miércoles, abril 15, 2009

La suerte de Cobos, el decoro de Carrió

Por Fernando Mauri

La Unión Cívica Radical apuesta con todo a la reunificación partidaria ya que para la Convención Nacional de este fin de semana en Mar del Plata convocó al vicepresidente Julio Cobos y a la titular de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.

A partir de esta ilusión de reverdecimiento radical posterior al fallecimiento de su líder contemporáneo Raúl Alfonsín y a las demostraciones de respaldo ciudadano que recibió la figura del ex primer mandatario -aparente recuperación que sólo el tiempo podrá en su justo lugar- cabe colegir cómo el momento político encontró a los citados Cobos y Carrió.

Recientemente, el vice vio reforzado su capital político merced una vez más al factor suerte, en tanto la chaqueña exhibió como pocas un decoro, mesura y bajo perfil saludable


En el caso del mendocino ahora reflotado como radical de ley tras su expulsión de por vida en ocasión de articular un acuerdo electoral con el kirchnerismo, merece ponderarse el factor suerte, tal como mensuraba Nicolás Maquiavelo en la vida de un actor político.

A saber: si el Gobierno hubiera aceptado la derrota en el Senado por la Resolución 125 por un voto sin dar lugar a la participación de Cobos o si por el contrario algún voto favorable hubiera caído, su papel estelar desempatando la pelea entre el gobierno y el campo no se habría cristalizado y dado pie a esta configuración protagónica en el escenario del vice.

Asimismo, al acontecer la muerte de Raúl Alfonsín mientras la presidente CFK se hallaba en Londres dio pie a que Cobos adquiriera un rol ciertamente destacado en las exequias del demócrata oriundo de Chascomús.

En tanto, Carrió apareció corrida de su eje, ya que no hace falta auscultar demasiado para hallar motivos para censurar su rol de virtual vocera apocalíptica de los males por venir en la Argentina.

Por ejemplo, recientemente, consultada sobre las elecciones del 28 de junio, en una entrevista periodística dijo apocalíptica una vez más que prefería no opinar ya que no iba a haber elecciones, que algo iba a ocurrir antes, evadiendo de paso definiciones de un proceso electoral que muestra a su Caolición Cívica por demás complicada.

Dicho esto, cabe sí creemos ponderar en esta oportunidad el decoro con el que Elisa Carrió prácticamente se llamó a silencio las horas siguientes al fallecimiento del ex presidente Rául Alfonsín.

Más allá de atender algún requerimiento periodístico por vía telefónica, lejos de buscar como otros tantos capitalizar la muerte del líder radical, la dirigente chaqueña exhibió un decoro y una mesura digna de rescararse.


, en consecuencia, dejó a Michetti y a Carrió frente a frente. Son dos amigas que se ven a sí mismas como exponentes de la "buena política" y que incluso comparten como referente espiritual al cardenal Jorge Bergoglio.
En una conferencia de prensa, Carrió exhortó a Michetti a no enfrentarse porque, aseguró, no era eso lo que querían los vecinos, y afirmó que no será candidata a diputada nacional.
No tuvo suerte: Michetti le contestó, también públicamente, que no pensaba abandonar el espacio político del jefe de gobierno, Mauricio Macri, confirmando en la práctica su postulación al Congreso. "Esa fue la peor semana de Lilita", evaluó uno de los consejeros de la jefa de la Coalición Cívica.
Es que el mensaje de Carrió fue tan endeble que dejó la imagen de que no se postulaba porque temía perder en su propio distrito, algo inconcebible para una dirigente que, según dice, sigue convencida de que será Presidenta en 2011.

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