Por Rodolfo C. Rossi - ex presidente del BCRA
El Fondo Monetario Internacional anunció, recientemente, una controvertida propuesta para impulsar la economía internacional: “Ayudar a EEUU a reducir sus déficits con los otros países permitiendo la depreciación del Dólar”.
Según los cálculos de los economistas del Fondo, “la tasa de cambio del Dólar estaba sobre valuada y la el Euro y el Yen eran globalmente coherentes con los fundamentos económicos y varias monedas de países emergentes asiáticos estaban subvaluadas, principalmente la de China”.
“Una nueva depreciación efectiva de la tasa de cambio del Dólar contribuiría a una caída del déficit de cuenta corriente de EEUU, a un nivel más conforme con los fundamentos de medio plazo, aportando sustento a un crecimiento más equilibrado”.
En EEUU, la opinión más extendida es que el US$, debería bajar más pronunciadamente para ayudar a reducir el déficit comercial, actualmente sumamente elevado.
Otros países se denuncian los efectos perversos de cada descenso de la principal moneda de reserva de mundial: Alza de los precios de las materias primas, tensiones comerciales, incertidumbre en las empresas, e incluso especulación sobre las divisas de los países emergentes.
El Tesoro de EEUU mantiene desde hace muchos años una única posición, reiterando que a “EEUU le interesa tener un Dólar fuerte…” y la Reserva Federal (FED) declara defender su moneda favoreciendo el crecimiento del la primera economía mundial.
Pero muchos países y los hechos acusan, abiertamente a EEUU, de tener una política de US$ débil, destinada a favorecer sus exportaciones.
Desde principios del corriente año el US$ perdió cerca del 5 %, frente a las divisas de sus principales socios comerciales.
Las diversas tentativas de muchos países para resistir la apreciación de sus monedas, llevaron al Ministro de Finanzas de Brasil, Diego Mantega, a acuñar la ahora célebre expresión “guerra de divisas”, en Setiembre de 2010.
En la misma época EEUU y China se enfrentaban, abiertamente, en un debate sobre la cotización del Yuan. Por su parte, los europeos se declaraban víctimas de la baja del US$, atento que el fortalecimiento del Euro, frente a tal moneda, afectaba sus exportaciones.
En el reciente Octubre pasado, a fin de reducir la tensión, los miembros del G20, se comprometieron a abstenerse de devaluar sus monedas para favorecer sus exportaciones.
Lo real y prominente es que EEUU, ha gastado, consumido, importado por encima a del nivel real de sus posibilidades y ahora, necesita de un “Dólar débil”.
No es la primera ocasión, que EEUU recurre a la desvalorización del Dólar (US$). El 15 de Agosto de 1971, el presidente Richard Nixon “cerró la ventanilla del oro”, eludiendo sus compromisos y el Dólar estadounidense se hizo inconvertible y las monedas del mundo, tuvieron que adecuarse a tal gravísima situación. Se perdió el principal vector monetario mundial.
En aquel momento, como ahora el FMI, no observó el desequilibrado comportamiento del país, cuya moneda, es por el momento, rectora de la economía internacional.
¿Nos espera un nuevo acontecimiento monetario, aun más inflacionario en el mundo?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario