Una cuota de necesidad ante las presiones de los intendentes radicales del interior del país, una dosis de oportunismo y una pósima de colaboración no prevista e impulso no previsto fruto de la natural intolerancia K tras haberle "vaciado" descaradamente la reunión en el Senado con gobernadores de distinto signo político.
El vicepresidente Julio Cobos se ha valido de dicha articulacíon para recortarse en el firmamento, y duplicar la imagen de apoyo a su figura en la opinión pública respecto a la presidenta CFK, en franca caída (cercana o aún inferior al 20% de acuerdo a lo que han atestiguado consultoras serias como Poliarquía, Giacobbe y Römer).
Según el último estudio de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), la imagen del ex gobernador de Mendoza radical K emerge fortalecida en medio de la crisis entre el campo y el gobierno nacional y casi duplica a la de la primera mandataria.
De acuerdo a dicho relevamiento de opinión pública entre 1.000 ciudadanos del área metropolitana (Capital y GBA), Cobos posee un 37,5% de imagen positiva, y una escasa imagen negativa, menor al 7%.
El 38% de los consultados considera que su disidencia con la estrategia confrontativa -ADN del kirchnerismo- y su convocatoria al diálogo y a dar intervención al Congreso en el conflicto por las retenciones móviles al campo fue un gesto desinteresado para destrabar la pelea, en tanto, un 35% cree que Cobos jugó a "solomente ganar protagonismo” y un 11% opina que sus decisiones fueorn motorizadas a fin de "ayudar a destrabar el conflicto y a la vez ganar más protagonismo".
Queda por ver si lo de Cobos es un romance de otoño con la opinión pública o si la diferenciación le permitirá cristalizar juego propio a futuro.
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