lunes, julio 13, 2009

RECORTES: Sobre sucesiones anticipadas y el No de Cobos.

El gobierno de los Kirchner debe finalizar de la mejor manera el 10 de diciembre de 2011, qué duda cabe. Claro que el matrimonio presidencial debe dejarse ayudar asegurando la propia gobernabilidad, dialogando sin condicionamientos y sin imposiciones, partan éstas del oficialismo o de la oposición.

Sin embargo, pese que resulte poco feliz, no puede negarse que en el run run de los corrillos políticos no deja de hablarse de una eventual sucesión anticipada, vía un adelantamiento por renunciamento propio del Ejecutivo o bien por una salida intempestiva de los K. Iniciativas que en caso de materializarse serán lamentable y una nueva erosión en términos institucionales.

El tema fue disparador para dos notas reveladoras de este fin de semana, tendientes a instalar que el vicepresidente Julio César Cleto Cobos no sólo es ajeno a estos juegos, sino que lejos de impulsar una pronta sucesión que le permitiera acceder al poder antes del 2011, considera que una toma anticipada del poder no haría más que recortarle su capital político de cara al siguiente turno electoral que seguramente lo tendrá como presidenciable del panradicalismo.

Clarín a través de nada menos que su editor general Ricardo Kirschbaum en la medular Del editor al lector de la página 2 del diario dejó trascender que “un emisario del radicalismo llevó un mensaje al tercer hombre de la sucesión presidencial, José Pampuro, en nombre del Vicepresidente. Julio Cobos no se haría cargo si triunfaba en el oficialismo la tesis extrema de "tirarle el gobierno" a su ex aliado. La idea del mensaje fue, en ese tiempo incierto que siguió a la derrota electoral, explicitar que Cobos tampoco se quedaría en caso de que se pretendiese concretar tamaña irresponsabilidad institucional”.

En tanto, Eduardo Tagliaferro en Crítica así narró la presunta prevención radical -cobista respecto a que una nueva articulación duhaldista-industrialista se quiera llevar puesto al gobierno nacional K: “la semana pasada, después de la derrota del kirchnerismo en las elecciones parlamentarias, un conocido armador de la UCR no ocultaba su preocupación por el escenario que había dejado el resultado electoral. Con el mayor énfasis decía que su partido tenía que sostener el andamiaje institucional y evitar que los empujones que suelen prodigarse los peronistas terminen con la estabilidad democrática. Veía detrás de los triunfadores de la interna peronista del 28 de junio a los mismos que habían puesto fin al gobierno de De la Rúa. A la hora de enumerarlos, ponía el acento en los devaluacionistas que pretenden un dólar a cinco pesos y también en los bonaerenses que sufrieron la traición de Néstor Kirchner después de haberlo llevado hasta la Casa Rosada en 2003.”


Tagliaferro permite trasuntar en su artículo la estrategia radical – cobista: “Cobos no forma parte de ninguna maniobra desestabilizante. No podría ser de otra manera. La mayoría de los radicales evalúa que para resolver su interna partidaria, fortalecer su relación con la Coalición Cívica y el socialismo mientras el PJ se desangra en su propia interna, necesitan tiempo. El mismo tiempo que el Gobierno intenta conseguir para rearmarse”.

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