viernes, febrero 25, 2011

De maldiciones históricas

Por Israel Lotersztain
 
Master en Historia de la Universidad Torcuato Di Tella / Empresario / Ex director de Investigaciones del INTI
 
Columnista de Construcción Plural, el programa de Fernando Mauri.

Las tribulaciones que está sufriendo el actual gobernador de Buenos Aires Daniel Scioli han sacado nuevamente a la luz los recuerdos de la famosa "maldición histórica": ningún político que haya sido gobernador de la pcia. de Buenos Aires logró ser electo Presidente de la Nación por el voto popular. Destacados antecedentes abundan: desde el Siglo XIX con los fracasos de Alsina, Tejedor, Dardo Rocha, hasta el Siglo XX con los de Mercante o Duhalde (este llegó a primer mandatario, pero por tan sólo tras su nombrado por el Congreso ante la acefalía imperante tras la caída de Fernando De la Rúa).

Sin embargo, mi amigo el joven historiador cordobés Alejandro Dujovne me acaba de recordar una segunda maldición, quizá mucho más impactante aún: Córdoba dio 4 presidentes al país. Pero, qué pasó con todos los presidentes que llegaron desde la provincia mediterránea? La sorpresa es grande: de los cuatro elegidos, ninguno consiguió completar su mandato...


Santiago Derqui, quien sucedió a Urquiza en 1860, sólo permaneció en el cargo 30 meses y tuvo que renunciar como consecuencia de la batalla de Pavón.

Miguel Juárez Celman, quien más duró, poco después de los cuatro años debió renunciar al cargo en 1890 como consecuencia de la crisis económica y de la Revolución del Parque.


Arturo Illia fue derribado por un nefasto golpe militar en 1966 luego de poco más de tres años de un excelente gobierno (al margen de sus vicios de legitimidad).

Lo de Fernando de la Rúa es demasiado reciente para que sea necesario recordarlo, no llegó a completar siquiera los 30 meses de Derqui...

Surgen dos reflexiones.


La primera es que hoy no se vislumbran candidatos cordobeses a las próximas elecciones presidenciales, pero si el simpatiquísimo y honesto Luis Juez decidiera en un futuro presentarse, como historiador yo le rogaría que lo piense dos veces...


La segunda es más compleja. A la maldición del gobernador de Buenos Aires uno le puede encontrar alguna explicación histórico-político-sociológica. ¿Pero que puede motivar la maldición sobre los cordobeses?

1 comentario:

  1. No se cuan valido es, en terminos historicos, este comentario, pero en tiempos recientes - con la excepcion de Cafiero y Duhalde- no puede achacarse al electorado nacional el no compartir la generosidad del electorado bonaerense: si los bonaerenses deciden elegir (y permitir competir) por la gobernacion, senado y diputados a personas claramente no bonaerenses (que, por otro lado, han tenido gestiones deficitarias), es su prerrogativa. Pero mal se puede acusar al resto del electorado, o a una maldicion, que ciudadanos de otros territorios no sean tan generosos.

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