RECORTES / ¿Ni vencedores ni vencidos?
A escasos 23 días de las pasadas elecciones, el voto claramente tendió a fraccionar el poder, emergiendo distintos grandes ganadores -con Francisco de Narváez, Julio Cobos y Carlos Reutemann, a la cabeza- en tanto hubo grandes derrotados, empezando irremediablemente por el propio el kirchnerismo (más carne al asador no pudo poner: adelantamiento de la convocatoria al voto, postulaciones fantasmas o mal llamadas testimoniales, jugar Néstor mismo, apostar al arrastre de Daniel Scioli, etc etc) y Elisa Carrió.
A tono en parte con esta lectura, y en el marco de la franca decadencia de un oficialismo K que sólo puede vanagloriarse de poseer cierto poder de daño (lo que no poco, de todos modos) que otra cosa (léase, construcción), Carlos Fara, uno de los analistas de opinión pública más serios, ha configurado finalmente sus conclusiones sobre las elecciones del 28-06, a las que ha definido como “Ni vencedores ni vencidos”.
“Si se tuviese sintetizar el resultado del domingo 28 de Junio de 2009, se debería titularlo como “ni vencedores ni vencidos”, en la medida en que todos han de algún modo perdido y ganado cosas. Sobre todo el gobierno, aún si hubiese ganado la elección en la provincia de Buenos Aires, la hubiese ganado por poca diferencia, y eso hubiese implicado igual un retroceso en bancas y votos. La fuerte fragmentación que deja este proceso electoral de 2009 en el Congreso tiene que ver con que el mensaje de la gente es “no quiero que los Kirchner tengan todo el poder,
pero tampoco quiero que lo tenga ningún otro”, y de esta manera obligar a los distintos actores políticos a una negociación permanente. Lo cual implica que al ser un gobierno debilitado desde el punto de vista de su apoyo parlamentario, va a generar una suerte de transición política, porque en el fondo nadie ganó.
El Partido Justicialista sigue siendo el más votado a nivel nacional, los peronismos disidentes no llegan a superar a este peronismo oficialista, pero aún perdiendo los dos principales distritos del país, Capital Federal y Provincia de Buenos Aires, la Coalición de la UCR-Coalición Cívica-socialismo-cobismo termina en un segundo lugar a nivel nacional, con lo cual perdió pero ganó. Es decir que a todos de alg. manera les resulta difícil sacar la cuenta final, ya que en realidad todos perdieron o ganaron algo.
El Congreso queda muy fragmentado hacia delante, formándose alianzas de diverso tipo que no necesariamente vayan a ser permanentes y que van a tener el ojo puesto obviamente en los posicionamientos políticos hacia la presidencial de 2011, si no ocurren hechos excepcionales desde el punto de vista institucional.
Por otro lado, no hay básicamente dos peronismos, sino 4: el kirchnerismo; el peronismo PRO de De Narváez y Macri con aliados peronistas; un peronismo federal que sería el de la región centro de Córdoba, Santa Fe, y Entre Ríos -más allá de los resultados electorales- puesto que son provincias importantes a nivel nacional; y por último una serie de bolsones antikirchneristas o no kirchneristas donde figuran los Rodríguez Saá, Puerta en Misiones, Maya en Entre Ríos, y varias otras expresiones en la mayoría de los 24 distritos.
Por lo tanto, probablemente se redefinan las relaciones internas dentro del peronismo y haya un rol importante de la liga de gobernadores, sobre todo justicialistas, en este 2009-2011.Hay que tener en cuenta que entre la crisis mundial, la crisis económica local, y la indefinición política que surge de esta elección con un Congreso más fragmentado, la Argentina entra en un proceso de transición de 2 años en el que habrá que ver cómo se ubican los actores en este nuevo ciclo de opinión pública, sin liderazgos definitorios respecto a la próxima elección presidencial”.
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