Diálogo con nuestro columnista Pedro Andrieu, profesor titular consulto de la UBA/ ex secretario de Estado y ex consultor de organismos multilaterales:
“Hay gente que piensa que hablar de posibles problemas es como convocarlos o incitarlos. Sin hacer mucha historia, en la Argentina moderna -y marcada por la decadencia desgraciadamente- las crisis fueron o de origen externo en sentido estricto o crisis made in casa, “argentinas”, pero relacionadas o con el sector externo o con la situación fiscal o con ambas. En estos últimos tiempos, en la era de la soja nos hemos acostumbrado como si fuera una cosa natural, estructural y establecida a que hubiera un superávit comercial y a que también hubiera un superávit fiscal, los mentados superávit gemelos. Si uno reflexiona un poco, siempre hubo algo de falsificados, de trucho, en ambos superávit. Si uno compara, por ejemplo (Arturo) Frondizi trató con el desarrollismo de darle un fuerte impulso a la industrialización y se topó con el pequeño problema de que del proceso de sustitución de importaciones es complicado, ya que se tiene que importar algunas materias primas, algunas bienes determinados y sobre todo tiene que importar bienes de capital. Entonces la cuestión es de dónde salen las divisas para pagar eso. El gobierno de Frondizi la verdad es que se estrelló completamente y entró en un atolladero que quedó diluído por su caída”.
“En las crisis siguientes fue sucediendo en general que se buscaba escapar del problema, los economistas lo llamaban el “stop and go. Había que parar la economía, ajustar, tratar de equilibrar y arrancar otra vez y eso pasaba por vía de devaluaciones. El problema fiscal fue un problema nunca resuelto en Argentina en forma estructural, empezando porque como país “organizado” nació dependiendo de la Aduana y no de la recaudación impositiva y la Aduana fue muy importante inicialmente, el 90% de los ingresos del gobierno federal provenían de allí. Después de la crisis de 1890 fue bajando paulatinamente, pero todavía eran el 60 % en la crisis de 1930. No había un organismo fiscal nacional. La DGI se creó después. El agente recaudador, era la Aduana. Entonces cuando se para el comercio internacional en la crisis todo el mundo sale de las convertibilidades, aparece el patrón oro, se cierra la tranquera”
“Curiosamente Argentina se vio forzado a 133 años de existencia a tener por primera vez un organismo fiscal y a inventar modos de recaudar internamente y ahí, en ese momento, ironías de la vida, son gobiernos conservadores -de origen fraudulento- los que instalan un sistema impositivo progresivo, y posteriormente el radicalismo y el peronismo se han apoyado en el IVA que es lo más regresivo que hay. Pero el evadido impuesto a las ganancias -que es el más importante en cualquier país medianamente serio- es el más redistributivo. Recaudar ganancias en este país fue un vía crucis terrible y por eso a partir de los años 70 se pasó a depender del IVA”.
“Aún (Domingo) Cavallo con su convertibilidad logró parar la inflación pero no logró solucionar el problema fiscal. Ante lo cual, y después de la experiencia hiperinflacionaria, era impensable seguir emitiendo y a la vez la tasa de interés internacional era muy barata, con lo cual la gambeta que apareció fue el endeudamiento externo con la teoría de la bicicleta -mientras a uno le siguieran prestando, no pasaba nada decía Cavallo- pero era una falacía porque Japón ha hecho lo mismo pero ese endeudamiento fue para hacer un desarrollo industrial exportador enorme que con el tiempo no sólo pagó el endeudamiento sino que se convirtió en un país superavitario. Un proyecto de una industria exportadora pero nosotros nunca hemos llegado a este punto”.
“En realidad siempre nos saca la soga al cuello la devaluación como instrumento, pero en realidad nos salva el campo. Desde los años ’30 vinimos diciendo que no podemos depender del campo, que la industria sustitutiva, bla, bla, bla, y estamos como cuando vinimos de España en esto en realidad. ¿Qué es lo que exporta la industria argentina en realidad? Incluso el balance comercial del sector industria, de manufactura de origen industrial, ha sido completamente deficitaria y lo ha sido todo este periodo. La industria automotriz que es la estrella, ha sido deficitaria en situación “normal” hace un par de años atrás en no menos de 6.000 millones de dólares por año. Con todo lo que llegó a exportar la industria automotriz”.
“Ahora estamos en este momento donde se acaba este viento de cola y hay supeávit fiscal que dije que era trucho y eso hay que aclararlo. Digo esto porque en parte provino de la prolongación indebida de impuestos de emergencia como de impuesto al cheque, también en nombre de la emergencia se sacó plata de la Coparticipación Federal y se creó una situación con superávit fiscal federal y déficit crecientes al borde del descontrol en algunas provincias consolidando todo el sector público nacional, Estado nacional, provincial y municipal, nunca hubo tales superavits. Ahora llegamos al momento de los reclamos, más allá de la justicia. Entonces todo el mundo tira naturalmente de la cobija para su lado. Por ejemplo, se pide que se bajen las retenciones. Yo no me opongo per se a esto, es un tema a discutir. Pero quien diga que se bajen las retenciones o quien diga que hay que ir normalizando al menos gradualmente la situación en torno a la coparticipación federal si actúa responsablemente tiene que decir cómo se van a reemplazar esos recursos a nivel federal porque además hay otro pequeño problema todavía. Tenemos por lo menos este año -y otro año más- pagos sumamente pesados de la deuda y además de eso tenemos problemas de deuda no resueltos. Salvo que uno recurra otra vez a la bicicleta y se pretenda endeudar más, lo que implica tener los fondos en el país para hacer eso. Y de nuevo, sin pretender ser pájaro de mal agüero, creo que si uno pretende haber aprendido algo, si algo tendría que haber un acuerdo nacional amplio y profundo para prevenir y evitar cualquier crisis, al menos en aquellos factores que son de orden interno. No podemos desde ya evitar los coletazos de una crisis internacional. Los números son terribles. Nosotros creemos que después de las crisis con las sucesivas emergencias que no son un invento de hoy, baste decir que el impuesto a los réditos, -hoy ganancias- fue creado como impuesto de emergencia y que la emergencia al margen de la Constitución se renovó 60 años seguidos hasta la reforma constitucional de ’94 por todos los gobiernos militares y civiles de todos los partidos. Consolidándose así de facto como armadura tributaria pero mal porque no se consolida en un sistema que se pueda consolidar, pasa por lo definitivamente provisorio. Nunca ha habido un acuerdo sobre la participación federal, ha habido momentos en los cuales se la blanqueó cuya constitucionalidad era harto dudosa”.
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