miércoles, agosto 06, 2008

E. Fidanza en Construcción Plural

“La madrugada del 17 de julio cuando el oficialismo perdió la votación en la Cámara de Senadores la resolución 125 se abrió una etapa nueva para los Kirchner después de 20 años y pico de gobernar desde Río Gallegos a la provincia de Santa Cruz y después la Nación. Según los datos disponibles nunca se vieron en la situación de una derrota de estas características y a partir de ahí surgen especulaciones en todos los analistas y observadores en relación a cómo ellos van a asimilar esta derrota. Y aquí es donde se abre la perspectiva del relanzamiento del gobierno, de cambios, etc. Las cosas están sucediendo según una lógica rigurosa que me hace pensar que los que aspiran a que haya cambios más profundos van a tener que suspender esa aspiración. No estamos frente a un gobierno que procede de manera original ante una crisis muy fuerte. Van a darse cambios de tipo “cosméticos” pero la sociedad hoy le está demandando al gobierno de Cristina Kirchner funcionarios de mayor jerarquía, de mayor autonomía y con una verdadera actitud de diálogo, dejando de lado el resentimiento que no es propio de una política democrática. Si se le está pidiendo eso, eso es lo que no se les está ofreciendo”.



“Lo de Alberto Fernández es en términos relativos es la salida de la mesa chica de los Kirchner, de la persona que tal vez tenía mejor oído para percibir lo que la sociedad estaba pidiendo. Era el más lúcido relativamente en la mesa chica que integran el matrimonio Kirchner, (Carlos) Zanini y el propio Fernández. Sergio Massa marca la llegada de una persona que tendrá merecimientos profesionales pero que no tiene aparentemente otra posibilidad en las cuestiones de fondo que seguir las instrucciones del matrimonio. Y además está claro que si alguno pensó o consideró conveniente y correcto que Kirchner se corriera de la escena esto es lo que no va a ocurrir. El kirchnerismo es un proyecto político cuyo conductor es Néstor Kirchner, no Cristina Kirchner, y en general en esa pareja política en las cuestiones básicas están de acuerdo. La pregunta a hacernos es qué pasa en un gobierno en una situación crítica cuando se aferra a su lógica y desconoce la lógica de las demandas sociales”.



“Durante todo el período que se inicia con Cristina Kirchner los niveles de gestión administrativa, de gestión de políticas públicas, ha sido muy pobre y eso complica porque ahora hay un horizonte económico que por una cuestión internacional va a seguir recibiendo ingresos importantes. Sin embargo en todas las cuestiones en las que se ha enredado una política económica voluntarista, la cuestión de la falsificación de las estadísticas públicas, el control de precios que parece más propio de Funes el memorioso -un personaje de Borges maravilloso obsesionado por los detalles y con imposibilidad de pensar las cuestiones mediante generalizaciones-. Este espíritu ingenioso o interesado lleva a errores: la falsificación de las estadísticas públicas, los subsidios, la inflación. Más allá de las cuestiones de los cambios de ministros, hay un problema de programas y de políticas y no se advierte la política antinflacionaria porque lo que se advierte es una negación. Hay un problema complejo - que técnicamente se podría resolver- en la comunicación. Hay problemas de naturaleza política, de políticas públicas, de orden psicológico y de comunicación. Estamos viendo a la presidenta hasta dos veces por día salir a dar su punto de vista, a hablar. Era posible que no se deteriorara más la imagen de Cristina Kirchner, incluso se ha recuperado un poco, pero la cuestión de fondo es la misma. La gran erosión de apoyo ya ocurrió. Es muy difícil pensar que quien ya perdió 30 puntos de imagen por más que recupere 5, 6, 7 o 10, vaya al estatus de popularidad anterior. Pero además la cuestión de la debilidad política del gobierno no tiene sólo que ver con las encuestas de opinión pública, tiene que ver con la relación de fuerzas básicamente con el peronismo, más allá de que hoy por hoy está muy diversificado. Para que existiera Julio Cobos, antes el peronismo le sustrajo al kirchnerismo votos fundamentales en las dos Cámaras y me parece que hay un punto crucial”.



“El peronismo después de muchos años de acatar progresivamente porque primero fue una sociedad entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde, después esa sociedad en el 2005 se rompió, acumuló poder, disciplinó y ahí se produjo un hecho que todos conocimos que es que off the record se deslizaban críticas pero no así públicamente. Ese off the record pasó a la luz pública y se empezaron a manifestar todas estas críticas. El estilo de gobierno, tanto del gobierno de la Nación como del gobierno del justicialismo, le parece inadecuado no sólo a buena parte de la sociedad sino a buena parte del peronismo. Concretamente, un estilo que lleva a más conflictos, lleva a más polarizaciones y que después lleva a una derrota electoral. Un estilo de gobernar completamente excluyente. Sabemos que se mantienen estos vínculos con la sociedad que no han sido de amor sino que tienen más bien que ver con flujos económicos”.


“No hay que confundir estas tensiones que vive el gobierno con ingobernabilidad, pero de todos modos la duda es cuánto puede resistir cierto ego gubernamental representado por la presidenta y el ex presidente frente a la adversidad si ellos no logran revertir este panorama, y si no lo toleran. Y ahí uno tiene que reflexionar sobre la primera reacción de Néstor Kirchner después de aquella aciaga noche del 15 de julio y su idea de “Bueno, nos vamos”.



“Las inferencias y las hipótesis en cualquier disciplina tienen que ver con el registro histórico, con la experiencia. Tenemos dos dimensiones: una es la naturaleza política y otra es la naturaleza humana o psicológica. La historia nos dice que los gobiernos en crisis actúan como está actuando el gobierno de los Kirchner: se cierran. Si vemos a (Raúl) Alfonsín, a (Carlos) Menem y (Fernando) De la Rúa pasó lo mismo. Acá se agrega la naturaleza política del liderazgo de los Kirchner que es muy absolutista. Y después la naturaleza psicológica que es el planteo cuasi trágico no de una tragedia con muertos pero sí de introducir categoría de la tragedia en una democracia (que no es una tragedia, en todo caso un drama o una comedia) por el cual la racionalidad de fondo es cada vez que tengo que ir “es a todo o nada”. Desde el punto de vista de los géneros literarios es incompatible. La democracia puede ser drama, psicodrama, sainete, comedia. Pero tragedia no es, entonces hay una repulsa a ese perfil que introduce esa puesta y esa sobre apuesta siempre al todo nada o el permanente recurso de ver conspiraciones o formas de la ceguera, la democracia no se lleva bien con estas cosas”.



“Esto es el final anunciado de lo que podríamos llamar la “débil legitimidad”. La legitimidad tiene un componente muy importante de reconocimiento de la autoridad de aquel que conduce y ese reconocimiento de la autoridad está dado por cualidades y atributos que se le reconocen. Si la cualidad que se le reconoce es el temor vía sanciones económicas en algún momento, o por falta de caja o por cansancio de ser manipulado, se quiebra. Hasta Carlos Menem tenía a lo mejor más recursos en términos de una sonrisa, de una guiñada, de afecto, que lo que hoy tienen los Kirchner. Esto hoy se quebró y va a ser difícil que se reestablezca. Una de las condiciones para poder desarrollar un gobierno de los Kirchner es aceptar una forma de co- gobierno con el PJ, que se compartan distintas proporciones cuotas de poder mayor. Esto es justamente lo que Néstor Kirchner no va a aceptar. Desde el decreto de revocación de la resolución 125 -que fue como decir no me queda otra que poner esto pero no me gusta nada- hasta cerrar el stand de la provincia de Tucumán en la Exposicion Rural, o retirarle la guardia de Granaderos o que el secretario de Agricultura se aya resistido a recibir a la Mesa de Enlace… son todos hechos que confirman este espíritu de no aceptar compartir”.



“La oposición a los Kirchner se ha generado dentro del peronismo en primer

lugar y fuera del peronismo también. Hay poca voluntad en el peronismo de dar batalla en la calle. Hay intendentes del Gran Buenos Aires que no quieren saber más nada porque se dan cuenta que van a una conflictividad segura. El peronismo -que ha sido el partido que ha sobrevivido durante sesenta años con una fórmula que desgañita intelectualmente a los analistas de este país y del mundo- tiene un instinto muy grande de preservación. Al peronismo que es el partido histórico y popular de la Argentina no le gusta estar en la situación de enfrentar rebeliones o que estas rebeliones fueran de clase media. El peronismo es un movimiento suficientemente amplio como para incorporar fracciones de clase media y a los sectores populares. Ese lugar el peronismo no lo quiere ocupar y si ve que lo tiene que ocupar porque un líder no se conduce con la mesura necesaria -aunque provenga del peronismo- creo que le va a fijar los límites y ya se los está fijando”.



“El intento inconsciente o consciente de dividir ya ocurrió y la verdad es que ahí emergieron las instituciones, las Cámaras, el Congreso y hay dirigentes políticos territoriales del peronismo que se dan cuenta que no se puede doblar la apuesta, sacar gente a la calle, arriesgarse a que haya un conflicto mayor. La democracia va a acotar a través de distintos actores a formas de liderazgo si esos liderazgos no son acordes a cómo se juega la política en democracia. En ese sentido la democracia argentina está bastante fuerte. Los Kirchner, con toda esta retórica beligerante, sin embargo respetan la libertad de los medios de comunicación, respetan el funcionamiento les guste o no les guste del Congreso, es una actitud, no es algo que se derive en un totalitarismo. Lo que tenemos es un estilo de liderazgo que la sociedad no quiere, pero este es un gobierno al que hay que reconocerle que enfrentó un conflicto de 4 meses y lo cierto es que no empleó la fuerza, respetó códigos. No estamos frente a un gobierno totalitario. Esto no es Hugo Chávez, esto no es el castrismo. El valor de las crisis sociales y políticas muestran el mecanismo de funcionamiento de la sociedad”.

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