jueves, marzo 25, 2010

La venta de armas a Ecuador (y un final inesperado)

Por Israel Lotersztain

Master en Historia de la Universidad Torcuato Di Tella / Ex Profesor de Física de la UBA, de la Universidad de Birmingham) / Ex Director de Investigaciones del INTI).

Columnista de Construcción Plural, el programa de Fernando Mauri.



La Presidenta argentina acaba de pedir disculpas a Perú por la venta de armas a Ecuador realizada en medio de un conflicto bélico en la década del noventa que enfrentaba a ambas naciones. Y es muy correcto que así sea: al margen de la opinión que nos merezca la loca aventura de los militares en 1982 en las islas Malvinas, Perú fue el único país sudamericano que sumó, a una adhesión meramente verbal, una ayuda efectiva a través del suministro de armamento, ya fuera propio o ya sea ayudando a triangularlo de los escasísimos proveedores dispuestos a violar el embargo que habían implementado sobre nuestro país Gran Bretaña, la Comunidad Económica europea y los EEUU. Con ello Perú mantenía una línea histórica tradicional de alianza con Argentina con origen en los mediados del Siglo XIX pero, repetimos, fue absolutamente la única nación americana que tuvo esa actitud. Al margen de vibrantes exteriorizaciones verbales ningún otro país de América latina consideró en 1982 adecuado poner en juego sus propios intereses en apoyo de Argentina que, independientemente de sus muy dudosas justificaciones, ocultos motivos de su Junta Militar y extraña oportunidad elegida, lo real era que se hallaba en guerra con una potencia extracontinental por unas tierras que se aceptaba pertenecían a su territorio. Y hasta existen muy fundadas razones para sospechar que algún país de la región llegó a prestar inestimable apoyo logístico y de inteligencia a Gran Bretaña.

Pero el objeto de estas líneas no es rememorar esos momentos sino otro: señalar la ironía que implica el final inesperado que a través de las disculpas de Cristina Kirchner está teniendo una insólita historia. Para ello nos permitimos recordar algunos detalles curiosos relativos a la forma en que se generó el escándalo de la venta de armas a Ecuador, apelando para ello a una serie de reflexiones y divertidos recuerdos sobre los que, por causas muy obvias, carecemos de pruebas valederas. Por ello solicitamos la indulgencia que merece lo que al fin y al cabo constituye una mera conjetura. Y en primer lugar señalemos al respecto que la venta de armas fue realizada con una torpeza tan fenomenal que hasta da la sensación de que su objeto hubiera sido precisamente el de generar un escándalo de singular magnitud. Es como si se hubiera armado y anotado previamente en una lista, para no omitir u olvidar detalle, todos los posibles disparates a realizar. Recordemos tan solo alguno de estos:

1) Venderle armas a un país latinoamericano en conflicto bélico pocos días después de declararse a través de la propia Argentina el embargo de armas a ambos contrincantes.

2) Además venderle esas armas durante una guerra al enemigo del único país que, como vimos, apoyó efectivamente a la Argentina en un conflicto reciente, un país por otra parte nuestro aliado histórico desde el Siglo XIX.


3) Además hacer la venta en forma directa a través y desde una fábrica militar estatal, y cuando se era uno de los cuatro gestores de paz entre los contrincantes.

4) Además hacerlo de una manera absolutamente burda, sin la menor preocupación por un mínimo disimulo que requeriría una operación de este tipo. Por ejemplo el transporte del material se realizaba por medio de un avión especialmente fletado y de plan de vuelo público que, si bien se dirigía hacia un presunto destino final en Centroamérica, realizaba previamente una única escala precisamente en Ecuador…

5) Además se utilizaba “documentación respaldatoria” de una eventual exportación a un tercer país, tal como Certificados de Destino Final, tan torpemente falsificados que una mera inspección visual de los mismos provocaba un estallido en carcajadas…

Pero a lo anterior se agregaban además otros detalles insólitos dignos de figurar en el libro de records de disparates absolutamente increíbles en este tipo de operaciones:

6) Las armas (fusiles FAL usados) resultaron de pésima calidad y en buena parte absolutamente incompletos o inservibles. Era tal su deterioro que era obvio que el vendedor no podía dejar de conocerlo perfectamente. Y la mayor parte de la munición estaba vencida y era inutilizable. Con ello se generó la lógica indignación del comprador, que había pagado todo el material por adelantado, lo que no solo deterioró su disposición a ocultar la venta, sino más vale lo indujo a hacer todo lo contrario.

7) Además, y con la avidez monetaria tan característica de la política argentina, se decidió negarle el pago de la comisión previamente convenida al intermediario ecuatoriano, que obviamente y en represalia se transformó rápidamente en el difusor de los detalles más comprometedores de la operación.

8) Posteriormente en el tiempo y como “detalles finales” se produjo algún misterioso y nunca aclarado suicidio de un siniestro intermediario local, unido a la negativa a facilitarle fondos para la defensa legal al insólito Director de la mencionada Fábrica Militar, quien en represalia declaró buena parte de lo que sabía al magistrado que, según algunos mordaces comentarios, de muy mala gana intervenía en la investigación …

Este conjunto de circunstancias tan numerosas y a su vez tan insólitamente burdas generaría hasta sospechas de ser el resultado de un eventual accionar conspirativo, o de una vocación psicológica de búsqueda de autocastigo. Sin embargo creemos que la explicación es mucho más simple y directa: la absoluta torpeza e ignorancia de los responsables de los hechos unidas a la infinita soberbia que suele tan a menudo generar en los políticos argentinos la convicción de gozar de total impunidad. Y creemos que en el fondo podrían no haber estado equivocados, y que pese a todas las barbaridades cometidas el tema se podría haber tapado y olvidado sin haber llegado a un resonante juicio que involucró a las que fueron las más altas autoridades nacionales, que sigue abierto y que puede volver a dar que hablar en cualquier momento.

¿Qué es lo que hizo que el tema, por grosero y torpe que hubiera sido su manejo, no hubiera sido tapado y olvidado como tantos otros escándalos de corrupción de entonces y de ahora en nuestra sufrida Argentina? Fue precisamente el accionar al respecto del tan conocido y renombrado GRAN DIARIO ARGENTINO. Este GRAN DIARIO se apropió del tema, lo hizo suyo, lo unificó con otro contrabando de armas a Croacia, cada vez que parecía olvidarse lo conmovía con un titular en la primera página, no lo abandonó hasta lograr los procesamientos y consiguientes renuncias de varios funcionarios, en particular del elegante y sobrio Ministro de Defensa de entonces, blanco continuo de los ataques. “Se han ensañado conmigo…” se quejaba reiteradamente ese funcionario. Sin duda sabía de qué hablaba. Pero ¿qué motivó al gran diario a adoptar esta singular actitud?

Y ahora, pidiendo mil perdones al lector de estas líneas, pasamos para intentar arrojar una luz adicional sobre el tema a relatar chismes quizá tan solo dignos de las revistas del corazón. Esos chismes en forma unánime parecen coincidir en que el elegante ex Ministro, de joven e impetuoso, fue puesto por Rogelio Frigerio a la muerte del dueño fundador en la Secretaría de Redacción del gran diario, que entonces pasaba por una delicada situación económica y requería del apoyo de los políticos desarrollistas. Allí, se cuenta, conoció a la dueña del medio de prensa, una joven muy tímida e inexperta con quien el fallecido dueño se había casado poco antes de morir, en recompensa por los cuidados que le había brindado en sus últimos años. Y también se cuenta que un tórrido romance estalló entre ambos (el futuro Ministro y la nueva dueña), que duró bastante tiempo y que “la joven inexperta” pretendió formalizar como permanente.

¿Qué hizo que el futuro Ministro se negara terminantemente a abandonar su vida familiar en busca de los nuevos horizontes sentimentales que le eran requeridos? No podemos saberlo, pero lo real es que de pronto, de un día para el otro y para sorpresa de sus lectores, en una fecha ahora perdida en el pasado lejano y que solo podemos recordar algunos veteranos la dirección del diario sufrió un brusco cambio de mandos. Oscuros jóvenes contables y periodistas de rango menor (hoy desde luego muy famosos) constituyeron el apoyo con el que la despechada propietaria se hizo del control total. Y se inició una nueva y por demás conocida etapa. El entonces Secretario de Redacción debió abandonarla presurosamente, inició una larga carrera diplomática donde tuvo algunos éxitos notables como mediador en Chipre, le fue por ello ofrecido por el ex Presidente Menem el cargo (en un futuro) de Ministro de Relaciones Exteriores, y en un momento de crisis fue llamado del exterior para ocupar (interinamente, se le prometió, hasta que el otro cargo tan deseado estuviera vacante) el Ministerio de Defensa. Y allí, como vimos, se puso a través del escándalo de las armas (en el que aparentemente, se acuerda, no tuvo participación salvo la derivada de las responsabilidades de su cargo) al alcance de las venganzas de alguien que no había olvidado ni perdonado.

Quienes muy probablemente sí lo habían hecho fueron los peruanos, que de este tipo de escándalos de corrupción también entienden y mucho, como es por demás conocido. Los deben haber sorprendido muchísimo las disculpas de Cristina, y posiblemente no deben haber dudado que respondían mucho más a un tema interno argentino que a la búsqueda de lavar un turbio pasado. Pero para el historiador futuro no podrá dejar de llamarle la atención como dos mujeres despechadas (Cristina con el Gran Diario, al que su marido cubrió de tantas prebendas y recibió en su visión tan mal pago), enfrentadas a su vez entre sí con insólita ferocidad en una batalla aparentemente mortal, se unieron en diversos momentos en torno a esta tan insólita historia. Singular final: a través de sus públicas disculpas Cristina daría una vuelta de tuerca más a la venganza de quien es hoy su gran enemiga.

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