedo asegurar que la conflictividad regrese pero sin lugar a dudas la forma que utilizó como método -los cortes de ruta- está agotado y debe estar agotado. Pero ciudado: puede producirse un fastidio muy grande por parte de la opinión pública si esto fuera sólo una treta delñ Gobierno”.
“El kirchnerismo está creyendo que las razones que deciden a la opinión pública son las mismas que ellos tienen y la opinión pública está creyendo lo contrario. La opinión pública no está interesada en fantasmas de golpismo ni de desestabilización. La ciudadanía está pidiendo normalidad. En las encuestas la gente se pregunta muy claramente por qué estábamos bien hace seis meses y porqué estamos mal ahora. Hay un fuerte reclamos por volver a la normalidad y a la sensatez, al sentido común, a la medida de las cosas. Con lo cual, de alguna manera si se retornara a este clima, la gente lo agradecería y lo reconocería incluso en las encuestas con su opinión".
“Si apelar al fantasma golpista es una estrategia para ganar adeptos, no funciona. El mismo Néstor Kirchner dice en su conferencia de prensa -como consecuencia de la gente en las calles y las cacerolas- dice que él no cree en el golpe de Estado, ni siquiera cree que el sindicado líder del golpe sea (Eduardo) Duhalde. De modo tal que me parece que están largando algunos perros a la calle a ladrar cosas que asusten a la gente y que después en el liderazgo hay un sentido común que no le permite decir lo mismo frente a cámara. Hay una estrategia de provocadores públicos queriendo asustar a la gente y después cuando tienen que aparecer los principales referentes ya la situación es otra”.
“Acá hay cuatro actores muy recortados en imagen pública respecto del resto: Hermes Binner, Mauricio Macri, Elisa Carrió y Daniel Scioli. Esos actores están muy trabados porque saben que avanzar significa debilitar aun más o expresar voluntades de poder futuro. Está muy trabada porque sabe que avanzar es empezar a romper con lo otro, con esta gestión de Cristina y eso es algo que nadie quiere. A Carrió la sacaría del tablero porque no me parece que este pueblo vaya a elegir mujer sobre mujer. La aspiración ejecutiva de Elisa Carrió acaba de cancelarse. Reduciría esa lista a tres aspirantes que tienen en este momento un nivel de relación con la opinión pública mucho mejor que el resto de los actores lo que no quiere decir que no haya sorpresas, que no haya nuevas construcciones en tres años”.
“Sobre Sciol, no me parece que de cara al 2011 el kirchnerismo esté en condiciones de poner ni de sacar nada, ni de elegirlo como su delfín presidecial".
“Protagonismo y futuro no son lo mismo. Diría que los actores del ayer, (José Manuel) De la Sota, (Eduardo) Duhalde, (Adolfo) Rodríguez Saa, están en el ayer. La pregunta que se está haciendo todo el mundo es hasta dónde permitir que el sistema se regenere, cuándo saltar, cuándo empezar con otra maniobra que es la maniobra de oposición más dura en búsqueda del poder. Cada intendente, cada gobernador, independientemente de cómo se lo vea en público, sale del acto público y se pregunta en privado que estoy haciendo acá y hasta cuando podré resistir esto de estar acompañando a esta gente dinamitando mi propio capital político. A (Carlos) Reuteman lo pondría en un lugar intermedio: no ha sido un hombre despedido del ayer. Sobre Duhalde, hoy por hoy no se si tiene ganas de seguir recomendando gente, por ejemplo a Reuteman”.
“Alfredo de Angeli no es un dirigente político, es el emergente de un reclamo puntual. Veremos si pasa o no a la política pero ese será otro tema. Para la política, hay que tener habilidades que no son iguales a las habilidades que ha demostrado para este puntual reclamo de su sector. Aparece como el emergente de un reclamo en el mismo momento en el que ese reclamo coincide con la mayoría del imaginario colectivo y en eso construye una imagen de confianza pública que sirve para este conflicto. Cualquier actividad que quiera desarrollar Alfredo de Angeli si así lo deseara naturalmente tendrá que ser evaluada en el contexto y en las habilidades que necesitan otras actividades”.
“(Alfredo) De Angeli concita el apoyo del 49.9 % de la población. La simpatía pública es una especie de confianza pública. La gente cree en él más que en otros actores, incluso en los actores con los cuales se enfrenta”.
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