sábado, enero 21, 2017

¿Equipos homogèneos?

Por Bernardo Poblet

Homogeneizar es un término que no estoy seguro sea feliz y refleje lo que se pretende decir. Siempre hay modos diferentes de hacer algo. La mejor decisión –lo sabemos- no siempre es la perfecta, a menudo hay que desoptimizar algo para que  no ocurra lo que expresaba un viejo proverbio chino: lo que está por arriba de lo bueno, muchas veces termina siendo peor que lo malo.

Y eso requiere debate.

No vaya a ser que quién mande se enamore de una teoría errónea y con la filosofía de  homogeneizar no se acepten otras  ideas que pueden enriquecerla o cambiarla y anticiparse a una frustración.

“la verdad existe pero cada uno suele tener una parte de la verdad, hay que debatir, escuchar otras visiones ….para acercarse a la verdad.  Una teoría se acepta como verdadera porque explica lo que sucede o lo que se desea que suceda,  hasta que  alguien desarrolla otra teoría que demuestre lo contrario.”

Cuidado con las palabras. Homogeneizar cuando debe haber pluralidad puede tender a ser lo que tantas veces hemos visto: un discurso único, un pensamiento único, intolerancia con los que ven las cosas de otra manera.

En ese contexto, la frase del presidente, elogiada por muchos, que implica un aval o si se quiere, hacerse cargo "Ellos son mis ojos y mi inteligencia y cuando ellos piden algo lo estoy pidiendo yo", ...tampoco me parece un mensaje claro. ¿El jefe decide, los colaboradores trasmiten y el resto acata? ¿Organización matricial monodireccional?  Quiero convencerme de que no es así, pero suena así.

Es clave tener en los equipos alguien con la aptitud y la actitud de una mirada crítica,  que aplique ese principio del método científico que Karl Popper llamó falsacion, es decir, cuestionar con argumentos, poniendo a prueba la veracidad de lo que se afirma o la solidez de una alternativa elegida. Si soporta la “prueba de los balazos” es posible que sea buena.  Luego el jefe cumple su rol de decidir asumiendo los riesgos  que cada decisión  tiene implícita y la difícil tarea de la conducción para que todos sintonicen las mismas coordenadas

Desde luego es imprescindible que, por identificarse o por disciplina, todos acepten el mismo objetivo; Si la decisión es ir a Luján y todos coinciden,  probablemente haya opiniones diversas de que medios utilizar para llegar: coche, helicóptero, colectivo. . No hay lugar para quién insiste tozudamente que donde hay que ir es a  La Plata;  hay gente que acata pero tiende a no obedecer,  en esos casos, está claro que el jefe requiere tener  un cuidadoso  sentido del bisturí

Otro riesgo no menor: ¿Cómo entender que pasa y por qué pasa lo que pasa en la realidad del país? no demasiado tiempo atrás los que maximizaban la teoría -aplicar principios generales a situaciones particulares- se enojaban con la realidad cuando las cosas no salían; no podían admitir que los hechos no coincidieran con el marco teórico. Hoy, esa actitud está enormemente potenciada por la tecnología,  particularmente las poderosas redes sociales interpretadas por muchos creyentes en un entorno de confortables oficinas. No es tarea fácil interpretar la realidad de la calle.

Y cuando ocurren los desvíos comienza la búsqueda de responsables, que  siempre están afuera.


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