El artículo de Eduardo Zamorano sobre la tragedia de Japón que cargamos hace un par de días en nuestro blog generó comentarios y observaciones que generosa y pluralmente como siempre, el autor nos hizo llegar.
Damos paso a una de ellas, por provenir además de uno nuestros habituales colaboradores en esta plataforma.
F. Mauri.
Por Israel Lotersztain
Master en Historia de la Universidad Torcuato Di Tella / Empresario / Ex director de Investigaciones del INTI
Columnista de Construcción Plural, el programa de Fernando Mauri.
Sobre la nota de la catástrofe en Japón, me permito algunas acotaciones dado que hay aspectos históricos que aparecen desdibujados.
a) Japón no se "incorporó" a la Segunda Guerra. Invadió China y Corea mucho antes de 1939. Y procedió allí con crueldad inaudita, millones de víctimas y bombardeos despiadados a civiles en las ciudades, habiéndose negado prácticamente hasta hoy a reconocerlo.
Pearl Harbor vino mucho tiempo después
b) Los japoneses trataban a sus prisioneros de guerra con crueldad terrible. Hoy lo explican basados en esa filosofía sintoísta que transformaba a quien se rendía en un ser repugnante, una cosa, no digna de ser tratada como un humano. No me parece una cultura muy digna de elogio.
c) En ese "ambiente" de ataques a traición (Pearl Harbor), kamikazes, cargas banzai hasta el último hombre, maltratos horribles a prisioneros, creo que debería reflexionarse la decisión de Truman despojándola de maniqueísmos.
En Okinawa los americanos habían contemplado, muy poco antes, como miles y miles de japoneses, incluídas familias enteras con mujeres y niños, se suicidaban tirándose al mar desde lo alto de los barrancos, para no sufrir la humillación de caer vivos en manos del enemigo. Era bastante obvio pensar que es lo que esto implicaría frente a la conquista isla por isla.
Los americanos sabían que existía un “partido de la paz" en el gobierno (el pueblo no tenía la más mínima influencia) pero los guerreros en el poder asesinaban sin misericordia a quienes se atrevían a insinuarla. Era esencial, pensaba Truman y sus asesores, un hecho que los desbalanceara. No se iba a lograr tirando una bomba lejos
En fin, siempre una decisión tan horrible, tan brutal y tenebrosa, puede discutirse, pero creo que el enfoque del tema debería estar más equilibrado.
Sigo pensando que, como bien se la definió alguna vez, la Segunda Guerra era "la guerra que había que ganar". Creo que se omite también que la posterior reconstrucción japonesa contó, de inmediato, con la constante ayuda americana.
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