Massa 2013, o el inexorable fin del Kirchnerismo

Por Fernando Mauri

La candidatura de Sergio Massa ha modificado radicalmente el escenario electoral, ya no sólo en el principal distrito del país -escenario una
vez más de la mentada “Madre de todas las batallas”- sino por sus naturales resonancias y significancias, en el peronismo en particular
y en el tablero político nacional en general.

El kirchnerismo ya no sòlo se encamina a volver a perder en los grandes distritos electorales (CABA vìa el PRO / Elisa Carriò; Còrdoba vìa el
delasotismo; Santa Fe vìa el acuerdo FAP-UCR con preeminencia del PS, y en màs de uno de ellos volviendo a situarse tercero) sino que tambièn
cederà en Mendoza (vìa el relanzado radical Julio Cobos), pero “el” dato serà su caìda en menos de un mes en “el” bastión, la provincia de Bs. As., que representa poco menos del 40% del padròn nacional.

En este marco, por ser el ùnico espacio que compite como tal en todo el pais, el Frente para la Victoria seguramente seguirà siendo la primer minorìa nacional,

quedando por dilucidar es si araña un nùmero cercano al 35% o màs cercano al 30%.

Pero más allá de ello, las miradas estarán enfocadas en territorio bonaerense, donde a 

diferencia de las legislativas 2009, el oficialismo ya no caerà derrotado a manos de un empresario millonario no peronista -aunque Francisco De Narváez hoy imposte de ello- e imposibilitado de ser presidente, sino que ahora serà vencido por un dirigente de las entrañas del propio PJ -màs allà de sus inicios en las filas de la liberal UCEDE, al igual que el vicepresidente “Honrado” Boudoù- que combina por igual dosis de
ambición personal,  habilidad polìtica y labilidad ideològica.

La salida a la cancha del ex jefe de Gabinete de la actual primer mandataria dinamita las construcciones de pràcticamente a casi todos los actores de envergadura: desde la presidente CFK hasta De Narváez,
pasando por Scioli y Macri.

 

A ELLA, una eternización en el poder o en el peor de los casos la tranquila coronación

de una sucesión digitada;  al colombiano, la gobernación; al ex motonauta, el monopolio de

de una línea moderada y la sumatoria de aliados dentro del espectro peronista; y a Macri,

por exhibir sus limitaciones por fuera del cerco porteño.

 

La irrupción victoriosa de Massa -podrìamos darlo en llamar, un “Scioli con astucia”- darà lugar al salto de muchos peronistas que se
afanaràn por acercarse al gran ganador de hoy y al gran player del futuro inmediato, en vista de que resulta natural que el intendente de Tigre tras
hacer escala en una banca legislativa hasta 2015, irà
”por todo” (lèase, el lugar de Cristina Kirchner en la Rosada).

Massa se impondrà en agosto por una diferencia no menor a los 5/7 puntos sobre el candidato del FPV cuya campaña comanda el devaluado gobernador
bonaerense, pero posee muchas chances de ampliar esa ventaja fuertemente, especialmente en octubre, donde tras las PASO de agosto,
operarà a su favor el voto ùtil que tenderà a potenciar al opositor al Gobierno màs votado.

¿Còmo quedarìa la grilla de competidores ambiciones de cara a la presidencial del 2015?

- Massa con el camino pavimentado hacia el sillón de Rivadavia, con amplio respaldo dentro del hoy conglomerado peronista;

- Binner o Cobos como representante si se mantiene el acuerdo UCR- FAP,

como eje del armado socialdemócrata no PJ;

- quizàs un dèbil delfín K -¿finalmente dándose CFK un baño de realidad, un debilitado Scioli?-

- tal vez una horadada lista PRO encabezado por Macri, aunque no habrìa que descartar que el jefe de Gobierno porteño se decida en vista de las circunstancias por dedicar màs tiempo a cuidar a Antonia.


El gran interrogante que se abre de cara al futuro no tan lejano tras los comicios de agosto y de octubre reside en como serà la transición al 2015 ante una por demàs debilitada CFK, que deberà traspasar el mando polìtico ya no a un kirchnerista ni como mal menor a un presidente no peronista, sino a un “compañero”.