miércoles, julio 08, 2009

Sin cambios: Néstor manda, como siempre.

Por Fernando Mauri

Tal como lo trasuntaba el primer enjuague de elenco de funcionarios -más allá de la cantada salida de Graciela Ocaña de Salud, el dato inicial fue el adiós del no muy transparente Ricardo Jaime a la Secretaria del Transportes, ver aquí- las modificaciones conocidas ayer no son más que la ratificación que los cambios no son tales, y que Néstor Kirchner manda, como siempre.

Asimismo, tal como hasta ahora, Kirchner seguirá siendo el real ministro de Economía, en tanto sólo un advenidizo sin peso propio como el ex CEMA Amado Boudou pudo aceptar ser titular del Palacio de Hacienda contando con la omnipotente presencia de Guillermo Moreno copando con su prepotencia habitual la agenda económica, dato que obtura la posibilidad de que otros actores acepten la poltrona económica.

En este marco, son malas noticias para los que se han ilusionado con un divorcio o al menos una suerte de separación entre la presidenta CFK y el ex primer mandatario en términos de que ella se dedique a la gestión y él a lo partidario a partir de la catastrófica derrota electoral del 28-06, tanto como los que han creído de verdad en el relato discursivo el kirchnerismo de volver a intentar una fallida transversalidad de centro izquierda..

La reconfiguración del gabinete -donde el indicativo de hacia dónde van los K lo exhiben los nombres de los reemplazantes, no así las casi anunciadas partidas de Carlos Fernández y Sergio Massa- marca que el oficialismo tiende a cerrarse sobre sí mismo, y afianzar lazos con un aliado que lejos está de ser progresista como Hugo Moyano, en este último caso corporizado a través de la designación en Aerolíneas Argentinas de alguien sin antecedentes ni experiencia en el cargo para el que fue nombrado como el hijo de la mano derecha del camionero, el abogado laboralista y diputado nacional Héctor Recalde.

Al mismo tiempo bien puede considerarse que el ascenso de Aníbal Fernández a un puesto que anhelaba desde que Alberto Fernández pegó un portazo en julio del año pasado busca recomponer relaciones con los intendentes del Gran Buenos Aires, que en muchos casos cree Kirchner lo han traicionado.

Independientemente de que Sergio Massa hace tiempo quería liberarse de la carga K, asistimos a nuevas paradojas kirchneristas: lejos de leerse el resultado electoral como una búsqueda moderadora de estilos, sale el fallido dialoguista Sergio Massa y lo sucede el incontenible peleador Aníbal Fernández. Natural si se quiere triunfo de los halcones como el ex intendente de Quilmes sobre las palomas.

A favor de este kirchnerismo endógeno, cierto es que más allá de la natural resistencia de los gobernadores del PJ a subirse al gabinete ante el aplanador estilo K -ofrecimientos se dice que hubo, al chaqueño Jorge Capitanich, por ejemplo- se suma esta hora aciaga para el oficialismo donde nadie quiere dar una mano y quedar pegado a la debacle.

La aplastante derrota de hace dos domingos se tradujo en una reafirmación -al menos por unos meses más- del hípercuestionado Guillermo Moreno al frente de Comercio Interior. En el otro extremo, el gran perdedor es Florencio Randazzo, que conserva el Ministerio del Interior, lejos de su aspiración de ser coronado jefe de ministros.

La centroizquierda que este Kirchner en franca caída pretende enamorar no reaccionó precisamente como al patagónico le hubiera gustado:

“Si lo que buscaba la presidenta era reconciliarse con la sociedad, (estos cambios) son una broma de mal gusto. Y Aníbal Fernández es un mentiroso”, afirmó el diputado electo Pino Solanas.

“Si hacen estos enroques dejando que Guillermo Moreno siga manipulando los datos del Indec y Julio De Vido siga haciendo negocios, esto es un lifting político", dijo Eduardo Macaluse, presidente del bloque de diputados nacionales de Solidaridad e Igualdad (ex ARI).

Un dato para patentizar este nestorkirchnerismo explícito: los anuncios de movimientos en el elenco gubernamental los realizó Alfredo Scoccimarro, número dos de la Secretaria de Medios en lo formal, pero vocero de Néstor en lo real.

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