“Mostrarse impermeable como hace el Gobierno tiene sus beneficios. Desactiva presiones y negociaciones u opciones moderadas y marca de alguna manera un abismo entre el oficialismo y la oposición. Eso está generando cierto alineamiento en el peronismo legislativo y en los gobernadores que ante la alternativa de romper con el gobierno y aislarlo definitivamente. o avalarlo del modo más disimulado posible y obtener algunos beneficios a cambio, opta por esto último, especulando que los efectos electorales van a recaer finalmente en el propio (Néstor) Kirchner y ellos van a poder salvarse en su provincia de una posible hecatombe en el 2011. Uno puede hacer una comparación con lo que fueron los finales de los ’90 cuando el gobierno nacional y los gobernadores coincidieron explícitamente en patear para adelante los problemas -hay que ver lo que está pasando no solamente con las facultades delegadas sino con la postergación de deuda provincial, la suspensión de la ley de responsabilidad fiscal y demás- lo que lleva a complicarle la cosa al futuro gobierno en la idea probablemente acertada de muchos legisladores y gobernadores peronistas que para su partido va a ser muy difícil seguir en el poder pero pueden seguir en las provincias y por lo tanto la convivencia con los Kirchner hasta el 2011 es mejor que una ruptura y derivar en una crisis política anticipada”.
“Hay como una lógica de retroalimentación en la medida que es muy difícil construir candidaturas alternativas con un gobierno tan abroquelado y que mantiene el control de resortes importantes de poder: en el peronismo y en términos de poder institucional. Entonces el alineamiento de gobernadores y legisladores se refuerza porque si optan por seguir a Carlos Reutemann no saben hacia dónde van. El primer damnificado de todo esto ha sido el propio Reutemann que un poco intempestivamente aparentemente ha tirado la toalla por sus costumbres personales de querer hacer política en la Argentina como si estuviera en Suiza y no aceptar ningún tipo de cachetazo o conflicto. El, uno de los principales beneficiados del 28 de junio parece uno de los principales damnificados de esta situación y otros que han sido derrotados el 28 de junio como Kirchner y la oposición inclemente o indispuesta a dialogar como la de Elisa Carrió parecen fortalecidos. Pero aparecen fortalecidos un poco en la escen, en tanto en la opinión pública eso no prende, sigue por sus propios carriles y finalmente el único beneficiario de toda esta situación es el propio Julio Cobos, que no haciendo nada va a recibir finalmente en sus manos el gobierno casi como que le ha caído del cielo”.
“Hay una diferencia bastante importante. Los Kirchner no son (Carlos) Menem ni (Eduardo) Duhalde. Son gente bastante más rudimentaria, con muchas más dificultades para articular con la opinión pública, con los actores institucionales y partidarios. Creo que en términos racionales uno puede decir que la estrategia del gobierno es correcta. Cede lo mínimo y se mantiene abroquelado en su trinchera pero en un proceso de aislamiento que va a ser probablemente mucho más grave que el que sufrió Menem en los ’90 y además pagando altísimos costos en términos de la gestión. Esta se está deteriorando muy rápidamente y crecen los conflictos sectoriales de todo tipo en parte por las propias iniciativas del Ejecutivo. La situación para el oficialismo es bastante peor que la de los noventa. Hay que ver si el legado que deja esta gestión irresponsable y facciosa del gobierno que hace el kirchnerismo es tan mala como la que dejó Menem a la Alianza. Cobos puede resultar el beneficiario porque no tiene que hacer nada para recoger los pedazos que van cayendo pero puede ser perjudicado en el sentido de que reciba un legado envenenado”.
“Los Kirchner imaginan que perdiendo el PJ en 2011 por lo menos retienen la representación de un sector del peronismo y del sindicalismo y con eso les alcanza para condicionar al futuro gobierno y tal vez volver al poder. Creo que son especulaciones agarradas bastante de los pelos. El problema es que Menem era un presidente muy respetado por su partido y Kirchner no. De todos modos, independientemente de este juego de polarización y especulación muy faccioso que hace el gobierno creo que hay que desdramatizar la situación porque los Kirchner no están en la misma situación que (Hugo) Chávez, no tienen la capacidad de daño que tiene Chávez en el sistema político y no han logrado bloquear la competencia política. Hay una competencia abierta y esa competencia excluye a los Kirchner, es una competencia entre opciones que pueden ser distintas entre sí pero tienen un punto en común y es que el kirchnerismo ya fue”.
“Creo que la oposición hace en parte lo que puede hacer, que no es mucho, hasta el 10 de diciembre. Hay que ver si después del 10 de diciembre puede hacer algo más que es formar una mayoría alternativa en las Cámaras para no solamente bloquear iniciativas del Ejecutivo sino también para ofrecer soluciones mejores, si es capaz de hacer esto aunque tal vez sea mucho pedirle porque recordemos que el kirchnerismo fue muy eficaz para disolver los partidos políticos, en debilitar a la UCR y al PJ y tiene un enorme poder en términos de concentración de recursos. Mas del 70 % de los recursos fiscales siguen en manos del Ejecutivo Nacional, que los maneja con gran discrecionalidad y eso tiene mucho que ver con el modo de recuperación de los recursos fiscales desde la etapa de (Roberto) Lavagna. Eso sigue siendo así. No se puede pedirle a la oposición más que hacer una crítica poco declamativa y que trate de moderar iniciativas muy dañinas que pueda tomar el Ejecutivo pero sin esperar que logre refrenarlas. Tal vez, con el caso de la Ley de Radiodifusión eso está muy claro. Creo que es posible que se apruebe. La oposición qué puede hacer: negarle legitimidad a esa ley, advertir que va a ser derogada en cuanto se forme una nueva mayoría o tratar de negociarla corriendo el riesgo que en ese intento de negociación perder toda capacidad de influencia y quedar entrampada un poco en el juego del kirchnerismo que es dar algunas concesiones menores a actores que se les acercan para después desconocerlos como socios o incluso dejarlos pagando como sucedió con el diálogo político. Dejó pagando a los actores moderados”.
“Lo que es interesante no es solamente lo que pasa con el gobierno y Clarín que es una especie de divorcio tardío de un maridaje que funcionó durante muchos años sino que muchos otros actores políticos tampoco están dispuestos a salir a defender a Clarín porque están bastante conscientes de muchas trapisondas que el grupo comunicacional les impuso para obtener mejores condiciones en sus negocios. La confrontación con el grupo Clarín es funcional a otros sectores incluso a parte de la oposición. Indirectamente hay mucha gente, actores de peso, periodistas incluso, que no está lamentándose del debilitamiento de Clarín sino que ve una situación que por muchos motivos puede dar buenos resultados. Eso no quiere decir que los efectos de la ley vayan a ser buenos. Si la ley se aplica probablemente tenga efectos muy ambiguos y efímeros porque lo que va a resultar de esto es una falta de reglas legítima. Una cantidad de conflictos judiciales y de desconocimiento de normas que puede tener muy malas consecuencias”.
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