Por Alejandro Rofman
- Dinámica económica y social contemporánea
Pocos días atrás se conocieron los datos más importantes de la evolución económica argentina reciente El producto bruto interno creció en el 2022 con respecto al 2021 en el 5,2%. Eso implica que si sumamos los tres años del gobierno de Alberto Fernández, la resultante es un crecimiento total del 5,5%, o sea aproximadamente un 2% de ingreso per cápita mayor a fines del 22 que a fines del 19, cuando terminó la era macrista. A diferencia de Macri además, tenemos dos años de crecimiento positivo y uno negativo de la pandemia, Macri tuvo 3 de crecimiento negativo, solo uno positivo, el 2017.
- Primeros indicios del año 2023
¿Cuáles son los primeros datos del comportamiento de la economía en el bimestre inicial del año 2023 y cómo se corresponden con las predicciones existentes? No disponemos todavía de datos globales de toda la actividad económica de este bimestre de arranque, Sin embargo, hay información precisa de algunas de las actividades claves y que revelan cierta modificación de la tendencia negativa del último cuatrimestre del año pasado. Habrá que ver, por supuesto, si tal tendencia se afirma en el futuro, para lo cual se necesita aguardar al menos un par de semanas más. Vamos a detallar los indicios a los que hemos hecho referencia: Los datos de la recaudación fiscal han dado señales positivas acerca de los niveles de consumo total. En concreto, el IVA denominado DGI experimentó un incremento en la recaudación de febrero del 134% nominal, lo que implica una fuerte suba del 18,2% en términos reales con respecto a febrero del 2022. Como se sabe, la recaudación fiscal del IVA corresponde a ventas de todo tipo realizadas en el mercado interno en el mes anterior al que consigna la información fiscal. Es decir, el consumo global creció en términos de precios constantes casi un 20%, si se acude al dato de la recaudación del Impuesto al Valor Agregado. Corresponde volver a destacar que los números de febrero dan cuenta de los niveles de consumo del mes previo, en este caso enero. Otra información también de origen fiscal la proporcionó el valor global del impuesto al cheque, que creció 101%, algo más que el nivel inflacionario si se atiende a las estimaciones en torno al 6% que dan algunas consultoras para el incremento de precios de febrero.
Si acudimos a los informes que mensualmente proporciona la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, elaborado en base a su relevamiento entre 1.135comercios minoristas de todo el país y efectuado a fines de febrero, la venta en ese segmento comercial registró una caída en términos reales un 0,9% en comparación con el mismo mes del 2022. Pareciera a primera vista que el aumento del consumo marcado por el dato fiscal se concentró en establecimientos comerciales de gran porte, como supermercados, y en cambio tuvo un desempeño negativo en los comercios al por menor, en particular los llamados “de cercanía”.
Si vemos las estadísticas que mensualmente produce el Centro de Estudios para la Producción de la Secretaría de Industria de la Nación, la actividad industrial creció el 4,1% en enero contra igual mes del 2022, y se expandió el 7,3% respecto al mismo mes del 2019, antes de la pandemia. De esta manera, como comenta el informe, la actividad industrial alcanzó la producción más alta para un mes de enero desde el 2018. De toda la información todavía muy fresca de la evolución económica del 2023 en sus primeros
pasos, esta resulta ser la más auspiciosa. Es de recordar al respecto que la producción de la industria automotriz en enero fue del 47% más alta que la del mismo mes del año pasado, y tuvo también un muy buen comportamiento de más del 23% en el mes de febrero. Corresponde recordar que estos indicadores, se elabora tomando el consumo de energía proporcionado por la compañía Cammesa, el ente responsable de la distribución de energía eléctrica a nivel mayorista. Claro está que ese comportamiento favorable no se verificó en todas las ramas industriales, pues la sequía que afecta a la molienda de oleaginosas ha dañado la actividad que utiliza insumos agrícolas para la elaboración de aceite y harina, más que compensado con otras actividades como la de la industria automotriz que arriba consignamos. Las autoridades de la Secretaría de Industria
destacaron, como comentaba el informe, que el objetivo es lograr en el 2023 el tercer año seguido de crecimiento económico, y en el cumplimiento de ese objetivo la industria juega un rol estratégico. Poco antes de cerrar este informe, se conoció el reporte el INDEC dando cuenta del avance industrial de enero 2023 con referencia al dato de enero del 2022.Es más elevado aún que el de la S. de industria pues el INDEC informó de un incremento interanual del 6,2 % En parte ese aumento inusitado se debe a que en enero del 22 la Pandemia dificultó el proceso productivo y en varios sectores industriales se produjeron paradas de producción por tal motivo Veremos que pasó en febrero cuando se conozcan las informaciones oficiales pero todo indicaría que la expansión, a menor ritmo. Además con respecto a diciembre del 2022 el dato de enero supuso un incremento productivo en la actividad manufactura del 0,7 %.
Una de las actividades que acompañan este proceso expansivo, es el de la producción de petróleo ,que supuso que durante enero se extrajeron 626 millones de barriles, que supone un alza del 9,9% en el cotejo interanual impulsado por el fuerte crecimiento de Vaca Muerta. Acorde con los datos de la Secretaría de Energía, con tal enorme nivel de barriles diarios, se alcanzó en el primer mes de este año un volumen de producción que no se conocía desde el año 2008. Si acudimos a la información referida al petróleo que se extrae de la formación de Vaca Muerta, la misma consigna que se logró
una marca de 290 millones de barriles diarios, muy cerca del 50% de la producción total.
La extracción de petróleo por vía no convencional en dicho reservorio, ubicado fundamentalmente en Neuquén, supone un aumento del 30% de enero del 2023 con respecto a similar mes del año anterior. Este boom extractivo, que va en ascenso ininterrumpido, se repite en el proceso de extracción de gas no convencional, pues de enero del 2022 al de este año, el aumento fue del 11%. El proceso está liderado por YPF, la empresa de capital estatal mayoritario, pues solo ella cubre casi el 80% del volumen aportado en la producción de metros cúbicos de petróleo crudo. Fuentes del sector estiman que los proyectos de ampliación de la capacidad de transporte en marcha permitirán mantener durante este año el incremento del producción, tanto en gas como en petróleo. El avance en la construcción del gasoducto Néstor Kirchner permitirá incrementar en hasta un 30% la capacidad de transporte de gas de la formación neuquina a partir de mediados del 2003.
En otras actividades, es de destacar el comportamiento de la construcción, según el índice Construya, preparado en base al comportamiento de la evolución de las ventas de un conjunto seleccionado de insumos destinados al sector de la construcción :el aumento en enero de este año fue de más del 7% con respecto al año anterior. Y los industriales del acero dieron cuenta de una expansión de la actividad enero a enero de casi el 6%.También en la actividad de la construcción, al filo del cierre de este Informe se
conoció el dato oficial del INDEC Resultó, que dicho dato reconoció una interesante expansión sectorial de la actividad, a nivel del 2,6 % entre enero 2021 y enero 2022 y una variación positiva del 4,3 % entre enero 2013 y diciembre 2022 Ello supuso que este sector cortó una racha negativa de cinco meses previos en los finales del año 2022. Finalmente, un rubro a destacar que tiene la virtud de generar numerosos puestos de trabajo e impactar en múltiples actividades conexas fue el turismo. Estimaciones del sector público vinculado a este importante rubro de la vida cotidiana en numerosas áreas de todo el país apuntan a que la actividad global movilizó este verano más del 4% de habitantes que se trasladaron a zonas turísticas, lo que ocurrió el año pasado.
Aquí jugó a favor también los efectos de la política de promoción turística englobados en el programa de Previaje, un verdadero hallazgo desde el punto de vista de la ingeniería de políticas públicas vinculadas a la actividad política, que posibilitó el renacer de muchas áreas que habían sido duramente castigadas por la pandemia, y una muy variada diversificación en todo el territorio nacional de los puntos turísticos receptivos. Es muy significativo puntualizar la presencia emergente en forma permanente de nuevos y variados destinos, y la evidente mejoría de la capacidad de los servicios turísticos que se brindan en el amplio territorio nacional por la conjunción de fuerzas del sector público y el sector privado. Es de hacer notar al respecto que en los dos meses más altos de actividad turística recientes, se incrementó notablemente el ingreso de turistas del exterior, a valores prácticamente similares a los verificados antes de la pandemia.
Frente a estas realidades concretas, subsisten lamentablemente factores o procesos que no acompañan como deberían las mejoras globales y sectoriales arriba consignadas. El nivel de incremento de los precios al consumidor que parecía haber tomado un sesgo descendente se han estabilizado en torno al 6% por mes de incremento verificado. Ello redunda negativamente en el poder adquisitivo de la población de menores ingresos, tanto la asalariada de modo formal, con más de 6 millones de puestos de trabajo informal que reúne a 4 millones y medio de integrantes. Si bien las paritarias apuntan a compensar los aumentos de precios con respecto a los incrementos salariales, éstos siempre corren por detrás, y solo en actividades donde la capacidad de presión gremial es elevada se han venido verificando los mejores desempeños en términos de recuperación del salario real. Pero la pérdida del ingreso real de la población asalariada, que constituye la gran mayoría de las plazas de trabajo que reciben remuneraciones por el esfuerzo personal de cada uno de sus integrantes, es todavía sostenida, en sus ingresos, por montos que en general resultan insatisfactorios, y se ubican en su mayor proporción por debajo de lo que esos sectores percibían hacia mediados de la década pasada. Diversas y variadas estimaciones coinciden en que el salario real en la fuerza de trabajo empleada en la Argentina ha perdido entre el 20% al 25% en su valor en términos
del poder adquisitivo, en promedio. Esto no solo es la gran asignatura pendiente, sino que asimismo empaña el proceso real admitido en todos los ámbitos políticos y económicos de incremento de la masa laboral incorporada al esfuerzo productivo. Aunque falten pocos días para conocer los datos del cuarto trimestre en relación al empleo que proporciona el INDEC, todas las evidencias concurren a ratificar una generalizada presunción: El empleo sigue creciendo, a la par que el ritmo de producción, pero resulta insatisfactorio para resolver temas estructurales muy instalados como el de la pobreza y la indigencia. El caso más evidente es el de la construcción. Los empleos registrados en el instituto obrero patronal que controla el sistema de registración de los trabajadores de la actividad, ya informó que para noviembre del año anterior la cifra de la fuerza de trabajo empleada en la construcción ha llegado a un nivel récord histórico. No es un dato menor, sino una evidencia de que la economía, pese a las dificultades y algunos momentos en que se verificaron ciertos retrocesos, sigue teniendo empuje. Pero más empleos no significa mejor calidad de vida para sus beneficiarios, porque el retraso salarial es evidente. Sobre las políticas más adecuadas para ir cerrando la brecha negativa del salario real aparece como la más pertinente el otorgamiento de una suma fija que eleve a todos los asalariados por convenio colectivo de trabajo el piso de una nueva negociación y apunte a cancelar, en parte o en todo, la pérdida de poder adquisitivo de los más de 6 millones de asalariados formales.
En referencia al espacio muy heterogéneo de trabajadores informales los caminos son más complejos dado que sólo una asistencia directa del Estado como lo fue el IFE durante la Pandemia garantiza el acceso a todos aquellos integrantes de la masa laboral que carece de inserción formal En esta dirección será preciso trabajar con un programa de reparación que atienda a las necesidades de los más de 4 millones de empleos informales y disponga, a la vez, de los recursos fiscales a todo nivel que dicho Programa exigiría Pero, sin duda, hay que avanzar en una iniciativa positiva al respecto
El caso de los jubilados, cuyos integrantes que dependen del ANSES en sus escalas más bajas han ido siendo resarcidos con sumas fijas , los desfasajes de los aumentos por ley frente a la inflación de necesaria reparación ,también es preciso avanzar con mayor intensidad por el retraso acumulado en la administración Macri. Para ello es factible acudir en forma paulatina pero persistente a los beneficios del ahora reconstruido Fondo de Sustentabilidad Previsional, que fue muy dañado en el gobierno de Macri. Unas pocas referencias al futuro que se vislumbra para el resto del año 2023. En este aspecto las perspectivas lucen menos alentadoras que los buenos resultados del inicio del año debido a los efectos regresivos que van a suponer las pérdidas de producción de granos y oleaginosos debido a la persistente sequía- Hacia inicios del mes de marzo las últimas estimaciones marcan una pérdida en torno al 30 % de la cosechas de maíz y soja con un impacto negativo en las exportaciones de no menos de 15.000 millones de dólares en un marco que había sido muy promisorio durante el año 2022,que alcanzó a totalizar el valor de 88.000 millones de dólares de ventas al exterior. El singular decrecimiento que se vislumbra, sin duda, por razones totalmente ajenas a las contingencias del desarrollo de la política económica interna podrían revertir un nivel estima
do de crecimiento entre el 2 al 3 % del PBI del 2023 con referencia al año anterior a un monto de variación neutral o ,incluso negativo. Ello se verá con el transcurso del año. De no cambiar los efectos de la falta de lluvias en la producción agrícola tal circunstancia repercutirá no solamente en el nivel de actividad del sector sino que se trasladará al derrumbe de las reservas, la caída en la recaudación fiscal por el menor nivel de las retenciones y en el impacto negativo sobre la producción y venta de maquinaria agrícola, o insumos sectoriales y en el comportamiento de numerosos sectores productivos estrechamente vinculados el agro Este es una gran tema abierto que el FMI ha admitido no depende de la voluntad del gobierno argentino. Así como se revisaron las metas de
Pocos días atrás se conocieron los datos más importantes de la evolución económica argentina reciente El producto bruto interno creció en el 2022 con respecto al 2021 en el 5,2%. Eso implica que si sumamos los tres años del gobierno de Alberto Fernández, la resultante es un crecimiento total del 5,5%, o sea aproximadamente un 2% de ingreso per cápita mayor a fines del 22 que a fines del 19, cuando terminó la era macrista. A diferencia de Macri además, tenemos dos años de crecimiento positivo y uno negativo de la pandemia, Macri tuvo 3 de crecimiento negativo, solo uno positivo, el 2017.
El consumo del año 21 creció el cinco y medio por ciento, casi como el índice del producto, pero el dato más alentador es el crecimiento de la inversión. Estamos ahora en un nivel de tasa de inversión relacionándola con el nivel de la producción global del 22%,
Es la más alta desde el 2017. Eso implica que el sector productivo confía en el futuro porque ha invertido más que en los años 2018 y 2019, que fueron normales del punto de vista de las contingencias externas, nosotros padecimos el 2020 con la pandemia, un enorme grado de incertidumbre. Recién en el 2021 y mucho más en el 2022 los productores de todo tipo en la Argentina incorporaron maquinaria en un nivel inesperado, dando claras señales de confianza en el futuro. No podemos negar esta afirmación sin desmentir la realidad. Hubo una leve declinación al final del 2022 Ello fue el fruto de la sequía que hizo perder millones de toneladas de exportación de trigo, las exigencias condicionantes del maldito crédito del FMI que supuso elevar sustancialmente el costo del crédito y suprimir subsidios a las tarifas. Además tuvo como correlato la circunstancia de
que la contracción de las reservas del Banco Central impidieron tener un fluir cómodo en el nivel de las importaciones y sobretodo la industria resultó afectada. ¿Qué perspectivas hay a futuro, qué va a pasar este año y en los años siguientes? Este año todas las previsiones hablan de un 2% de crecimiento, lo cuál sería el tercer año consecutivo de signo positivo ( lo que no ocurría desde el 2008 al 2010) aunque el número de expansión económica se reduce sensiblemente con respecto a los dos anteriores. Aún así se estima
que va a crecer más que toda América Latina y específicamente más que Brasil y México, las 2 economías más grandes de la región. También va a crecer más que Europa y qué Estados Unidos. En todos los casos el desempeño de la economía de los países desarrollados va a seguir afectada por la guerra Ucraniana-rusa que ha tirado abajo las previsiones de crecimiento general y han obligado, por la inflación en los países centrales a los respectivos bancos de esos países que controlan la política monetaria , a subir fuertemente la tasa de interés. El crecimiento económico y del empleo en la Argentina ,sin embargo , está acompañado de datos no muy alentadores a nivel social: caída del salario real promedio, apropiación declinante por parte del trabajo del ingreso nacional, creciente concentración del capital y preeminencia de empleos informales en la expansión laboral
Es la más alta desde el 2017. Eso implica que el sector productivo confía en el futuro porque ha invertido más que en los años 2018 y 2019, que fueron normales del punto de vista de las contingencias externas, nosotros padecimos el 2020 con la pandemia, un enorme grado de incertidumbre. Recién en el 2021 y mucho más en el 2022 los productores de todo tipo en la Argentina incorporaron maquinaria en un nivel inesperado, dando claras señales de confianza en el futuro. No podemos negar esta afirmación sin desmentir la realidad. Hubo una leve declinación al final del 2022 Ello fue el fruto de la sequía que hizo perder millones de toneladas de exportación de trigo, las exigencias condicionantes del maldito crédito del FMI que supuso elevar sustancialmente el costo del crédito y suprimir subsidios a las tarifas. Además tuvo como correlato la circunstancia de
que la contracción de las reservas del Banco Central impidieron tener un fluir cómodo en el nivel de las importaciones y sobretodo la industria resultó afectada. ¿Qué perspectivas hay a futuro, qué va a pasar este año y en los años siguientes? Este año todas las previsiones hablan de un 2% de crecimiento, lo cuál sería el tercer año consecutivo de signo positivo ( lo que no ocurría desde el 2008 al 2010) aunque el número de expansión económica se reduce sensiblemente con respecto a los dos anteriores. Aún así se estima
que va a crecer más que toda América Latina y específicamente más que Brasil y México, las 2 economías más grandes de la región. También va a crecer más que Europa y qué Estados Unidos. En todos los casos el desempeño de la economía de los países desarrollados va a seguir afectada por la guerra Ucraniana-rusa que ha tirado abajo las previsiones de crecimiento general y han obligado, por la inflación en los países centrales a los respectivos bancos de esos países que controlan la política monetaria , a subir fuertemente la tasa de interés. El crecimiento económico y del empleo en la Argentina ,sin embargo , está acompañado de datos no muy alentadores a nivel social: caída del salario real promedio, apropiación declinante por parte del trabajo del ingreso nacional, creciente concentración del capital y preeminencia de empleos informales en la expansión laboral
La cuestión de la distribución aún muy inequitativa del ingreso incrementado es la gran asignatura pendiente, provocada por dos fenómenos: el de la inflación muy elevada, y el de la escasez de dólares.
De todo lo dicho anteriormente surge que hay una situación de claroscuro en la economía argentina en este año, y en los años por venir todavía más oscura que clara porque a partir de fines del 2026 empieza a efectivizarse el pago del crédito maldito que tomó Macri para ver si ganaba las elecciones, y nos dejó el crédito en pie, y no estimuló la actividad productiva que era necesario a fin de incrementar las exportaciones y/o sustituir importaciones que posibilitara en obtener los dólares para pagar el crédito. Para colmo de males .Macri perdió las elecciones y nos dejó ese imponente legado que hoy acosa nuestra economía. Esto, lamentablemente parece haberse olvidado en gran parte de la
sociedad argentina. A fines del 2026 empiezan a vencer las cuotas de capital que hay que pagar al Fondo que en este momento lucen difíciles de cancelar. Desde ya, este año el ingreso de divisas por exportaciones va a ver reducido su volumen. La sequía va a producir una caída en el nivel de ventas al exterior en 10,000 millones de dólares Tal circunstancia ha obligado al actual gobierno a solicitar al FMI una revisión del compromiso de atesoramiento de divisas en el Banco Central. Esta solicitud se fundamenta en que la presencia de un factor externo no imputable a la marcha de la economía del país –la seca- inutilizó un importante porcentaje de bienes agrícolas destinados a ser comercializados allende nuestras fronteras Entonces, no se va a poder cumplir bajo ningún concepto lo que se comprometió en la firma del acuerdo con el Fondo .Además, el aumento imprevisto en el precio de los combustibles ,especialmente el gas, en el mercado internacional debido a la guerra en Europa obligó a una inversión adicional en dólares para importar lo necesario para el consumo del invierno pasado El gobierno argentino ya calculó que por mayor valor de tal combustible que importó el año pasado
debido a la guerra en el centro-oriente de Europa, tuvo que abonar un exceso de 4900 millones de dólares, que no está en condiciones de reponer.. Por eso ha pedido al Fondo Monetario y este organismo ha contestado afirmativamente que se modifique la meta de reservas. Pero en cambio el Fondo no admite modificar la meta de déficit fiscal y la de financiamiento de la economía por emisión monetaria, lo cual nos coloca en una situación muy compleja para el desenvolvimiento económico-financiero de este año. Estamos realmente mal. El alivio que el Fondo Monetario ha dado y que en estos días se va a conocer de modo preciso, es muy parcial porque si se exporta menos hay menos derechos de exportación por lo que hay menos ingresos fiscales, Así el 1,9% como
resultado final del déficit fiscal va a ser muy doloroso-y dudoso- alcanzarlo. Vamos a ver cómo lo afrontamos pero desde ya es un dato esencialmente negativo .Esta circunstancia pone de relieve el rol central que el acuerdo con el F.M.I. le otorga a esta institución en la generación de la política económica nacional. Es preciso, entonces, encarar cuanto antes una revisión integral del Acuerdo de Facilidades firmado con el Fondo para permitir recuperar autonomía nacional en la fijación de las políticas públicas que determinen crecimiento económico y su equitativa distribución entre los habitantes del país.
De todo lo dicho anteriormente surge que hay una situación de claroscuro en la economía argentina en este año, y en los años por venir todavía más oscura que clara porque a partir de fines del 2026 empieza a efectivizarse el pago del crédito maldito que tomó Macri para ver si ganaba las elecciones, y nos dejó el crédito en pie, y no estimuló la actividad productiva que era necesario a fin de incrementar las exportaciones y/o sustituir importaciones que posibilitara en obtener los dólares para pagar el crédito. Para colmo de males .Macri perdió las elecciones y nos dejó ese imponente legado que hoy acosa nuestra economía. Esto, lamentablemente parece haberse olvidado en gran parte de la
sociedad argentina. A fines del 2026 empiezan a vencer las cuotas de capital que hay que pagar al Fondo que en este momento lucen difíciles de cancelar. Desde ya, este año el ingreso de divisas por exportaciones va a ver reducido su volumen. La sequía va a producir una caída en el nivel de ventas al exterior en 10,000 millones de dólares Tal circunstancia ha obligado al actual gobierno a solicitar al FMI una revisión del compromiso de atesoramiento de divisas en el Banco Central. Esta solicitud se fundamenta en que la presencia de un factor externo no imputable a la marcha de la economía del país –la seca- inutilizó un importante porcentaje de bienes agrícolas destinados a ser comercializados allende nuestras fronteras Entonces, no se va a poder cumplir bajo ningún concepto lo que se comprometió en la firma del acuerdo con el Fondo .Además, el aumento imprevisto en el precio de los combustibles ,especialmente el gas, en el mercado internacional debido a la guerra en Europa obligó a una inversión adicional en dólares para importar lo necesario para el consumo del invierno pasado El gobierno argentino ya calculó que por mayor valor de tal combustible que importó el año pasado
debido a la guerra en el centro-oriente de Europa, tuvo que abonar un exceso de 4900 millones de dólares, que no está en condiciones de reponer.. Por eso ha pedido al Fondo Monetario y este organismo ha contestado afirmativamente que se modifique la meta de reservas. Pero en cambio el Fondo no admite modificar la meta de déficit fiscal y la de financiamiento de la economía por emisión monetaria, lo cual nos coloca en una situación muy compleja para el desenvolvimiento económico-financiero de este año. Estamos realmente mal. El alivio que el Fondo Monetario ha dado y que en estos días se va a conocer de modo preciso, es muy parcial porque si se exporta menos hay menos derechos de exportación por lo que hay menos ingresos fiscales, Así el 1,9% como
resultado final del déficit fiscal va a ser muy doloroso-y dudoso- alcanzarlo. Vamos a ver cómo lo afrontamos pero desde ya es un dato esencialmente negativo .Esta circunstancia pone de relieve el rol central que el acuerdo con el F.M.I. le otorga a esta institución en la generación de la política económica nacional. Es preciso, entonces, encarar cuanto antes una revisión integral del Acuerdo de Facilidades firmado con el Fondo para permitir recuperar autonomía nacional en la fijación de las políticas públicas que determinen crecimiento económico y su equitativa distribución entre los habitantes del país.
Todo lo que sea aliento a la capacidad productiva y potencialidad exportadora resulta bienvenido, Es muy interesante una noticia que ha salido en estos días en varios medios de comunicación, informando que la Argentina es el quinto mercado en donde más creció el comercio electrónico durante el 2022 a nivel mundial, y lidera el ranking en América Latina con un incremento del 25%. Esta noticia supone reconocer que un segmento cada vez mayor de la actividad comercial interna y externa del país se realiza mediante
procedimientos informáticos complejos que además suponen la expansión de empleo calificado. Según la noticia que proporciona la consultora especializada Marqueter, o sea, una fuente privada de información inobjetable, hay alrededor de 10.000 vacantes, que es factible cubrirlas con un entrenamiento adecuado. El área de trabajo del comercio electrónico paga mucho mejores salarios y tiene un nivel de capacitación tal que habilita al receptor de la misma desarrollar actividades relacionadas con la utilización de instrumentos informáticos múltiples La ley de economía del conocimiento ha puesto en marcha en la Argentina cursos especiales dentro de un programa de calificación de personal en el cual se anotaron 340.000 personas. Ya la tercera parte está curando esa capacitación, lo cual revela un muy buen nicho de empleo altamente especializado, muy bien pago, y que además estimula el comercio nacional e internacional. Esta es el tipo de actividad que debemos seguir promoviendo reemplazando exportaciones de productos primarios con nulo a reducido nivel de transformación hacia áreas del conocimiento que crecen aquí y en el mundo y amplían el abanico exportador de modo acelerado Tenemos un logro muy alto en este año pasado y se prevé que va a seguir expandiéndose a futuro.
procedimientos informáticos complejos que además suponen la expansión de empleo calificado. Según la noticia que proporciona la consultora especializada Marqueter, o sea, una fuente privada de información inobjetable, hay alrededor de 10.000 vacantes, que es factible cubrirlas con un entrenamiento adecuado. El área de trabajo del comercio electrónico paga mucho mejores salarios y tiene un nivel de capacitación tal que habilita al receptor de la misma desarrollar actividades relacionadas con la utilización de instrumentos informáticos múltiples La ley de economía del conocimiento ha puesto en marcha en la Argentina cursos especiales dentro de un programa de calificación de personal en el cual se anotaron 340.000 personas. Ya la tercera parte está curando esa capacitación, lo cual revela un muy buen nicho de empleo altamente especializado, muy bien pago, y que además estimula el comercio nacional e internacional. Esta es el tipo de actividad que debemos seguir promoviendo reemplazando exportaciones de productos primarios con nulo a reducido nivel de transformación hacia áreas del conocimiento que crecen aquí y en el mundo y amplían el abanico exportador de modo acelerado Tenemos un logro muy alto en este año pasado y se prevé que va a seguir expandiéndose a futuro.
- Primeros indicios del año 2023
¿Cuáles son los primeros datos del comportamiento de la economía en el bimestre inicial del año 2023 y cómo se corresponden con las predicciones existentes? No disponemos todavía de datos globales de toda la actividad económica de este bimestre de arranque, Sin embargo, hay información precisa de algunas de las actividades claves y que revelan cierta modificación de la tendencia negativa del último cuatrimestre del año pasado. Habrá que ver, por supuesto, si tal tendencia se afirma en el futuro, para lo cual se necesita aguardar al menos un par de semanas más. Vamos a detallar los indicios a los que hemos hecho referencia: Los datos de la recaudación fiscal han dado señales positivas acerca de los niveles de consumo total. En concreto, el IVA denominado DGI experimentó un incremento en la recaudación de febrero del 134% nominal, lo que implica una fuerte suba del 18,2% en términos reales con respecto a febrero del 2022. Como se sabe, la recaudación fiscal del IVA corresponde a ventas de todo tipo realizadas en el mercado interno en el mes anterior al que consigna la información fiscal. Es decir, el consumo global creció en términos de precios constantes casi un 20%, si se acude al dato de la recaudación del Impuesto al Valor Agregado. Corresponde volver a destacar que los números de febrero dan cuenta de los niveles de consumo del mes previo, en este caso enero. Otra información también de origen fiscal la proporcionó el valor global del impuesto al cheque, que creció 101%, algo más que el nivel inflacionario si se atiende a las estimaciones en torno al 6% que dan algunas consultoras para el incremento de precios de febrero.
Si acudimos a los informes que mensualmente proporciona la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, elaborado en base a su relevamiento entre 1.135comercios minoristas de todo el país y efectuado a fines de febrero, la venta en ese segmento comercial registró una caída en términos reales un 0,9% en comparación con el mismo mes del 2022. Pareciera a primera vista que el aumento del consumo marcado por el dato fiscal se concentró en establecimientos comerciales de gran porte, como supermercados, y en cambio tuvo un desempeño negativo en los comercios al por menor, en particular los llamados “de cercanía”.
Si vemos las estadísticas que mensualmente produce el Centro de Estudios para la Producción de la Secretaría de Industria de la Nación, la actividad industrial creció el 4,1% en enero contra igual mes del 2022, y se expandió el 7,3% respecto al mismo mes del 2019, antes de la pandemia. De esta manera, como comenta el informe, la actividad industrial alcanzó la producción más alta para un mes de enero desde el 2018. De toda la información todavía muy fresca de la evolución económica del 2023 en sus primeros
pasos, esta resulta ser la más auspiciosa. Es de recordar al respecto que la producción de la industria automotriz en enero fue del 47% más alta que la del mismo mes del año pasado, y tuvo también un muy buen comportamiento de más del 23% en el mes de febrero. Corresponde recordar que estos indicadores, se elabora tomando el consumo de energía proporcionado por la compañía Cammesa, el ente responsable de la distribución de energía eléctrica a nivel mayorista. Claro está que ese comportamiento favorable no se verificó en todas las ramas industriales, pues la sequía que afecta a la molienda de oleaginosas ha dañado la actividad que utiliza insumos agrícolas para la elaboración de aceite y harina, más que compensado con otras actividades como la de la industria automotriz que arriba consignamos. Las autoridades de la Secretaría de Industria
destacaron, como comentaba el informe, que el objetivo es lograr en el 2023 el tercer año seguido de crecimiento económico, y en el cumplimiento de ese objetivo la industria juega un rol estratégico. Poco antes de cerrar este informe, se conoció el reporte el INDEC dando cuenta del avance industrial de enero 2023 con referencia al dato de enero del 2022.Es más elevado aún que el de la S. de industria pues el INDEC informó de un incremento interanual del 6,2 % En parte ese aumento inusitado se debe a que en enero del 22 la Pandemia dificultó el proceso productivo y en varios sectores industriales se produjeron paradas de producción por tal motivo Veremos que pasó en febrero cuando se conozcan las informaciones oficiales pero todo indicaría que la expansión, a menor ritmo. Además con respecto a diciembre del 2022 el dato de enero supuso un incremento productivo en la actividad manufactura del 0,7 %.
Una de las actividades que acompañan este proceso expansivo, es el de la producción de petróleo ,que supuso que durante enero se extrajeron 626 millones de barriles, que supone un alza del 9,9% en el cotejo interanual impulsado por el fuerte crecimiento de Vaca Muerta. Acorde con los datos de la Secretaría de Energía, con tal enorme nivel de barriles diarios, se alcanzó en el primer mes de este año un volumen de producción que no se conocía desde el año 2008. Si acudimos a la información referida al petróleo que se extrae de la formación de Vaca Muerta, la misma consigna que se logró
una marca de 290 millones de barriles diarios, muy cerca del 50% de la producción total.
La extracción de petróleo por vía no convencional en dicho reservorio, ubicado fundamentalmente en Neuquén, supone un aumento del 30% de enero del 2023 con respecto a similar mes del año anterior. Este boom extractivo, que va en ascenso ininterrumpido, se repite en el proceso de extracción de gas no convencional, pues de enero del 2022 al de este año, el aumento fue del 11%. El proceso está liderado por YPF, la empresa de capital estatal mayoritario, pues solo ella cubre casi el 80% del volumen aportado en la producción de metros cúbicos de petróleo crudo. Fuentes del sector estiman que los proyectos de ampliación de la capacidad de transporte en marcha permitirán mantener durante este año el incremento del producción, tanto en gas como en petróleo. El avance en la construcción del gasoducto Néstor Kirchner permitirá incrementar en hasta un 30% la capacidad de transporte de gas de la formación neuquina a partir de mediados del 2003.
En otras actividades, es de destacar el comportamiento de la construcción, según el índice Construya, preparado en base al comportamiento de la evolución de las ventas de un conjunto seleccionado de insumos destinados al sector de la construcción :el aumento en enero de este año fue de más del 7% con respecto al año anterior. Y los industriales del acero dieron cuenta de una expansión de la actividad enero a enero de casi el 6%.También en la actividad de la construcción, al filo del cierre de este Informe se
conoció el dato oficial del INDEC Resultó, que dicho dato reconoció una interesante expansión sectorial de la actividad, a nivel del 2,6 % entre enero 2021 y enero 2022 y una variación positiva del 4,3 % entre enero 2013 y diciembre 2022 Ello supuso que este sector cortó una racha negativa de cinco meses previos en los finales del año 2022. Finalmente, un rubro a destacar que tiene la virtud de generar numerosos puestos de trabajo e impactar en múltiples actividades conexas fue el turismo. Estimaciones del sector público vinculado a este importante rubro de la vida cotidiana en numerosas áreas de todo el país apuntan a que la actividad global movilizó este verano más del 4% de habitantes que se trasladaron a zonas turísticas, lo que ocurrió el año pasado.
Aquí jugó a favor también los efectos de la política de promoción turística englobados en el programa de Previaje, un verdadero hallazgo desde el punto de vista de la ingeniería de políticas públicas vinculadas a la actividad política, que posibilitó el renacer de muchas áreas que habían sido duramente castigadas por la pandemia, y una muy variada diversificación en todo el territorio nacional de los puntos turísticos receptivos. Es muy significativo puntualizar la presencia emergente en forma permanente de nuevos y variados destinos, y la evidente mejoría de la capacidad de los servicios turísticos que se brindan en el amplio territorio nacional por la conjunción de fuerzas del sector público y el sector privado. Es de hacer notar al respecto que en los dos meses más altos de actividad turística recientes, se incrementó notablemente el ingreso de turistas del exterior, a valores prácticamente similares a los verificados antes de la pandemia.
Frente a estas realidades concretas, subsisten lamentablemente factores o procesos que no acompañan como deberían las mejoras globales y sectoriales arriba consignadas. El nivel de incremento de los precios al consumidor que parecía haber tomado un sesgo descendente se han estabilizado en torno al 6% por mes de incremento verificado. Ello redunda negativamente en el poder adquisitivo de la población de menores ingresos, tanto la asalariada de modo formal, con más de 6 millones de puestos de trabajo informal que reúne a 4 millones y medio de integrantes. Si bien las paritarias apuntan a compensar los aumentos de precios con respecto a los incrementos salariales, éstos siempre corren por detrás, y solo en actividades donde la capacidad de presión gremial es elevada se han venido verificando los mejores desempeños en términos de recuperación del salario real. Pero la pérdida del ingreso real de la población asalariada, que constituye la gran mayoría de las plazas de trabajo que reciben remuneraciones por el esfuerzo personal de cada uno de sus integrantes, es todavía sostenida, en sus ingresos, por montos que en general resultan insatisfactorios, y se ubican en su mayor proporción por debajo de lo que esos sectores percibían hacia mediados de la década pasada. Diversas y variadas estimaciones coinciden en que el salario real en la fuerza de trabajo empleada en la Argentina ha perdido entre el 20% al 25% en su valor en términos
del poder adquisitivo, en promedio. Esto no solo es la gran asignatura pendiente, sino que asimismo empaña el proceso real admitido en todos los ámbitos políticos y económicos de incremento de la masa laboral incorporada al esfuerzo productivo. Aunque falten pocos días para conocer los datos del cuarto trimestre en relación al empleo que proporciona el INDEC, todas las evidencias concurren a ratificar una generalizada presunción: El empleo sigue creciendo, a la par que el ritmo de producción, pero resulta insatisfactorio para resolver temas estructurales muy instalados como el de la pobreza y la indigencia. El caso más evidente es el de la construcción. Los empleos registrados en el instituto obrero patronal que controla el sistema de registración de los trabajadores de la actividad, ya informó que para noviembre del año anterior la cifra de la fuerza de trabajo empleada en la construcción ha llegado a un nivel récord histórico. No es un dato menor, sino una evidencia de que la economía, pese a las dificultades y algunos momentos en que se verificaron ciertos retrocesos, sigue teniendo empuje. Pero más empleos no significa mejor calidad de vida para sus beneficiarios, porque el retraso salarial es evidente. Sobre las políticas más adecuadas para ir cerrando la brecha negativa del salario real aparece como la más pertinente el otorgamiento de una suma fija que eleve a todos los asalariados por convenio colectivo de trabajo el piso de una nueva negociación y apunte a cancelar, en parte o en todo, la pérdida de poder adquisitivo de los más de 6 millones de asalariados formales.
En referencia al espacio muy heterogéneo de trabajadores informales los caminos son más complejos dado que sólo una asistencia directa del Estado como lo fue el IFE durante la Pandemia garantiza el acceso a todos aquellos integrantes de la masa laboral que carece de inserción formal En esta dirección será preciso trabajar con un programa de reparación que atienda a las necesidades de los más de 4 millones de empleos informales y disponga, a la vez, de los recursos fiscales a todo nivel que dicho Programa exigiría Pero, sin duda, hay que avanzar en una iniciativa positiva al respecto
El caso de los jubilados, cuyos integrantes que dependen del ANSES en sus escalas más bajas han ido siendo resarcidos con sumas fijas , los desfasajes de los aumentos por ley frente a la inflación de necesaria reparación ,también es preciso avanzar con mayor intensidad por el retraso acumulado en la administración Macri. Para ello es factible acudir en forma paulatina pero persistente a los beneficios del ahora reconstruido Fondo de Sustentabilidad Previsional, que fue muy dañado en el gobierno de Macri. Unas pocas referencias al futuro que se vislumbra para el resto del año 2023. En este aspecto las perspectivas lucen menos alentadoras que los buenos resultados del inicio del año debido a los efectos regresivos que van a suponer las pérdidas de producción de granos y oleaginosos debido a la persistente sequía- Hacia inicios del mes de marzo las últimas estimaciones marcan una pérdida en torno al 30 % de la cosechas de maíz y soja con un impacto negativo en las exportaciones de no menos de 15.000 millones de dólares en un marco que había sido muy promisorio durante el año 2022,que alcanzó a totalizar el valor de 88.000 millones de dólares de ventas al exterior. El singular decrecimiento que se vislumbra, sin duda, por razones totalmente ajenas a las contingencias del desarrollo de la política económica interna podrían revertir un nivel estima
do de crecimiento entre el 2 al 3 % del PBI del 2023 con referencia al año anterior a un monto de variación neutral o ,incluso negativo. Ello se verá con el transcurso del año. De no cambiar los efectos de la falta de lluvias en la producción agrícola tal circunstancia repercutirá no solamente en el nivel de actividad del sector sino que se trasladará al derrumbe de las reservas, la caída en la recaudación fiscal por el menor nivel de las retenciones y en el impacto negativo sobre la producción y venta de maquinaria agrícola, o insumos sectoriales y en el comportamiento de numerosos sectores productivos estrechamente vinculados el agro Este es una gran tema abierto que el FMI ha admitido no depende de la voluntad del gobierno argentino. Así como se revisaron las metas de
reservas cambiarias es también imperioso reconsiderar la totalidad del acuerdo que en las actuales circunstancias luce inviable y altamente perjudicial para la situación económica y social presente y futura.
- Análisis histórico de producción y salarios
Cabe consignar la evolución histórica de la producción industrial y el salario real. Una mirada retrospectiva de la evolución de la actividad industrial en los últimos 7 años, permite observar cinco
etapas de ese proceso de desarrollo, siendo el último dato, el de enero del 2023, levemente inferior al de partida del período que se ha adoptado para comentar. Es decir, que permanece estancado en el mediano plazo, aunque con muy significativas alteraciones durante el septenio. Una primera fase revela la crisis económica producto de las primeras medidas de liberalización de los mercados del gobierno macrista. En un segundo tramo, comienza un proceso de expansión previo a las elecciones de medio término del 2019, alentado por el ingreso de fondos del exterior por la vía del crédito y la mejora de la remuneración a los factores productivos. Luego viene el acto eleccionario, previo al cual el estado realizó importantes erogaciones de fondos, pero que se interrumpieron tras las elecciones de medio término. Y de ahí arranca un tercer ciclo de fuerte caída hasta fin del año 2019, cuando se producen sucesivas crisis de magnitud, entre ellas la que se pretendió eludir con el monumental crédito de 54 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional. La experiencia fallida, junto a la apertura externa y la caída del poder adquisitivo de la población dañó la evolución de la industria.
La quinta etapa se inaugura con un buen ritmo de crecimiento en diciembre del 2019 por la política económica que pone en marcha el nuevo gobierno. Pero en marzo el impacto de la pandemia es brutal. El índice respectivo baja de 120 a 80 en muy poco tiempo, por el cierre de las actividades producto de la política sanitaria aplicada. De cualquier modo, el ciclo macrista pasa de un índice de evolución del producto bruto industrial de 134 al inicio del 2016 a 114 cuando abandona el gobierno la experiencia neoliberal recesiva. Esos 20 puntos de pérdida significan un retroceso productivo en torno al 15%. Pésimo balance final. En mayo del 2020 comienzan lentamente a recomponerse los perfiles de la actividad económica hasta mediados del año pasado llegando en agosto a un nivel casi similar al de partida con una recuperación de casi el 70% entre esos dos años. Sin duda la política económica del nuevo gobierno, que se fue desembarazando de las restricciones por la pandemia de a poco, permitieron el repunte de casi el 70%. Ese repunte tiene un leve retroceso en el último trimestre del año 2022 por las dificultades derivadas del accidentado proceso de disponibilidad de dólares por parte del aparato industrial al importar insumos. Con la paulatina normalización del flujo de divisas, la industria volvió a crecer en enero del 2022, al igual que su capacidad instalada, lo que seguramente volvió a ocurrir en febrero, como se verá cuando aparezcan las respectivas estadísticas.
Cabe analizar la evolución del salario real que marca lo ocurrido en la actividad productiva en la remuneración del empleo de los trabajadores estables, a nivel de contrataciones en empresas de más de 10 empleados. En contraposición al repunte significativo de la actividad industrial arriba comentado, desde octubre del 2020, en este caso el descenso del salario real se contrapone con el ascenso en producción de
bienes industriales apuntado. En este caso, la fuerte expansión del poder adquisitivo del salario entre el año 2003 y fines del segundo mandato de Cristina Kirchner en el 2015 es impactante. Prácticamente el poder adquisitivo del salario se duplica entre el 2001 y el 2015. Luego comienza un descenso fenómeno que no se pudo revertir durante el nuevo gobierno. También enero exhibe un dato negativo del 2,1% en el nivel de salario real con respecto a diciembre del 2022. Luego de 5 años de caída consecutiva el nivel del salario real se retrotrae al experimentado a fines del 2006. Y si seguimos retrocediendo a través del tiempo, a valores de la década de los ‘90. Todo un signo de la contradicción ya varias veces comentada y de la caída de la participación de los trabajadores en la apropiación del avance de los valores del producto bruto en general y del industrial en particular.
Cabe consignar la evolución histórica de la producción industrial y el salario real. Una mirada retrospectiva de la evolución de la actividad industrial en los últimos 7 años, permite observar cinco
etapas de ese proceso de desarrollo, siendo el último dato, el de enero del 2023, levemente inferior al de partida del período que se ha adoptado para comentar. Es decir, que permanece estancado en el mediano plazo, aunque con muy significativas alteraciones durante el septenio. Una primera fase revela la crisis económica producto de las primeras medidas de liberalización de los mercados del gobierno macrista. En un segundo tramo, comienza un proceso de expansión previo a las elecciones de medio término del 2019, alentado por el ingreso de fondos del exterior por la vía del crédito y la mejora de la remuneración a los factores productivos. Luego viene el acto eleccionario, previo al cual el estado realizó importantes erogaciones de fondos, pero que se interrumpieron tras las elecciones de medio término. Y de ahí arranca un tercer ciclo de fuerte caída hasta fin del año 2019, cuando se producen sucesivas crisis de magnitud, entre ellas la que se pretendió eludir con el monumental crédito de 54 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional. La experiencia fallida, junto a la apertura externa y la caída del poder adquisitivo de la población dañó la evolución de la industria.
La quinta etapa se inaugura con un buen ritmo de crecimiento en diciembre del 2019 por la política económica que pone en marcha el nuevo gobierno. Pero en marzo el impacto de la pandemia es brutal. El índice respectivo baja de 120 a 80 en muy poco tiempo, por el cierre de las actividades producto de la política sanitaria aplicada. De cualquier modo, el ciclo macrista pasa de un índice de evolución del producto bruto industrial de 134 al inicio del 2016 a 114 cuando abandona el gobierno la experiencia neoliberal recesiva. Esos 20 puntos de pérdida significan un retroceso productivo en torno al 15%. Pésimo balance final. En mayo del 2020 comienzan lentamente a recomponerse los perfiles de la actividad económica hasta mediados del año pasado llegando en agosto a un nivel casi similar al de partida con una recuperación de casi el 70% entre esos dos años. Sin duda la política económica del nuevo gobierno, que se fue desembarazando de las restricciones por la pandemia de a poco, permitieron el repunte de casi el 70%. Ese repunte tiene un leve retroceso en el último trimestre del año 2022 por las dificultades derivadas del accidentado proceso de disponibilidad de dólares por parte del aparato industrial al importar insumos. Con la paulatina normalización del flujo de divisas, la industria volvió a crecer en enero del 2022, al igual que su capacidad instalada, lo que seguramente volvió a ocurrir en febrero, como se verá cuando aparezcan las respectivas estadísticas.
Cabe analizar la evolución del salario real que marca lo ocurrido en la actividad productiva en la remuneración del empleo de los trabajadores estables, a nivel de contrataciones en empresas de más de 10 empleados. En contraposición al repunte significativo de la actividad industrial arriba comentado, desde octubre del 2020, en este caso el descenso del salario real se contrapone con el ascenso en producción de
bienes industriales apuntado. En este caso, la fuerte expansión del poder adquisitivo del salario entre el año 2003 y fines del segundo mandato de Cristina Kirchner en el 2015 es impactante. Prácticamente el poder adquisitivo del salario se duplica entre el 2001 y el 2015. Luego comienza un descenso fenómeno que no se pudo revertir durante el nuevo gobierno. También enero exhibe un dato negativo del 2,1% en el nivel de salario real con respecto a diciembre del 2022. Luego de 5 años de caída consecutiva el nivel del salario real se retrotrae al experimentado a fines del 2006. Y si seguimos retrocediendo a través del tiempo, a valores de la década de los ‘90. Todo un signo de la contradicción ya varias veces comentada y de la caída de la participación de los trabajadores en la apropiación del avance de los valores del producto bruto en general y del industrial en particular.
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