El 2011 está a la vuelta de la esquina

La debilidad extrema del kirchnerismo en términos de apoyo ciudadano da pie a escenarios no previstos que se desarrollan con suma antelación de cara al 2011 electoral, año en que se decide la sucesión del matrimonio gobernante desde 2003.

El Lole Reutemann -en línea sobria y secretista- dio un nuevo volantazo inesperado más allá de que quiera negar lo obvio: “huye” de la cercanía del kirchnerismo a fin de consolidar un triunfo que es de hecho casi inexorable en Santa Fe. Ir con el sello del Frente para la Victoria y/o cargar en su mochila al leal soldado K Agustín Rossi, presidente del bloque de diputados del FPV, resulta innegociable para él, pero como la presión de Néstor de Olivos no cejaba, más bien todo lo contrario, sorprendió y se cortó solo.

De todos modos, no habría que descartar aún un acuerdo para que sea candidato en alianza con un kirchnerismo que desesperado corra al pie, y el silencio de los voceros K tras la especial indicación de Néstor de Olivos para evitar demonizarlo dan cuenta de ello.

Ahora, en dicha dinámica, ¿acaso alguien puede asignarle al kirchnerismo alguna capitalización de la hipotética pero muy posible victoria de Reutemann?Más bien se tratará de un logro enteramente propio del ex corredor de Fórmula 1, que ascendería firme a las grandes ligas del tejido político.

Otro actor que movió el tablero si bien ha hecho como el Lole de la cautela y la mesura su activo fue su coterráneo Hermes Binner. El gobernador socialista con astucia e inteligencia separó las elecciones locales -a las que convocó ayer para el 30 de agosto- de las nacionales del 25 de octubre. Así, Binner prácticamente se garantiza a caballo de su alta popularidad en la provincia gobernabilidad vía mayores bancas legislativas, en tanto se aleja y casi que "entrega" la batalla nacional a Reutemann, a partir de escaso apoyo que concita como contracara de su elevado respaldo Rubén Giustiniani.

Por otro lado, Scioli -con tanta movida del Lole y del terceto Macri-Solá-De Narváez en sus propios pagos bonaerenses- cantó truco vía uno de sus operadores, para que no se olviden que sus ambiciones presidenciales están lejos de cejar...

El mismo día del nuevo sapo que se tuvo que tragar Scioli -el virtual reto público de Néstor Kirchner en el acto del PJ en Avellaneda: “Metele con fuerza, Daniel…hay que ordenar la Policía Bonaerense”- , Raúl Pérez, presidente del bloque oficialista de la Cámara de Diputados de la provincia de Bs. As. y uno de los principales referentes del sciolismo salió ayer a la cancha: “El perfil que tiene el gobernador de trabajar mucho y hablar poco, de poner el pecho a los problemas de la provincia e ir en búsqueda de las soluciones hace que se lo deba tener muy en cuenta a la hora de hablar de la sucesión del kirchnerismo. Ese estilo lo va a colocar naturalmente en una buena posición para la presidencia del 2011".

Macri -junto a Solá-, Reutemann, Scioli…los nuevos golpes de efecto estarán a la orden del día, especialmente del campo no peronista, que parece quedar rezagado como es usual en su ambición de poder. Binner ya movió, Cobos juega al filo entre la presión K y la posibilidad de vertebrar con la UCR y la Coalición Cívica en tanto no cierra totalmente las puertas a la unión PRO - PJ disidente; mientras, Carrió parece ver claramente diluída su chance, a partir de la derrota que se le avecina -con o sin ella de candidata- a su fuerza en el territorio donde reside su mayor popularidad, la Capital Federal, a manos de la hoy vicejefe de gobierno porteño, Gabriela Miccheti.

Como se observa, la sucesión de los K -el llamado postkirchnerismo- avanza a paso firme, aunque tampoco hay que dejar de sopesar que si bien el actual espacio que gobierna tiene ya inexorable fecha de vencimiento, los pinguinos aún conservan amplio poder de daño especialmente a través del manejo de los resortes del Estado.

Descartados los Kirchner, creemos que no resulta demasiado arriesgado colegir que ni Scioli ni Binner ni Carrió podrán tallar en 2011, tanto como que por el contrario entre Cobos, Reutemann, Macri -y aún con menos pero con ciertas chances Solá- habrá de estar el próximo presidente de los argentinos.