CONSTRUCCION PLURAL, por Radio Cultura (FM 97.9) con la conducción de FERNANDO MAURI.
Diálogo con el sociólogo y politólogo Eduardo Fidanza:
”Un gobierno que goza de buena imagen en general lo que tiene es la disposición de la población para festejar sus aciertos y en verdad disimular sus errores, es un gobierno que tiene como se dice “traje de teflón”. Pero se convierte en una penuria cuando la gente le retira la confianza y ocurre algo incluso injusto. La gente empieza prácticamente a juzgar en forma negativa o recelosa todas las cosas que ese gobierno hace. Todo lo que antes se le aceptaba ahora no se le acepta y efectivamente se puede comparar lo del pago al FMI con esto del Club de París pero esto sucedió en el contexto de un desgaste grande en otra situación. Este es el punto de lo difícil de remontar para este y otro gobierno cuando por así decirlo “cambia la dirección del viento” y uno empieza a sentir que en lugar de impulsarlo hacia delante, le pone resistencia”.
“La oposición política es muy diversa. Tenemos por un lado el surgimiento de Julio Cobos que surge de un hecho totalmente carismático, de un instante “mágico” y hoy conserva la mayor imagen comparándolo con otros dirigentes pero sin embargo sin estar claro -a mi juicio- su rumbo. Cobos ha hecho críticas muy fuertes al gobierno después de aquella madrugada del Senado por el campo y luego cuando fue lo de Aerolíneas Argentinas, pero en el pago al Club de Paris ha saludado como positiva esta decisión y ahora se cierne un nuevo conflicto porque él se está desmarcando de todo el caso de Antonini Wilson que afecta a la financiación de la campaña en la que estuvo. Por otro lado, Elisa Carrió no ha cosechado ventajas evidentes y después debemos ver el caso de Mauricio Macri que siempre es un presidenciable, tiene relativamente buena imagen en la ciudad, pero está ante su dilema estratégico: cómo a la vez se perfila como un dirigente nacional y conduce uno de los gobiernos más difíciles de la Argentina –el de la Ciudad de Buenos Aires-“.
“En esta estabilización post conflicto con el campo que yo veo de la situación del gobierno, descartar un escenario catastrofista tiene que ver también con que la oposición no ha crecido, la reivindicación del campo si bien no se ha disuelto ha disminuido mucho, por lo menos desde el punto de vista de los medios de comunicación. Esto no significa que esta estabilización que nosotros podemos ver vaya a continuar. Estamos con un gobierno débil y con un gobierno que toma decisiones de una manera muy sui generis y esto no puede alentar el optimismo”.
“Sigo viendo el dato central de una dinastía que era fuerte y ahora se ha debilitado mucho; de un gobierno que está perplejo y replegado sobre sí mismo, que prácticamente toma las decisiones en la intimidad de lo que es una escena matrimonial y esto es contraindicado y se va manifestando todos los días. Las cosas que dijo el ex ministro de Economía, Martín Lousteau, en un reciente reportaje son las cosas que nos tienen que preocupar realmente. Hay testigos de que esto es así. Un país cuya dirigencia máxima decide las cosas en media hora y no discrimina entre las principales y las secundarias no es un país hacia el cual uno pueda estar muy optimista”.
"Respecto del escándalo de la valija -si hacemos una comparación y observamos respecto del financiamiento de campañas- han ocurrido varios de estos episodios también en otros países. No es algo inhabitual. Hay que ponerlo en el contexto de lo que sí le sucede a este gobierno en los últimos tiempos y es que se agrega a una serie desafortunada de eventos. Está claro que el supuesto relanzamiento del gobierno no está resultando, ya que existen dos problemas que se han patentizado a partir del conflicto con el campo: el gobierno se ha debilitado y genera desconfianza. Y agregaría un tercer problema: se ha encerrado. Si nosotros analizamos la forma en que se están evaluando determinadas cuestiones de Estado y de gobierno y las maneras en que se toman las decisiones, vamos a ver no solamente un gobierno debilitado, que no genera confianza sino además que está encerrado en sí mismo”.
“Por ahora debemos descartar escenarios catastrofistas como claramente los hubo para junio o julio. El gobierno ha logrado estabilizar un poco la situación, cambiaron las relaciones de fuerza, cambió el escenario político. El gobierno de los Kirchner no va a volver a ser lo que fue y la pregunta es cómo ellos que estaban acostumbrados a una determinada cultura de gobierno se van a readaptar a la nueva etapa.
Si nosotros analizamos los últimos dos meses uno podría decir que ha habido intentos de corregir el rumbo. Se han hecho algunos cambios en el plano de la comunicación presidencial. A regañadientes el gobierno ha aceptado que tiene que consultar a las cámaras legislativas sus proyectos. Ha tenido que reformular el proyecto de Aerolíneas Argentinas, tiene que negociar el proyecto de la movilidad jubilatoria. No existe más el acatamiento que antes existía por parte de los legisladores propios y no existe más tampoco el alineamiento espontáneo de los dirigentes del justicialismo. Ahora todo es más costoso. Los Kirchner han hecho una cierta división del trabajo: la presidenta se ocupa de mostrarse jovial y alegre - a mi juicio sobreactuada- haciendo inauguraciones, haciendo ver que ella está en el centro de las decisiones en el Estado; y Néstor Kirchner está en un segundo plano manteniendo su rol protagónico en las decisiones pero dedicado a hacer la sutura de lo que quedó bastan
te herido dentro del justicialismo y en la relación con los intendentes y jefes territoriales después de la crisis con el campo. Todas estas cosas no le están permitiendo al gobierno recuperar la confianza de la opinión pública y de los observadores internacionales. En este punto es paradigmática la decisión unilateral de pagarle al Club de París. Ahí se muestra, como un leading case de una decisión tomada en soledad, sin contar con información técnica, desprolija. Tenemos un gobierno que no despierta confianza. Para despertar la confianza interna y externa se necesitan decisiones claras y no las tenemos”.
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