La justicia lo ha dicho: Rizobacter no se puede vender

Por Miguel Harnan
Hijo del fundador de Rizobacter

Resulta a esta altura increíble para mí, mis dos hermanos Marcos, Martina, y mi madre Isabel, quien fuera esposa del ingeniero Harnan, tener que vernos obligados a desmentir rotundamente la venta del paquete accionario de la empresa Rizobacter Argentina SA, que mi padre fundara hace 40 años, anunciada hace apenas unos días atràs en los medios.

Sin dudas, a mi viejo, Miguel Harnan, le dolería en el alma tener que leer titulares tales como: "Dos laboratorios locales de biotecnología sellan operación por casi U$S100 millones" -en alusión a nuestra empresa Rizobacter Argentina S.A. y Bioceres S.A.- y reparar en que “…. la operación fue por el 50.01%, paquete adquirido a un grupo de accionistas correspondiente a la familia fundadora de la empresa".

Fue de esa manera como nos enteramos de la presunta venta, hecho que desconocemos y no admitimos en modo alguno. Hoy, Rizobacter no se puede vender, ni a Bioceres ni a nadie. 

Quienes tras la desaparición de mi padre se han apropiado de nuestra compañía, parecen haber olvidado que la justicia ha venido dictando medidas cautelares de embargo y de no innovar sustentando nuestra posiciòn, lo que claramente impide el traspaso del paquete accionario a terceros, en tanto estén en curso los juicios que determinarán la titularidad definitiva de ese capital accionario a fin de evitar un despojo a la familia del creador de este hermoso sueño convertido en realidad que es Rizobacter y
configura asimismo un despojo a los trabajadores sin cuya
colaboración, energía y pasión nuestra empresa nunca habría ser llegado a lo que es: la líder en su rubro.

En función de ello, hacemos responsable al actual Directorio de Rizobacter Argentina S.A. y también a la empresa Bioceres S.A., por las consecuencias y efectos dañosos que esas versiones periodísticas -surgidas en
apariencia de un comunicado de prensa provisto por ambas- puedan causar en el seno familiar, al ventilar cifras millonarias en dólares que carecen de veracidad atento a que de nuestra parte no se ha concretado ninguna venta y que de haberse materializado no habría sino de constituir un fraude escandaloso.