Todos Oficialistas
Por Miguel Schiariti - Titular CICCRA, Cámara de la Industria y el Comercio de la Carne de la República Argentina / dirigente político
Columnista de Construcción Plural, el programa de Fernando Mauri.
Será que todos tenemos que volvernos oficialistas para conseguir un poco de
sombra al calor oficial? ¿Será que tenemos que cambiar el debate, el intercambio
de ideas y la creatividad y simplemente, repetir que todo es maravilloso, que
vivimos en el mejor de los mundos?
Porque la verdad es que es más fácil, es más fácil
ser parte, es más fácil ser oficialismo. Es más fácil que no te critiquen por
pensar distinto, es mucho más fácil que tener pensamiento propio, es más fácil
tener un país con pensamiento único, con medios de comunicación que digan
siempre lo mismo, todo en un cuidado y esterilizado lenguaje publicitario
diagramado estratégicamente para vendernos determinadas formas y obviar
determinados contenidos.
Total, pobres hay en todo el mundo, cloacas faltan
en todos lados, y aquí los hechos de inseguridad (aunque tenemos la "sensación"
de que cada vez son más violentos) son menos violentos que en Méjico. Sí, la
corrupción "es un tema muy difícil" y en el áfrica están mucho peor que
nosotros. Si el problema de la vivienda y la falta de agua potable afecta a
millones de personas en todo el mundo, no solo aquí.
Es más fácil ser oficialismo. Es más fácil no
asombrarse, no espantarse cuando nuestra presidenta dice que el progreso se
muestra en el crecimiento vertical de las casillas de la villa 31, donde no
entran las ambulancias, ni el alumbrado público, ni ninguna protección real del
estado salvo la del clientelismo que necesita de necesitados que sigan
necesitando.
Si me lo propongo es más fácil convencerme de que
no hay ninguna relación entre las casitas de telgopor del gran científico
argentino y defensor de los derechos humanos Sergio Shocklender, y el tipo que
tiene que alquilar carísima una pieza del otro lado de las vías, donde no se
aplica el código civil sino la ley del más fuerte. Es fácil convencerme de que
los trenes que descarrillan no tienen ninguna relación con Jaime que anda en jet
privado. Es fácil convencernos de que eso no es violencia ni que nos deja cada
vez más vulnerables y débiles. Es fácil convencerme de que regalando netbooks
estamos brindando educación de calidad, porque lo importante es la forma y no el
contenido, y si los exámenes internacionales nos muestran perdiendo posiciones
todos los años, solamente hay que hacer lo de nuestro ministro de educación:
cuestionar el examen. Es fácil ver la igualdad en la política pública que nos
permite consumir y consumir los bienes que producen y nos venden todo el tiempo
con un cuidado y esterilizado lenguaje publicitario esas mismas empresas
multinacionales de "los poderosos" que la revolución nacional y popular viene a
combatir. Porque si todos tenemos zapatillas nike y celulares y notebooks,
tenemos igualdad, más igualdad que cualquiera. Porque lo que importa es la
forma, la estética publicitaria. Era tan fácil. Por eso si todos a la vez,
oficialistas y opositores, medios y personas, dejamos de decir y de publicar y
todos los argentinos decimos bien fuerte "no hay inflación", la inflación va a
desaparecer junto con el hambre la pobreza y la desigualdad.
Lo que resta saber, si se confirma el pronostico
el próximo 23, es si en el nuevo mandato la presidente, apoyada en la fortaleza
de un amplio triunfo, aprovecha para trabajar con la oposición a partir de las
coincidencias o si va profundizar la prepotencia utilizada hasta
ahora.
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