En esta guerra entre ex socios, entre las dos caras de una misma moneda, el Gobierno K y el grupo Clarín, se destacan algunas perlitas motorizadas por un oficialismo que dice representar en esta épica fallida lo "Nacional&Popular" y que no duda en recurrir a actores políticos y sociales nefastos en pos de apropiarse de la historia a partir de un relato sesgado y manipulado:
* El kirchernismo vía la agencia oficial TELAM se basó en un libro del asesino Ramón Camps para "desmentir" al serio Gustavo Caraballo.
* Israel Lotersztain, nuestro historiador amigo y columnista en dicha materia en nuestro ciclo de Radio Cultura -quien además tiene cargadas distintas columnas suyas en este blog- nos contaba de su "fascinación" por encontrar en la televisión al lado de Néstor Kirchner en el acto oficial con anuncios sobre Papel Prensa a Osvaldo Papaleo, y verlo además aplaudir frenéticamente a la presidente.
Lotersztain nos recordaba que Papaleo fue el Secretario de Prensa del gobierno de Isabel Perón - Lopez Rega y que numerosos testimonios e investigadores, y el mero sentido común, lo asocian directamente a la siniestra y asesina Triple A.
"Lo recuerdo además expresamente denostando por TV con toda clase de insultos y amenazas (que como sabemos se materializaban y cómo) a organizaciones armadas "y sus ideólogos", organizaciones de las cuales algunos ex miembros estaban también en el acto de la presidenta, aplaudiendo con idéntico fervor".
"Recuerdo además expresamente que Papaleo dirigió una campaña: "Señora, nacionalice Bunge y Born" , cuando esta empresa aceptó pagar el rescate por los hermanos secuestrados. Fue un secuestro realizado, recordemos por si hace falta, durante un gobierno electo por el 62% de los votos -que junto con el de Hipólito Yrigoyen en 1928- es el mas alto índice de apoyo de la historia argentina.
"Las vueltas de la vida hicieron que Papaleo, al igual que alguno de los entusiastas asistentes al Casa Rosada, gozaran en algún momento, aquí o en el exilio, de los frutos de ese secuestro, que a la larga terminó pagando directa o indirectamente el ciudadano argentino".
Con el fino uso de la ironía que le es habitual, finalizaba Lotersztain pensando que quizás él estuviera equivocado y que en definitiva se tratara de detalles menores, afectados sin duda por su mala memoria.
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