Diálogo con Fabián Bergenfeld, titular de la Asociación Civil de Defensa Ciudadana , por Radio Cultura:
“El gobierno no tiene en su agenda el tema de la inseguridad como prioritaria y ni siquiera en un quinto o sexto orden. Si estuviera inserto en la agenda, entraría en colición con su propia filosofía de gobierno que es el pan y circo: proyectos clientelísticos, la dádiva, el circo de los DDHH q protegen a los delincuentes y desprotege a las víctmas, que se traslada a atar las manos de los funcionarios judiciales”.
“Existen casos de gatillo fácil, de casos asilados de ilícitos, que deben ser sancionados por la justicia con la máxima condena, pero sin meter a todos los policías en la misma bolsa, a muchos de ellos que se juegan la vida a diario“.
“Acá hay unja cuestión ideológica y de conveniencia del gobierno porque su caballito de batalla fundamental han sido los DDHH contemplados de forma absolutamente parcial y contraria a derecho porque como bien dice el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli, ha existido durante muchos años una política abolicionista a lo largo de sucesivas gestiones”.
“Se han abolido lisa y llana condenas, se ha dejado virtualmente expuesta a la sociedad al ingreso y egreso de delincuentes que entran por una puerta y salen por la otra, se protege a los menores pero a la vez se retroalimenta su accionar delictivo facilitándoseles las drogas y ahora aún más con la despenalización de drogas”.
“Hay una política gubernamental que es proclive a la inseguridad, lejos de combatirla, la retroalimenta de diferentes maneras. No se combate la droga, la falta de trabajo. La marginalidad da lugar a que el Gobierno subsidie, a la dádiva, y al gobierno le conviene que haya un 80%-85% de la población pobre y un 15-20 % que con sus impuestos abastezca a esa población pobre. Este modelo al igual que el de (Hugo) Chávez en Venezuela quiere más pobreza para generar más dependencia”.
“En la ciudad de Bs. As., primero no se quiso transferir la policía. Después se transfirió sin los fondos, y por ello junto a Ricardo López Murphy ese sentido planteamos una acción judicial que no prosperó por legitimación”.
“El gobierno nacional quiere una policía de manos atadas, no quiere que el jefe de Gobierno mejore la situación en el distrito. Quitar efectivos ahora en lugares claves como pasó los últimos días es querer tirarle los muertos a esta gestión del jefe de Gobierno porteño”.
“Existe en la justicia -en la gran mayoría de los jueves- un garanticidio respecto de la posición del delincuente, una laxitud que facilita el obrar de la delincuencia”.
“Esta corriente de garantismo nace en la lucha inconclusa de la cual se ha aferrado el gobierno nacional para procurar su éxito, esta política de derechos humanos, a raíz de heridas no cerradas después de la última dictadura militar que nos azotó en los 70 y que fue consecuencia de una subversión apátrida y asesina repelida -y eso es más grave proviniendo del Estado- desde el poder. Esta situación mal resuelta por el gobierno de Raúl Alfonsín, que condenó a los comandantes en un juicio no ecuánime correctamente desde algún punto pero incorrectamente desde mi punto de vista desde técnico, pero no se hizo lo propio con todos los terroristas que aún andan sueltos por el mundo provocando un resentimiento que 30 años después se renueva. Allí nace y se exaspera el garantismo. El garantismo consiste en que no haya torturas a detenidos, que éstos no sean interrogados por personal policial y que no se vean privados de un abogado defensor. Pero aquí se derogaron los códigos contravencionales que por ejemplo permitían investigar el acecho y el merodeo. Hoy la policía no puede investigar el merodeo en un banco”.
"Hoy la policía tiene las manos atadas, existe un déficit terrible a nivel justicia y ni hablar del funcionamiento del servicio penitenciario, lo único que sí ha mejorado un poco es la faz legislativa merced a las leyes dictadas bajo la iniciativa de Juan Carlos Blumberg pero que si no son aplicadas como corresponde por los jueces caen en aguas de borrajas".
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