lunes, octubre 10, 2016

¿'Y si defendemos la globalizaciòn?

Por Israel Lotersztain
Master en Historia de la Univ. Di Tella
Columnista de Construcciòn Plural


La globalización esta siendo atacada, desde la izquierda y desde la derecha, con cada vez mayor violencia. La quizá mas prestigiosa revista económica del mundo (ya Marx y Engels la leían y apreciaban) salió a defenderla. No es extraño: apareció en la década del 40 del Siglo XIX para atacar las odiosas Corn Laws que impedían la importación de cereales a G. Bretaña y hambreaban con ello a las clases subalternas.

En esa línea histórica dedica el último número de defender a la globalización (libre comercio, libertad de movimiento de capitales y personas) de los ataques que están sufriendo en todo el mundo. Vale la pena resumir sus argumentos.

El comercio mundial ha crecido en forma impresionante desde los años 50 del Siglo XX. De ser un 7% del PBI global es hoy mas del 20%, y lo es de una economía mundial que como se conoce ha aumentado sideralmente. Ese crecimiento ha permitido que centenares de millones de personas (por ejemplo en China) pasaran de una vida miserable a incorporarse a una economía de mercado y a un pasar infinitamente mas digno que el de sus padres y abuelos. Nada mas reaccionario que oponerse a ello, desde luego. Pero no solo lo hace Trump, lo acompañan Sanders y hasta Hillary Clinton tuvo que alterar sus discursos en esa dirección. Ni que hablar los populistas europeos, y alguno de los latinoamericanos, y mas de algún genial argentino.

Desde luego el libre comercio ha causado en todas partes numerosas víctimas. En EEUU se calcula en seis millones los puestos de trabajo en industrias manufactureras que se han perdido, y probablemente la mitad de ese número por el comercio con China y el NAFTA. Pero si se limitara ese comercio los que mas sufrirían allí serían precisamente los mas pobres, que son quienes mas consumen productos manufacturados que probablemente podrían llegar en ciertos casos a duplicar sus precios si se fabricaran localmente. (Los mas ricos, recordemos, solo consumen un 24% de productos manufacturados y el resto de sus consumos son servicios, por lo que se verían poco afectados. Entre los mas pobres en cambio los manufacturados implican el 67% de su consumo, a ellos los golpearía con toda violencia el cierre del comercio internacional).

Según el liberal Economist es un rol ineludible del Estado el encargarse de ayudar a los desplazados de sus trabajos por el libre comercio, y en ello EEUU falla lamentablemente comparado con Europa. Mientras que por ejemplo Dinamarca dedica el 4,1% de su PBI a ayudar a los que han perdido su trabajo y a prepararlos para nuevas actividades, en EEUU solo el 0,9% es destinado a esas tareas. El fenómeno Trump solo puede entenderse en el marco de esta ausencia.

La libertad de tránsito y residencia de las personas se ha revelado como enormemente positiva para las naciones europeas. Tan solo en 2015 se estima que los inmigrantes pagaron 45.000 millones de euros en impuestos a los gobiernos del continente, y fueron y son imprescindibles en numerosas tareas. Desde luego se debe regular su entrada para controlar que los servicios sociales no se vean sobrepasados por un súbito arribo de extranjeros a un determinado lugar, pero nada indica que su llegada no sea bienvenida a un continente que envejece aceleradamente. En los EEUU el aporte de los inmigrantes siempre fue y es absolutamente positivo.

En cuanto al libre tránsito de capitales la revista es mucho mas cautelosa. La inversión extranjera directa la considera muy bienvenida: suele aportar riqueza, modernización, fuentes de trabajo bien pagas, mejor dirección de las empresas, eficiencia, mercados internacionales. Sugiere con todo que el Estado oriente el ingreso hacia determinadas áreas en las que más útil puede resultar el capital externo. En cuanto a los créditos del exterior es muy prudente. Los préstamos a largo plazo son útiles si se destinan por ejemplo a mejorar la educación, a ampliar la infraestructura. Pero advierte que los capitales golondrina, los que llegan rápidamente en busca de negocios financieros rentables, suelen ser los primeros en irse, y provocan dolorosas crisis en países emergentes. Tenemos bastante experiencia en ello, y vale la pena recordarlo en este momento.          

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