lunes, enero 23, 2017

El sonar de los tambores


Por Raúl Ochoa
Columnista de CONSTRUCCION PLURAL

Pocas veces, en realidad la primera vez desde la 2ª Guerra, la política comercial externa ha sido y es uno de los ejes centrales de las estrategias y relacionamiento internacional de un presidente norteamericano;  que no lo haya sido antes no es porque no hubieran diferencias de fondo entre los dos partidos, sino que existía un acuerdo básico sobre el cumplimiento de los tratados firmados y de mantenercon las correcciones que fuere menester,  respecto a las negociaciones en curso, quedando en manos del Congreso dirimir si y cuando y como otorgar al Presidente capacidad negociadora
El actual panoramaplanteado por Donald Trump un outsider del establishment político que pateó el tablero durante la campaña, señalando a culpables: países, empresas y malas políticas, de las pérdidas de empleo y prometiendo recuperarlos castigando, revisando y modificando todo lo crea conveniente y llevándolo a cabo hasta las últimas consecuencias, en una actitud claramente disruptiva y puesta ya en vigencia
Muchos observadores dentro y fuera de los EEUU, señalaban que el sistema de equilibrio de poderes e instituciones harían su trabajo e impedirían o llevarían a posiciones más neutras a Trump; desafortunadamentelas atribuciones que posee el Presidente en materia del comercio internacional son muy extensas y variadas y le permiten en el caso de acuerdos comerciales como el NAFTA solicitar su revisión o volver al trato de tarifario de NMF para Canadá y Méjico o imponer derechos de importación adicionales para determinados productos, previa consulta con el Congreso norteamericano, que sólo implican informarle de los pasos que adoptará la Administración Trump en la materia, por medio de los funcionarios que este se designe. Puede si así lo desea revisar cualquier otro Tratado de Libre Comercio si lo considera perjudicial para los intereses norteamericanos [1]
Tiene tres acciones más de alcance especial que provienen del TradeAct de 1962 (Section 232 b), y delTradeAct de 1974 (Section 122) y  (Section 301); por la primera en circunstancias que las importaciones afecten la seguridad nacional, podrá imponer  derechos de importación más elevados o cuotas; en el caso de la existencia de problemas, déficit del balance de pagos podrá elevar los derechos de importación hasta un 15 % o restricciones cuantitativas o ambas por 150 días aplicadas a uno o más países con amplios superávits (este sería el argumento para aplicar a China un aumento general de derechos de importación)[2]Esto podría ampliarse con la aplicación de la Section 301 que sucede cuando un país le niega sus derechos de libre comercio a los EEUU o lleva adelante prácticas discriminatorias, injustificables con respecto a ese país. Esto otorga al Presidente poder discrecional para aplicar acciones de retaliación que incluyen aumentos de aranceles de importación y cuotas (esto es lo que Trump ha indicado que aplicaría a China por supuesta manipulación del tipo de cambio y trato discriminatorio a firmas estadounidenses, ahí donde quiere castigar hasta el 45 % ad valorem)
Aunque parezca extraño, hay más normas vigentes para la aplicación casi ilimitada de restricciones al comercio internacional por la Administración, la primera de 1917 vinculada al estado de guerra y la segunda de 1977 denominada International EmergencyEconomicsPowerAct para casos de emergencia y que autoriza inclusive congelar los activos extranjeros de cualquier naturaleza.
En el corto y mediano plazo las acciones de Trump contra países, productos y empresas llevan las de ganar porque el intento de bloqueo vía acciones judiciales o el Congreso llevarán mucho tiempo y avanzarán cuando esas acciones hayan provocado daños a empresas, trabajadores e inclusive estados de la Unión.
Mientras tanto lo que si sucederá es que los países afectados, por caso China, actuará rápidamente imponiendo a su vez sanciones – represalias - a productos y firmas norteamericanas, sin esperar los largos procedimientos de la OMC o de los propios tribunales norteamericanos
Si a su vez la Administración denuncia el NAFTA, rompe el TPP y ataca otras empresas automotrices radicadas en Méjico, estaríamos frente a una guerra comercial que afectaría decisivamente la economía mundial, más allá de un aparente período inicial de bonanza, resultado de rebajas tributarias, aliento a la desregulación en finanzas, medio ambiente, farma y salud e inversiones en infraestructura
Hace unos años atrás y como consecuencia de la crisis financiera y su impacto global se creaba el G20,grupo de países que representan gran parte de PBI, comercio y población mundial, sus recomendaciones y plan de acción ayudaron y mucho a morigerar los aspectos más graves de esa crisis. Podrá el G-20 anticiparse y evitar males mayores, su Cumbre en Alemania es a principios de julio, no falta mucho, hay todavía tiempo para preparar un temario no previsto y evitar imprevisibles riesgos globales del sonar de los tambores






[1] NMF Trato de Nación mas favorecida – Es lo que rige por las normas OMC y no toma en cuenta las preferencias otorgadas por los TLC, por lo tanto habitualmente son derechos de importación mas elevados
[2] EEUU tiene déficit de bce comercial y de ctacte del bce de pagos, pero tiene superávit por ingreso de capitales

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